Granada, el día en que quedó desconectada y paralizada
El apagón deja en toda Granada la evidencia de la gran dependencia que hay de la electricidad
Colas en supermercados para comprar comida y en los 'chinos' en busca de, sobre todo, pilas, linternas y transistores
Más de 12 horas de apagón: Granada no recupera la luz y la comunicación hasta la madrugada

Hasta pasadas las doce y media del mediodía, ayer lunes era un día normal. Pero cuando los relojes marcaban las 12:33 se paralizó Granada entera. Y la provincia. Y España. Todo el país fundió a negro, sólo que en ese momento nadie lo sabía.
Durante los primeros momentos todo fue murmullos en las calles, sobre todo en los aledaños de los bares y restaurantes. Lo que comenzaba a suceder se hizo notar con los primeros aperitivos del día. Algunos camareros y clientes comenzaron a salir a la calle con gesto de interrogación, todos intentando averiguar el alcance del apagón. Los más optimistas estaban convencidos de que era cuestión de un edificio o una manzana, mientras que los más pesimistas decían que como mucho la ausencia de electricidad se reducía a un barrio. No tardó mucho tiempo en correrse la voz de que la luz se había ido en toda la ciudad, algo que se hizo inmediatamente palpable al ver que los semáforos de la ciudad no funcionaban.
De primeras, tampoco mostraron excesiva preocupación los usuarios del metro que de pronto vieron como se ponía freno a su intención de llegar al destino deseado. Todos, seguro que pensaron de primeras que era cuestión de minutos que llegara la corriente que volviera a poner el tranvía en marcha. Luego, según pasaban los minutos, se vio escenas en que los pasajeros salían de los vagones para seguir a pie o en autobús mientras algunos decidieron seguir esperando un poco más confiando todavía en que el incidente era algo pasajero. Pasado el tiempo prudencial, todos los tranvías, que habían ‘encallado’ en cualquier punto se quedaron vacíos. Llegó el momento de que los autobuses de Alsa tomaran el relevo en el objetivo de hacer llegar a los granadinos a sus destinos.
Mientras, en la calle siguió expandiéndose lo que en un principio a cualquiera podría parecer un bulo, pues las informaciones, ya todas a través de la radio, indicaban que el apagón tomaba tintes internacionales con la entrada en escena de Portugal y algunas zonas del sur de Francia.
Apagón total
Tomada conciencia de que el incidente tenía un alcance nunca visto y, ni siquiera, imaginado, comenzaron las preocupaciones por los lugares y actividades mas susceptibles de afectar a sectores y personas en situación de desamparo y peligro.
Para empezar, los que se quedaron atrapados en ascensores y otros recintos cerrados, lo que provocó que en seguida se viera como la actividad frenética se hacía notar los parques de bomberos de la ciudad con la salida de sus vehículos con las sirenas puestas, señal inequívoca de las urgencias que comenzaron a propagarse por la ciudad.
Hospitales
Sin duda, los objetivos de los que han de tomar decisiones en una situación ya con todo el calificativo de grave se centraron en los hospitales. Sin duda, momento complicado en esos momentos fueron las intervenciones quirúrgicas que se estaban realizando es esos momentos, que se pudieron concluir gracias a los equipos electrógenos con los que se cuentan tanto en el Virgen de las Nieves como en el San Cecilio. Eso sí, se suspendieron las intervenciones programadas salvo las estrictamente urgentes.
En el resto de hospitales de la provincia se actuó para que no faltara el gasoil necesario para que no dejaran de funcionar los grupo electrógenos. La Guardia Civil se encargó de que los camiones cisterna llegaran cuanto antes.
También se suspendieron las actividades en las consultas y sólo se mantuvieron activas las urgencias. Además, se hicieron las gestiones para llevar otros grupos electrógenos a los hospitales para tenerlos en reserva, pues a lo largo de lo que quedaba de la mañana y las primeras horas de la tarde ningún poder del Estado podía garantizar cuándo ni dónde se iba a recuperar la normalidad en el suministro eléctrico.
Las direcciones de los hospitales de la ciudad mantuvieron reuniones con el propósito de ir tomando decisiones conjuntas según fue avanzando lo que ya tomaba tintes de ser una jornada caótica.
Otras instituciones
Otro organismo en el que se paralizó lo que iba a ser una jornada más fue en los juzgados. Se suspendieron todos los juicios programados en las distintas instancias jurídicas que hay en la ciudad y sólo se mantuvo el juzgado de guardia.
La falta de luz y, por consiguiente, de internet, obligaron a que los responsables de las distintas instituciones políticas de la ciudad dieran por terminada antes de tiempo la normal jornada de los funcionarios. En algunas empresas también se optó por tomar una decisión parecida.
Por el contrario, lo que vieron incrementar su trabajo fueron los efectivos de las distintas fuerzas de seguridad. Los agentes de la Policía Local se multiplicaron a lo largo del día para, entre otras funciones, regular un tráfico que se había complicado ante el no funcionamiento de los semáforos. También se dejaron ver por toda la ciudad efectivos de la Policía Nacional.
También afectó a Granada la paralización de los servicios ferroviarios. La conexión con Antequera quedó suspendida y los pasajeros que estaban realizando sus viajes tuvieron que completarlo en autobús.
En los pueblos de la provincia se activó la situación de emergencia, sobre todo prestando especial atención a las personas más vulnerables, como el caso de las que necisitaban máquinas de oxígeno para poder respirar con normalidad.
Cambio de hábitos
La mañana del lunes siguió frenética para muchos ciudadanos que, además de intentar conectar con sus más allegados, enseguida fueron conscientes de todos los problemas que acarrea la falta de electricidad. Para empezar, la inutilidad en casi todos los comercios y negocios de las tarjetas bancarias, lo que hizo que muchos se acercaran a los bancos a intentar retirar dinero en efectivo. Fueron las primeras colas.
Algunos grandes almacenes e importantes cadenas de alimentación se convirtieron para muchos ciudadanos en el destino necesario para aprovisionarse una vez que, otra vez la falta de electricidad, se puso de manifiesto que las vitrocerámicas no servían para hacer la comida y que había que ir a comprar productos precocinados.
Muchos otros habitantes de la ciudad y su área metropolitana pensaron en que en estos casos lo mejor era tener el depósito de los vehículos llenos. También hubo que guardar turno en las gasolineras, en muchas de las cuales la falta de electricidad también impidió ofrecer su normal servicio. A muchos conductores les hizo pensar qué hubiera pasado si su coche fuera eléctrico y a más de uno de le quitó las ganas que quizá tenía por comprarse uno.
Muchas colas se vieron en Granada en los conocidos ‘chinos’, donde la gente fue a aprovisionarse de lo que hasta ese momento apenas se le echaba cuentas: pilas, linternas, velas y, sobre todo, transistores. Las radios de toda la vida se convirtieron en protagonistas de una jornada que, a los más veteranos, hizo recordar al 23F de 1981. Ante el wifi inservible, la radio y sus profesionales se convirtieron ayer en protagonistas al ser casi en la única fuente de información ante la gravedad de los hechos.
Compás de espera
La tarde siguió siendo un compendio de incredulidad ante lo que estaba sucediendo y la esperanza de que en cualquier momento podía volver la luz, más aún cuando se sabía que en distintos puntos de país estaba retornando la normalidad.
Conscientes los granadinos de lo calamitoso que se había vuelto el lunes, poco a poco la ciudad comenzó a vaciarse. Por un lado, se hizo caso a las recomendaciones de no coger los coches y demás vehículos. La gente se retiró a sus casas a esperar, confiando en que antes de que llegara la noche volviera, siquiera, una relativa tranquilidad. Pero las horas fueron pasando, el sol se ocultó, la luna apenas apareció dada su condición de casi nueva y la oscuridad se apoderó de Granada, de su provincia y de casi toda España. Las calles quedaron casi vacías, aunque transitaban personas que no querían perderse el hecho histórico de ver la ciudad a oscuras. También hubo muchas personas completamente a oscuras en las paradas de autobús, esperando la llegada del transporte público para regresar a sus casas en una situación del todo inusual.
Durante las horas de la noche, los cuerpos de seguridad estuvieron pendientes para evitar cualquier acto de vandalismo. Ya este martes, el subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, manifestó poco después de la recuperación total del fluido eléctrico que las fuerzas del orden había abortado "algunos intentos de robo" aprovechando la oscuridad reinante, aunque asimismo reseñó que "apenas se han contabilizado hechos delictivos".
Lo único positivo, puesto de manifiesto por los más mayores, es que la falta de luz y de internet hizo que la gente recuperara el gusto por conversar, lo que seguro se hizo mucho más de lo habitual hasta que pasadas las dos de la noche empezó a volver la luz en la capital y también en algunas zonas del área metropolitana. En los pueblos más alejados de la ciudad se tardó un poco más, ya con la luz del día. Al final, se empezó el trabajo de volver a la normalidad cuando definitivamente se hizo la luz.
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