El gerente con un pin del Granada en la bata

José Guerrero | Gerente del Virgen de las Nieves

Conciliador, granadinista, costalero y muy de su tierra: el perfil del nuevo director del Virgen de las Nieves, el primer gran fichaje del SAS en la ciudad

José Guerrero, el nuevo gerente del Virgen de las Nieves

Tiene nombre de pintor y es psiquiatra. De las primeras cosas que hizo José Guerrero el viernes por la mañana fue estrenar su bata de gerente del hospital Virgen de las Nieves con un pin del Granada C.F, el club de sus desvelos. Desde que era residente lleva el escudo bien pegado al pecho porque él es muy granadinista, de hecho, y ya con las primeras tareas sobre su mesa de gerente, asegura que viajará a Almería hoy para ver el partido. “Eso no me lo va a quitar nadie”, dice entre risas.

Un recién ungido José se ofrece al tuteo e invita desde el primer saludo a tener una conversación distendida en la que no deja una cuestión sin responder, siempre con ese tono de voz detrás del que se adivina una sonrisa. Para el psiquiatra, que hasta ahora trabajaba en el nuevo San Cecilio, volver a su Virgen de las Nieves ha sido “muy emocionante” porque no solo se formó como médico en sus pasillos sino que también nació en sus paritorios hace ahora 50 años.

Es el regreso del hijo pródigo, como volver a su “casa”, y así se lo ha expresado a todos los jefes de servicio del hospital en la primera reunión que ha tenido como gerente. Esta toma de contacto “ha sido entrañable, muy satisfactoria” comenta Guerrero que desea poder aprovechar “el momento de cambio” –que espera que sea para bien– tanto en lo económico y en cuestión de personal. En este punto hace hincapié en su prioridad: “darle un toque más afectivo, personal y recuperar esa parte que quedaba un poco triste del hospital, además del trato al paciente”.

"Quiero darle al hospital un toque más afectivo, personal y recuperar esa parte que quedaba un poco triste"

Los compañeros son viejos conocidos del psiquiatra (también es médico de familia). Su aterrizaje ha estado teñido de nostalgia tras dos años fuera “de casa”, en la que trabajó durante 21 años y confiesa que tras su nombramiento ha recibido los mensajes de apoyo de entre todas las categorías del hospital. “Mi teléfono lo tiene todo el mundo y he dicho que lo sigan utilizando cuando lo necesiten, ahora también como gerente”, explica Guerrero que ante todo, ofrece en su gestión dosis de cordialidad, trato cercano y huir del cariz “burocrático y de plena gerencia”.

Más granadino que la Torre de la Vela, el gerente es hincha del equipo de la ciudad y representante de los pequeños accionistas del club, costalero de la Virgen de las Angustias y pese a ser rubio con los ojos azules se autodefine como “muy granadino”.

Empieza un “cambio muy radical” en su vida, que llega “como un reto personal” porque necesitaba volver a su “hospital de toda la vida” al que se incorporó en 1996 como médico de familia. La responsabilidad pesa sobre el cuerpo de este hombre que afronta el desafío “con ilusión”.

La proposición del SAS llegó sin preaviso ni preámbulo –tuvo guardia dos días antes– , explica, y asume que además de por su trayectoria profesional, su buena relación con los trabajadores del hospital ha sido determinante a la hora de señalarle como máximo responsable de uno de los centros de referencia de Andalucía. “Siempre he sido un clínico puro y duro” y aunque tiene formación en gestión nunca ha tenido “un cargo de tanta importancia como este” por lo que el psiquiatra no pensó en rechazarlo “bajo ningún concepto”.

“Muchos años de profesionalidad y seriedad”, un carácter abierto y “mucha mano izquierda”, le han valido también como bazas para llegar al cargo. Sobre todo, señala, en un momento difícil con el tema de fusión y desfusión “que ha castigado mucho a Granada”, por lo que “han buscado un perfil humano” (la psiquiatría le da una ventaja extra en este punto). Bromea con estar ya preparando la medicación aunque se muestra tajante en que “hay que hablar en pasado de la desfusión” porque “ya toca tirar para adelante”.

José Guerrero –que desde que era residente tiene como tradición llevar un pin de su Granada en la solapa de la bata– dice que como el club de sus amores, tiene que crear bloque para afrontar los retos. Un Diego Martínez de la sanidad granadina, quiere “hacer equipo para luchar todos a una”, y “demostrar que somos mejores que los demás tanto en lo profesional como lo humano”.

Un Diego Martínez de la sanidad granadina, quiere hacer un equipo para "ir todos a una"

Se formó en los Escolapios y luego en el Padre Suárez. Más tarde estudió medicina en la Universidad de Granada e hizo la residencia como médico de familia en el Virgen de las Nieves. Al acabar ésta se lanzó a formarse en el mismo hospital como psiquiatra, su gran vocación. Tras su paso por Motril y Baza, llegó al Clínico en 2002 y en 2005 se incorpora como facultativo al Virgen de las Nieves hasta el 2017, cuando se traslada al hospital del PTS.

Tiene un cariz especialmente docente: ha sido tutor de residentes de psiquiatría durante 10 años y vicepresidente de la comisión de docencia del Virgen de las Nieves. Fue profesor colaborador de la Facultad de Medicina de Granada durante más de 10 años y ha publicado numerosos artículos a nivel nacional e internacional de psiquiatría. Guerrero ha tenido la oportunidad de participar en muchos congresos y el año pasado fue miembro del comité organizador del Congreso Nacional de Psiquiatría en Granada. Además le gusta escribir “más allá de lo puramente clínico” por lo que publicó hace unos años un libro sobre salud mental en el anciano.

Pretende dar impulso a la psiquiatría en el hospital, un área "con muchas carencias"

Pero lo que más apasiona a Guerrero es la clínica, estar con sus pacientes en la Unidad de Agudos, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera como psiquiatra. “Me encanta estar con mis pacientes, ellos me quieren y siempre estaré dispuesto a echar una mano”, explica el gerente que siente debilidad por su especialidad, a la que dice, va dar un impulso dentro de sus políticas directivas ya que “hay muchas carencias” y “los pacientes que no están todo lo bien cuidados que deberían estar, tanto ellos como las familias”. Precisamente radica ahí uno de los aspectos que le empujaron a la hora de coger la gerencia: cuidar la psiquiatría.

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