Granada, 1995: la ciudad de los Mundiales con un legado que se sigue anclado treinta años después

La Ronda Sur fue la gran herencia para la ciudad de aquellos Mundiales, donde se completaron varias autovías pendientes
La Ronda Sur fue la gran herencia para la ciudad de aquellos Mundiales, donde se completaron varias autovías pendientes / G. H.

Granada/El antes y el después de las ciudades lo suelen marcar los grandes eventos que organiza. A Barcelona la cambiaron los Juegos del 92, y sigue viviendo de aquel triunfo aunque está cerca de morir, precisamente, de éxito. Del mismo modo, Sevilla dio un paso al futuro con la Expo del mismo año. Granada también tuvo en aquel trienio su transformación más radical, y probablemente más necesaria en comparación con las otras dos grandes capitales, ya que la falta de inversión fue, y sigue siendo, la gran rémora de la provincia. Gran parte de la ciudad de 1995 es la misma treinta años más tarde. El aluvión de mejoras, sobre todo en infraestructuras, y la apertura de la provincia al planeta entero, tuvo en la celebración del Campeonatos del Mundo de esquí alpino de aquel año la justificación. El desglose de las obras y actuaciones más emblemáticas que se hicieron tanto en Sierra Nevada, como en la capital, como en el resto de la provincia, es abrumador pero el conteo desde entonces deja que desear. Basta un ejercicio de imaginación, una vez lean todo lo que se hizo para el 95: piensen en una Granada si esas obras para encontrar la magnitud de lo que se hizo entonces; después, hagan el mismo esfuerzo mental en ver qué se ha hecho desde entonces. Y como resultado tendrán una ciudad, una montaña, y una provincia que, desde entonces, ha cambiado, pero menos que en el periodo que pasó entre la designación de Montreux, en 1986, y el apodado como Año Mágico del 95.

Ronda Sur, túneles del Serrallo y río Genil

Granada capital empezó a transformarse años antes. En 1991 se abrió, de forma parcial, la Circunvalación, que supuso el mayor cambio en la movilidad de la ciudad desde la construcción del Camino de Ronda en los años 30 del siglo pasado. Con ella se aliviaba el tránsito precisamente de esta vía, que por entonces era carretera Nacional y soportaba todo tipo de tráfico por dentro del casco urbano. Pero para 1995 quedaba solucionar cómo se iba a subir a Sierra Nevada, y más teniendo en cuenta el aluvión de personas que iban a atraer los Mundiales de esquí. No había una gran vía capaz de absorber esa cantidad de desplazamientos y el único acceso a la estación era, de un lado, atravesando la ciudad hasta llegar a la Carretera de la Sierra, y desde ahí partir hacia Cenes de la Vega. Por eso se ideó la Ronda Sur, un colector que, desde la Circunvalación, canalizaba el tráfico hasta la estación y cuya construcción implicó para la ciudad, aparte de la propia autovía, los túneles del Serrallo, el nuevo acceso a la Alhambra por la zona del Barranco del Abogado, y para subir a la montaña, la variante de Cenes de la Vega y Pinos Genil, que evitaba las travesías de ambos municipios, además de un tramo muy escarpado de la antigua carretera.

Derivadas de la Ronda Sur también se desarrollaron los nuevos accesos a Huétor Vega-Cájar, La Zubia y Ogíjares, que desde entonces poco han cambiado. El que más, el de la localidad zubiense, que ha pasado a tener catalogación de Vía de Aglomeración Urbana (VAU) y que lleva años ampliándose sin que de termine de ejecutar la plataforma reservada para el transporte y el desdoblamiento en el término municipal de la localidad. Ahora, la densidad de tráfico apunta a la necesidad de otra VAU que cruce la Vega Sur desde la localidad hueteña a la Circunvalación, siendo, de facto, una 'segunda Ronda Sur'. Otra de las consecuencias de abrir la Ronda Sur fueron cambios en la movilidad de la ciudad, con las restricciones en Reyes Católicos, o la peatonalización de Mesones o la Carrera del Darro.

A la salida de los túneles del Serrallo se construyó asimismo un viaducto sobre el Genil de cerca de 200 metros. Este es prácticamente el punto de partida de otra de las grandes transformaciones de la ciudad, que fue el nuevo encauzamiento del río. Lo que era, a su paso por el casco urbano, un cauce seco o con muy poca agua la mayor parte del año, fue sustituido por una losa de hormigón desde Puente Verde hasta La Inmaculada, delimitada por compuertas para estancar el agua, mientras que en la zona paralela a la Carretera de la Sierra se intentó construir un canal de aguas bravas para la práctica del piragüismo, que echaron para atrás las protestas ambientalistas.

Tres décadas después se discute, pero realmente nadie mete mano, a qué hacer con los problemas derivados de este cambio. Los partidos de izquierdas y las asociaciones conservacionistas piden la renaturalización del cauce en una ciudad necesitada de espacios verdes, donde los veranos son más calurosos que por entonces, y que se han demostrado efectivos para mitigar los efectos de las riadas, que precisamente fue uno de los argumentos que en su día justificaron el hormigonado del río. Lo que iba a embellecer Granada, con un embarcadero estilo El Retiro de Madrid, es más una cicatriz que, no frena la velocidad del agua en grandes avenidas, y que cuando tiene elevadas las compuertas crea estanques que provocan malos olores y plagas de mosquitos y roedores.

Un estadio anclado en el 95

La ciudad cambiaba también por dentro a pasos forzados. El Palacio de Congresos había abierto en 1992, al igual que el Palacio de Deportes. Pero quedaba el impulso a la otra gran instalación deportiva de la ciudad: el estadio. Así, se construyó el estadio de Los Cármenes, destinado a acoger la ceremonia de apertura de los Mundiales, y a un Granada CF que llevaba desde los años 70 intentando vender los terrenos del viejo campo, algo que hizo pero mal. El estadio lo levantaron entre Junta y Ayuntamiento en tiempo récord y se inauguró oficialmente en mayo de 1995, casi cuatro meses más tarde de la que debío ser la inauguración de aquellos Mundiales, finalmente aplazados un año por la falta de nieve. Cuando el estadio acogió su primer partido, un Real Madrid-Bayer Leverkusen, aún no estaba siquiera instalada la grada cubierta, que sí estuvo para 1996.

El estadio sigue casi igual que entonces. Mismos asientos, aunque repintados hace cinco años, misma visera de tribuna, y mismas esquinas abiertas, aquellas que cuando se inauguró el campo estaba previsto que, en caso de ascenso del Granada CF (entonces estaba en Segunda B) se cerrarían para ampliar la capacidad. Tras más de una década en la élite, en las esquinas hay gradas supletorias, las goteras y el mal estado de las instalaciones indigna a una afición que ve cómo en ciudades más cercanas sus estadios de modernizan. Aquí, desde hace cerca de un lustro, no se termina de cerrar el acuerdo de cesión de larga duración que permita afrontar la remodelación de una instalación anclada aún en el día que marcó Peter Dubovský. En materia deportiva nació al calor de los Mundiales también el actual Complejo Deportivo Núñez Blanca, entonces denominado Parque Deportivo del Zaidín, aunque tardó varios años en abrirse con normalidad tras un hundimiento en la pista de atletismo.

Ciencias y patrimonio

El estadio fue mayo de 1995. Una primavera que también vio abrir sus puertas el Parque de las Ciencias. Eso sí, con un único edificio, una pequeña área exterior, y un observatorio astronómico. Quizás sea la instalación que más ha cambiado en estos treinta años, primero con la construcción de la torre panorámica, y luego ampliar su capacidad expostiva con siete pabellones, además del BioDomo y la biblioteca. Su espacio ya se ha agotado y su lucha es por mantenerse como principal museo de la ciencia andaluz, aunque sin posibilidad de expansión territorial. Cerca del recinto está el Parque Federico García Lorca, entre calle Arabial y la Circunvalación, también inaugurado en 1995 y que en su interior acoge la casa de verano de la familia del poeta, la Huerta de San Vicente.

El espacio escénico de La Chumbera también se hijo de los Mundiales de esquí, aunque una polémica torre, que tuvo que ser destruida, evitó que estuviera operativo hasta años más tarde. Se protestaba entonces por el impacto visual sobre el valle del Genil, el Albaicín, que en 1994 se declaró Patrimonio de la Humanidad, y la Alhambra, aunque ahora es uno de sus mejores miradores. Una Alhambra que se modernizó a través del Palacio de Carlos V con una sala de exposiciones y un salón de actos interior. Por si fuera poco, la Biblioteca de Andalucía se inauguraba en 1994 en un moderno edificio junto a San Jerónimo que se quedó pequeño de primeras. Ya entonces se reivindicaba un nuevo inmueble más grande que treinta años después se sigue reivindicando.

Infraestructuras

Los Mundiales del 95 supusieron la modernización del área de Urgencias del Hospital de Traumatología, que se convirtió en el centro sanitario de referencia para la celebración del evento. También dio un salto adelante el Aeropuerto de Granada, con su mayor reforma desde su inauguración en los años 70. Se amplió la terminal, hubo mejoras en la pista y se embelleció la fachada, que es la actual. Sin embargo, ya por entonces había falta de conectividad en vuelos. Aunque se han ganado frecuencias internas, con más conexiones a Madrid, Barcelona y las islas, no había vuelos regulares al extranjero, lo cual no se produjo hasta casi diez años después con Ryanair. En la actualidad, el Aeropuerto ha vuelto a ampliar el edificio de pasajeros aunque no tan profundamente como en el 95, y en cuanto a aviones, una vez pase marzo, Granada solo tendrá una ruta internacional fija más que hace treinta años: el vuelo a Amsterdam.

En los trenes, sería faltar a la verdad que no ha habido cambios. En este caso, cualquier tiempo pasado no fue mejor, aunque en la actualidad tampoco haya motivos para la celebración. Para 1995 Granada estaba en lucha por tener más frecuencias ferroviarias y que no se suprimieran las que había. La única inversión la acometió la Junta de Andalucía con una mejora de la línea convencional Granada-Bobadilla. Nada de hablar del AVE, cuyas obras no empezaron a llegar hasta la estación de Granada hasta el periodo entre 2015 y 2019, más de veinte años tarde. También se mantiene igual desde 1995 la estación de autobuses de la Carretera de Jaén, inaugurada oficialmente en mayo de hace treinta años.

La red viaria de alta capacidad de Granada en cuanto a carreteras sí es clara heredera de los Mundiales de Sierra Nevada. Aunque para ello, el aplazamiento de los Campeonatos hasta 1996 convirtió el fracaso en oportunidad. Y es que para 1995 no estaban todos los proyectos de autovías hasta Granada terminados. La gran inversión era conectar Granada con Jaén y Bailén, lo que hoy es la A-44. Sin embargo, sus obras no dieron comienzo hasta enero del 94, apenas un año antes del gran evento. No llegó para el 95 pero sí para el 96 otra obra clave, que era el tramo de la A-92 que une Málaga y Granada de forma directa desde Salinas hasta el Puerto de las Pedrizas. La conclusión de la A-92 Norte entre Baza y Puerto Lumbreras, ya en Murcia, tampoco llegó y seguía en obras en 1997. Tampoco se terminó para el año de los Mundiales la A-92 en el tramo entre Guadix y Almería. Desde entonces, Granada capital ha ganado dos autovías: la principal, la de la Costa desde Otura y la Segunda Circunvalación, esta en 2019. También se completó veinte años después la A-7 por la Costa.

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