Granada abre el año jubilar dedicado a la esperanza con la imagen del Cristo del Silencio en la Catedral
Se ha celebrado una peregrinación desde el Sagrario hasta la Catedral, donde la imagen permanecerá todo el año
El Cristo del Silencio estará todo el año en la Catedral de Granada para presidir el Año Jubilar
Granada/Granada ha abierto este 29 de diciembre el Año Jubilar de 2025, dedicado a la Esperanza, con una ceremonia en la Catedral oficiada por el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo. La diócesis de Granada se suma así a la celebración de este jubileo en todo el mundo, que se inició con la apertura de la Puerta Santa del Vaticano por parte del Papa el 24 de diciembre. Un Año Jubilar que tendrá el lema 'Peregrinos de Esperanza'.
El acto religioso ha comenzado a las 12:30 en la iglesia parroquial del Sagrario, a donde se trasladó a primera hora de la mañana el Cristo de la Misericordia, de la cofradía del Silencio, que es la imagen seleccionada en la diócesis para presidir este jubileo ya que tiene que presidir durante todo el año el altar mayor de la Catedral una cruz y se ha elegido en la diócesis esta imagen de la cofradía del Jueves Santo granadino coincidiendo también con el centenario de José de Mora, escultor autor de la imagen. No obstante, ahora la imagen que preside el altar mayor es la copia que procesiona en Semana Santa ya que la original de Mora está en restauración en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) de la Junta en Sevilla y cuando se termine este proceso, ya en 2025, se sustituirá la imagen y será la original la que presida el Año Jubilar.
La elección de esta imagen responde a las indicaciones del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos para el Rito de Apertura del Jubileo 2025 en las Iglesias particulares. Según estas directrices, la cruz que encabece la peregrinación debe poseer un profundo significado histórico-artístico o estar estrechamente vinculada a la devoción popular. Y el Santísimo Cristo de la Misericordia, además de cumplir con estos requisitos, simboliza el amor redentor de Cristo y la profunda piedad del pueblo granadino hacia su figura, ha informado el Arzobispado.
Una vez la imagen en el Sagrario, se ha iniciado la peregrinación tras la cruz hacia la Catedral, donde tanto la imagen como el arzobispo, clero y el resto de fieles han entrado a la seo granadina por la puerta principal, la de la Encarnación, en un acto litúrgico que corresponde a los años jubilares. En el umbral, el arzobispo ha levantado la cruz y ha realizado una invitación para adorar esa cruz con el mismo himno que se utiliza en el Viernes Santo en la Pasión del Señor. Una vez atravesada la puerta de la catedral, el arzobispo preside el rito de la conmemoración del Bautismo, con la aspersión del agua bendita.
Ya dentro, se ha celebrado una eucaristía presidida por el arzobispo, José María Gil Tamayo, tras el rito de la conmemoración del bautismo en el que se ha realizado la aspersión de agua bendita entre los fieles. Gil Tamayo se ha dirigido a la diócesis y a los fieles en esta apertura del año jubilar en el que se ha referido a lo que representa este año en la iglesia granadina y no ha dejado pasar la alusión a la Dana, la pobreza, la enfermedad o las guerras. "¿Cómo hablar der esperanza? Pues sí, es necesario. Los problemas los vamos a tener siempre y las dificultades, pero es distinto cuando se afrontan con esperanza", ha dicho el arzobispo en la homilía, en la que se ha referido también al valor de la familia en el día que litúrgicamente se celebra su festividad y se ha referido especialmente a los jóvenes, para los que ha pedido también trabajo y apoyo social.
Al finalizar la eucaristía jubilar, ha impartido la bendición papal con indulgencia plenaria.
El año jubilar terminará el próximo 28 de diciembre de 2025 en Granada y concluirá el 6 de enero de 2026 con su clausura solemne en el Vaticano.
Cómo conseguir la indulgencia: templos jubilares y condiciones
Con el fin de que los fieles de la Archidiócesis puedan peregrinar para vivir las gracias jubilares y poder obtener la Indulgencia Plenaria del Año Jubilar, la Archidiócesis ha declarado templos jubilares los siguientes: Santa Iglesia Catedral y el Sagrario-Catedral; Basílica de la Virgen de las Angustias; Basílica de San Juan de Dios; Parroquia de la Asunción de Ntra. Sra. (Abadía del Sacromonte); Parroquia Sagrada Familia de Granada; Santuario Virgen de la Cabeza de Motril; Santuario Virgen del Martirio de Ugíjar; Santuario Del Cristo del Paño de Moclín; Monasterio de Nuestra Señora del Espino de la Orden de las Hermanas Clarisas Capuchinas de Chauchina.
Para obtener la indulgencia Plenaria hay que cumplir las siguientes condiciones: confesión sacramental; comunión eucarística; oración por las intenciones del Papa y exclusión de todo afecto al pecado. Además, deberán realizar uno de los siguientes actos: participar en la Santa Misa, Vía Crucis, rezo del Santo Rosario, Liturgia de las Horas o adoración eucarística en uno de los templos jubilares; realizar una peregrinación a un templo jubilar y rezar el Padre Nuestro, la Profesión de Fe y una invocación a la Virgen María; llevar a cabo obras de misericordia corporales o espirituales, como visitar a los enfermos, ayudar a los pobres o acompañar a los ancianos y encarcelados; participar en encuentros de formación, retiros espirituales u otras actividades relacionadas con el Jubileo.
¿Qué es un Jubileo?
El Jubileo tiene su origen en el sonido del yobel, que maracaba el inicio del Año Santo, celebrado cada 50 años según la Biblia. Su propósito era restaurar la relación con Dios y la creación, perdonando deudas y restituyendo tierras. El primer Jubileo fue convocado por el Papa Bonifacio VIII en 1300. Inicialmente, se celebraba cada 100 años, pero luego se redujo a 50 y, finalmente, a 25 años. También existen Jubileos extraordinarios, como el Año de la Misericordia de 2015 convocado por el Papa Francisco.
Templos jubilares son los templos designados como lugares especiales de peregrinación durante un Año Santo, a cuyas entradas los fieles pueden obtener la indulgencia plenaria jubilar, es decir, la remisión de los pecados y de las penas temporales asociadas. Es una oportunidad para que los fieles renueven su propia y fe y comiencen una nueva vida y crezcan en esperanza. Los Templos Jubilares son, por tanto, un símbolo importante del Jubileo, precisamente porque ofrecen a los fieles la oportunidad de reconciliarse con Dios y con la Iglesia, y de recibir la gracia del perdón.
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