Granada no falla a su cita de fe con la Virgen de las Angustias
Miles de personas abarrotan la capital con fervor y pasión para disfrutar de la procesión de la Patrona, con el tradicional cortejo del último domingo de pasión
Las flores y la pasión visten de emotividad la tradicional ofrenda a la patrona de Granada
Granada/La Virgen de las Angustias ha vuelto a iluminar Granada a su paso. Como ya es tradición desde hace más de 40 años, el último domingo de septiembre ha estado dedicado exclusivamente a la patrona de la capital nazarí, y los granadinos han vuelto a echarse a las calles para ver procesionar a la imagen. Con la fe por bandera y la pasión como motor, miles de personas han abarrotado el recorrido del cortejo procesional durante toda la tarde, y las escenas de fervor se han repetido a cada paso.
La gente ya se agolpaba en los aledaños de la puerta de la Basílica, en la Carrera de la Virgen, esperando la salida del paso para su recorrido anual y tradicional. Con el sol presente y el buen tiempo perenne, aunque con las temperaturas más bajas de lo habitual en estos días, la jornada no ha deslucido el esplendor de la Virgen de las Angustias.
La salida de la imagen, un poco más tarde de las 18:30 horas, fue muy sentida por todos los devotos que asistieron a unas de las citas más importantes que se vive en Granada cada año. La traca dio paso a los aplausos, y al comienzo del recorrido por unas calles abarrotadas incluso unas horas antes de la salida de la procesión. Miles de familias, chaqueta en mano para cuando el sol se marchara y las temperaturas cayeran, disfrutaron de unas horas muy intensas en un día tan especial para los granadinos.
Pepa López y su marido, una pareja de octogenarios ubicados junto a las puertas del Restaurante Chikito, no paraban de aplaudir a la imagen a su paso, con lágrimas en los ojos. “Es la que nos protege siempre, a la que me he encomendado cuando lo he necesitado y a la que siempre le rezo”, relataba la mujer a este periódico. Como cada año, habían desayunado con su torta de la Virgen, y se habían dejado un trozo para cuando regresaran a casa “para recuperar fuerzas”, después de una jornada llena de pasión.
La procesión se dirigió hacia la Plaza del Campillo y la Plaza Mariana Pineda, antes de encarar Ganivet hasta Puerta Real. El cortejo, que se iba deteniendo y avanzando con tranquilidad en cada cruce, no dudó en pararse en la zona que este año se ha designado para que las personas con movilidad reducida disfrutaran del paso de la Virgen.
La imagen este año estrenaba un rostrillo de encaje de duquesa con verdugo plisado del siglo XIX y antipendio de la misma época, ambos donados por devotos. Estas novedades unidas a la corona y el manto tradicionales de la Virgen encandilaron tanto a jóvenes como mayores este año, que comentaban a su paso la bonita figura. El conjunto adornado por los tradicionales nardos llevaba a sus pies un ánfora de flor roja como símbolo de la sangre derramada por Cristo.
El recorrido de la Patrona se desarrolló sin incidencias. Lento y con muchas pausas para exhibirse, subió por Reyes Católicos y se paró para recibir una nueva traca en la Plaza del Carmen, esta por cortesía del Ayuntamiento. Encaró la Gran Vía de Colón ya cuando la noche empezaba a asomarse. En estas zonas, las de más anchura del recorrido, la alegría de los más pequeños era la tónica general. “¡Mamá, mira, ya viene, ya viene!” se escuchaba a los pequeños, a la vez que se estiraban para tratar de tocar el paso de la imagen.
Al bajar la calle Cárcel Baja, el cortejo se preparó para entrar por la Puerta del Perdón a la Catedral. En este año, como novedad y de acuerdo con el Arzobispado, la totalidad del cortejo de la procesión, tanto los fieles y devotos como el resto de los participantes, ha podido pasar por el interior del templo. Quienes caminaban junto a la patrona no dudaron en acceder para presenciar uno de los momentos más icónicos del recorrido, y que esperan que se repita a partir de ahora cada último domingo de septiembre.
La salida de la Catedral fue por la Puerta de la Encarnación hacia la Plaza de las Pasiegas, ya con la noche pintando de oscuro el cielo de Granada. Quienes esperaban a las puertas del templo recibieron entre aplausos y vivas su llegada, creando una imagen que quedará en el recuerdo de los fieles granadinos.
El cortejo siguió por Marqués de Gerona, Jáudenes, Alhóndiga y Puerta Real para regresar por la Acera del Darro hasta su punto de partida. El resto del trayecto se desarrolló con total normalidad y mucho fervor. Los últimos granadinos no dudaron en quedarse y apurar para contemplar y fotografiar por última vez a la Virgen de las Angustias por las calles de Granada. Hasta que vuelva a salir el próximo año, ya ha comenzado la cuenta atrás para el 28 de septiembre de 2025. Para que la Patrona vuelva a iluminar con su imagen las calles y las almas de los granadinos.
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