"Ser funcionaria me ha equiparado a los demás"
ESTA mujer, además de ser una autoridad en el centro de adultos de Almanjáyar, es un referente en toda España para la comunidad gitana. Ella y su hermana eran las únicas gitanas que en los setenta acudían a la escuela en Tiena y eso acabó marcándola. Tras ocho años interna en un colegio de Atarfe (sus padres emigraron para trabajar a Alemania), estudió Magisterio al tiempo que su hermana hacía Derecho. Desde que consiguió plaza como funcionaria se dedicó a enseñar a los adultos, porque "eran los que no habían tenido oportunidad de aprender". Aunque eso ha cambiado. "Ahora es muy raro encontrar analfabetos y los preparamos para la ESO". Hace unos años ejerció como directora durante un curso, pero fue transitorio. Desde hace cuatro ocupa el cargo de jefa de estudios en el Juan Ramón Jiménez en un equipo de dirección comandado también por otro semejante. Coordina un centro que tiene 700 alumnos y que está inmerso en multitud de proyectos europeos. Es un modelo para la comunidad educativa, pero reconoce que "todavía hace falta darle más visibilidad a los gitanos que desempeñan cargos directivos". Aunque su condición femenina y su étnia hacen más valiosa su labor, dice que "ser funcionaria me ha ayudado a equipararme a los demás".
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