La Fiscalía de Granada pide cuatro años a los tres acusados de estafar a dos empresas gallegas
Compraron pescado por valor de 100.000 euros que no pagaron y vendieron a mitad de precio
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Ganar el pan con el sudor del de enfrente y, además de forma ilícita. Esto es lo que hicieron tres hombres que serán juzgados en la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Granada acusados de estafar más de cien mil euros (concretamente, 108.860,56) a dos empresas gallegas que comercializan pescado. En el banquillo de los acusados del juicio, que se celebrará entre los próximos días 8 y 10 de octubre, se sentarán Stanislav S. D., Francisco Antonio G. R. y Víctor Manuel V. N., para quienes el fiscal pide cuatro años de cárcel y una multa de 3.600 euros para cada uno.
Los hechos que se juzgarán se pueden resumir brevemente en que los tres ‘listillos’, compraron pescado por un considerable valor usando la pantalla de una empresa ficticia con la clara intención de no cumplir con el pago y venderlo fácilmente por un precio tirado, pues apenas superó la mitad de lo ‘no pagado’. En román paladino, vender lo que no era de ellos y sacar un cien por cien de beneficios.
En un idioma más judicial, lo acontecimientos que van a exponer ante la justicia se remontan al año 2015, cuando los tres acusados “puestos de acuerdo”, según se recoge en el escrito del fiscal, fingieron actuar en representación de Distribuciones Moreno, una empresa “que carecía de existencia y actividad”, y supliendo la identidad José M. P. contactaron con al menos dos empresas gallegas “dedicadas a la compraventa de pescado” con la intención de “establecer una relación comercial” pero ocultando en todo momento “la falta de intención de abonar el importe del pescado que mostraban interés en adquirir”.
Con las referidas intenciones, los acusados lograron que una empresa les suministrara mercancía por un importe de 37.157,58 euros (entre el finales de marzo y primera quincena de abril de 2015), mientras que el valor de lo suministrado por la otra empresa ascendió a la cantidad de 71.684,98 euros (desde finales de abril a primeros de junio, también en 2015).
Una vez recibida la mercancía a nombre de Distribuciones Moreno y de José M. P., los que se van a sentar en el banquillo, “que nunca tuvieron intención de abonar las facturas correspondientes que extendieron a nombre de José M. P.”, vendieron el pescado a minoristas a través de dos empresas (una onubense y otra malagueña), que abonaron 14.463 y 38.632,94 euros, respectivamente, lo que supuso un montante total de 53.096,80, una cantidad algo inferior a la mitad del valor del pescado suministrado por las empresas gallegas. Concretamente, la estafa produjo un beneficio de 55.763,76 euros a los acusados.
Entre los tres hombres que se sentarán en el banquillo, uno fue más ‘listillo’ que sus compañeros de delito. Stanislav S. D. se las ingenió para que las empresas compradoras pagaran a una cuenta de la que era único titular. Además, logró que en las facturas figurara como beneficiario José M. P., otro perjudicado sin comerlo ni beberlo. De hecho, no sólo fue denunciado por una de las empresas estafadas, sino que, tal como denuncia J. M. P., se había producido “la utilización de sus datos de identidad sin su conocimiento para realizar las referidas compras de pescado”, tal como recoge el fiscal en su escrito. Tanto es así que la Fiscalía pidió que se estimase la suspensión del procedimiento por el que fue denunciado.
A la hora del reparto del botín, Stanislav S. D. también fue el más pillo al hacer valer eso de que “el que parte y reparte se lleva la mejor parte”. Siguiendo el hilo del escrito de la Fiscalía, el acusado, que retiró casi de forma inmediata los 53.000 euros ingresados, no sólo abonó el alquiler del inmueble donde residía (unos 2.300 euros) sino que pagó a sus cómplices las cantidades de 16.000 y 10.150 euros a Víctor Manuel V. N y Francisco Antonio G. R., respectivamente. Por lo tanto, las cuentas son claras, a Stanislav S. D. le quedó limpio unos 25.000 euros... además del alquiler pagado.
En su escrito, la Fiscalía calificó los hechos como constitutivos de un delito de continuado de estafa, por lo que en el juicio pedirá las penas ya referidas.
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