Gran apagón de España: ¿Por qué Granada ha sido una de las últimas provincias en recuperar el suministro eléctrico?

La falta de grandes infraestructuras hidráulicas, la lejanía con el cable submarino de Marruecos, y la deficiente red al norte de la provincia, entre los factores

Los técnicos de Endesa tuvieron que conectar manualmente 47 subestaciones eléctricas de la provincia para restablecer todo el servicio tras agotarse las baterías de los telemandos

La provincia de Granada, al "100%" de suministro eléctrico después de casi 23 horas de apagón

Imagen satelital nocturna de la NASA de Andalucía oriental, con las comarcas de la Alpujarra y el norte de Granada completamente apagadas
Imagen satelital nocturna de la NASA de Andalucía oriental, con las comarcas de la Alpujarra y el norte de Granada completamente apagadas / Meteoiberia

Granada/La luz se hizo en Granada cuando estaba a punto de despuntar el alba. Sobre las cinco de la mañana, minuto arriba, minuto abajo, se encendieron las luces de las calles y empezaron a llegar los WhatsApps atrasados a los móviles. Granada fue de las últimas capitales en recuperar parte de la normalidad, casi ocho horas después que otras ciudades y tras diecisiete de apagón en todos los sentidos técnicos. A lo que es el resto de la provincia, el cien por cien de las conexiones eléctricas se consolidó poco antes de las once y media, siendo también una de las últimas de toda la región, aunque no la última puesto que a esa hora aún quedaban puntos sin luz en zonas de Jaén, Almería y Córdoba. La pregunta a todos los niveles es qué llevó a esta situación de pérdida total en España y Portugal, pero a nivel más local es la más recurrente: ¿por qué siempre Granada está a la cola de las prioridades? La respuesta no es sencilla ni tampoco está íntimamente relacionada, al menos al cien por cien.

El gran apagón de España, según explicó Red Eléctrica este martes en una conferencia de prensa del director de Servicios a la Operación, Eduardo Prieto, por un "fallo en cadena del sistema eléctrico ibérico", previsiblemente causado por una doble "pérdida de generación" de suministro en alguna región del suroeste español. Esa caída de la producción eléctrica tuvo un intervalo de un segundo y medio que desestabilizó el sistema y del que no se pudo recuperar. En esta zona del país, correspondiente con provincias andaluzas como Huelva o Sevilla, el oeste de Castilla-La Mancha o Extremadura hay muchas plantas fotovoltaicas y eólicas, que si fueron las que fallaron en la producción, podrían ser las que en un principio desencaderon el colapso, según fuentes expertas consultadas.

Conceptos clave: sincronización e inercia

Pero no fue el primer factor ni el único. En los momentos previos a la caída de la red, aproximadamente un tercio de la generación eléctrica en España era creada mediante generadores síncronos, es decir, el movimiento de grandes turbinas movidas en centrales hidroeléctricas, nucleares, solar térmica, carbón, ciclo combinado (gas y vapor), cogeneración y residuos, o térmica renovable. Estas turbinas, gracias a la potencia generada por la alta velocidad a la que se mueven, crean lo que se llama "inercia" al sistema eléctrico, y gracias a ella, esta es capaz de absorber fluctuaciones radicales dentro de la propia red, aportándole estabilidad y pudiendo mitigar, y en algunos casos evitar, cortes en la red. Esta propiedad no la albergan algunos los sistemas de producción de las renovables. Una de las teorías es que cuando en el momento del apagón se produjo la gran fluctuación del sistema de generación eléctrica, este no pudo asumirla, y de ahí, podría ser, el fallo.

Una vez caída la red eléctrica, el siguiente paso era recuperarla. Y ahí es donde Granada sufrió 17 horas de corte generalizado, y cerca de 23 en su totalidad. A diferencia de otros puntos, sobre todo de Andalucía, pero también del resto del país, uno de los últimos puntos a donde llegó la luz fue a Granada. En zonas como Huelva o Sevilla se recuperó parte de la conexión, sobre todo en los grandes núcleos de población, entre cinco y seis horas después del corte, si bien es cierto que de forma parcial. En este punto, una de las claves fue estar en la periferia peninuslar. En el caso de la cornisa Norte, las primeras regiones en recuperar gran parte de la luz fueron Aragón y el País Vasco, además de Cataluña gracias a las interconexiones con Francia. En el sur, las de Marruecos. La diferencia es que, mientras el mallado de la red es mayor al norte, en Andalucía la energía procedente de Marruecos procede de un cable submarino que parte desde las cercanías de Tánger hasta Tarifa, el extremo más meridional de la Península.

El cable de Marruecos y los pantanos de Granada

Gracias a ese cable se fue reponiendo y "energizando" la red "con el objetivo llegar a los servicios auxiliares de las centrales de generación". Este era el primer paso: poder darle al botón para que las presas o las plantas de generación para poder funcionar. También las nucleares, con la mayoría de reactores del país apagados, podían conectarse, pero en este caso de urgencia era inservible ya que una vez apagados, los reactores necesitan varios días para poder generar luz. También se pusieron en marcha grandes centrales hidroléctricas que funcionan de forma independiente, pero la mayoría se encuentran en la cornisa norte de España y algunos puntos del centro y levante peninsular.

Este es uno de los grandes déficits de Andalucía, sobre todo la parte oriental, con Granada en particular. Solo existen unas pocas infraestructuras hidroeléctricas vinculadas a embalses como el Negratín, Canales, Rules o Bermejales, los cuales no cuentan actualmente con una cantidad de agua embalsada que permita la producción de energía sin afectar a los niveles de forma negativa para el consumo y el riego. Actualmente, los pantanos de Granada están al 39,7% de su capacidad, casi doce euros por debajo de la media de la última década.

El turno de Endesa

Esto hacía que, de una u otra manera, Granada pasara a depender de la energización progresiva de toda la red de alta tensión, la dependiente de Red Eléctrica, algo que se logró, según fuentes de la compañía, a las 3:00 horas ya del martes 29. La red de alta tensión en Granada llega de dos maneras. Dos líneas de circuito único de 440 kV entre el Tajo de la Encantada (Málaga) y la subestación de Litoral (Almería), ambas confluyendo en Caparacena, donde parte otra línea, esta de doble circuito, hacia Baza (el famoso eje Caparacena-Baza-La Ribina). De otro lado, tres líneas de 220 kilovoltios: una entre Caparacena y la subestación de Guadame (en Marmolejo, Jaén), otra de doble circuito entre el Tajo de la Encantada y Caparacena en paralelo a la de 400 kV, y una tercera entre Tabernas (Almería) y el nodo de Caparacena que distribuye la energía a través de la Alpujarra y el valle de Lecrín.

Faltaba que la luz, entonces, llegara a los hogares. Para ello, las subestaciones eléctricas transforman la energía de alta tensión que les llega en media, y de ahí a cada núcleo de población que, con su pequeño transformador, convierte la media en baja. Ahí llegaba el turno de la distribuidora Endesa, que se encontró con un gran problema en las subestaciones de Granada, Jaén, Almería y Córdoba. Para solucionar a distancia de un puesto de control único los cortes cuentan con telemandos con los que volver a 'encender' los centros de transformación. Y estos, a su vez, cuentan con baterías que los mantienen activos en caso de apagón.

Sin embargo, la tardanza en reponer el sistema hizo que estas se agotaran, ya que cuentan con una autonomía que rara vez excede las ocho horas. Al quedarse sin energía, tuvo que ser el personal de la compañía, organizado en retenes que tuvo que duplicar Endesa, los que tuvieron que ir una a una reiniciando de forma manual las subestaciones. En Granada tuvieron que hacerlo en 47. Esto demoró el restablecimiento total del sistema, que se produjo a las 11:23 horas, sobre todo en las comarcas del Norte, desde donde años existe un déficit de mallado de alta capacidad.

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