La Granada de sangre, de sol y llena de lindas mujeres

El mexicano Agustín Lara compuso una canción en 1932 dedicada a Granada sin conocerla

En 1964 Antonio Gallego Morell, por entonces delegado de Turismo, invitó al cantante a que visitara la ciudad que había contribuido a universalizar

La mujer, la limosna y el ciego de Granada

Monumento Agustin Lara, en Granada.
Monumento Agustin Lara, en Granada. / José Velasco / Photographerssports

El tercer hombre (junto con Washington Irving y Francisco de Icaza), que más ha hecho por Granada ha sido sin duda Agustín Lara, que le dedicó una canción a esta ciudad sin haber estado en ella. La había escrito sin nostalgia de esta tierra porque jamás la había visitado. Cuando por fin vino en 1964, la canción, compuesta en 1932, ya se cantaba en medio mundo.

Como Icaza, Agustín Lara era mejicano. José Luis Delgado ha escrito que era tan coqueto que resultaba difícil saber su edad porque siempre se quitaba años. Parece que el año más fiable de su nacimiento fue 1897. Tampoco se sabe bien donde nació porque en algunas biografías se dice que fue en Puebla y otros que fue en Ciudad de México. Lara cuando hablaba siempre tenía varias versiones de su vida, por lo que ha vuelto locos a muchos de sus biógrafos. Y es que en su currículo no faltaron los líos de faldas, las broncas taberneras y las polémicas que originaban algunas de decisiones. Tenía un mote que le hacía justicia: El flaco de oro. Siempre bien peinado, con un pelo reluciente por la brillantina, vestía muy elegante y en su mejilla izquierda lucía una larga y vistosa cicatriz. Fue en uno de esos cabarets en donde él actuaba, cuando una corista despechada llamada Estrella se abalanzó sobre él con una botella rota (aunque hay versiones que dicen que fue con una navaja barbera). Por lo visto la corista se sintió engañada por él y decidió vengarse de tan expedito modo. Lo dejó marcado para toda la vida. Y es que Lara tenía siempre la bragueta abierta. Tuvo varias amantes y esposas. Su matrimonio más sonado fue con la actriz María Félix, un auténtico icono cinematográfico. A ella le compuso la canción María Bonita y algunas más. El matrimonio duró solo tres años. Durante ese tiempo vivió con ellos una niña que había acogido en su casa, hija de una amiga de ambos que había fallecido. Esa niña llamada Rocío Durán fue precisamente la última esposa del Flaco de oro. Cuando se casaron ella tenía 17 años y él 60. Este matrimonio, por supuesto, causó un gran revuelo moral en México al airarse que el famoso cantante se había casado con su hija adoptiva.

Durante su carrera como cantante y letrista, fue varias veces acusado de plagio. Compuso canciones dedicadas a ciudades españolas como Madrid, Sevilla, Toledo, Valencia y Murcia, además de Granada. El chotis Madrid se le atribuye a él, aunque en 2010 se suscitó una polémica que surgió a raíz de un comentario aparecido en el libro Gran Vía 1910-2010, publicado por el Consistorio madrileño, sobre la posibilidad de que el citado chotis hubiera sido obra del músico madrileño Rafael Oropesa, muerto en México en el exilio a los 53 años. Lara también era muy aficionado a los toros y se hizo amigo de Manolete, al que se le parecía físicamente.

La visita a Granada

“El cantar de Agustín Lara estaba hecho de fantasía, de melancolía, de ensoñación porque la ciudad no es aún conocida por él”, escribió Gallego Morell, por entonces el delegado de Información y Turismo y al que se le ocurrió traer el mejicano para promocionar el nombre de la ciudad en el mundo. Granada no reparó en gastos para que viniera Agustín Lara. Incluso se contrataron a 'misses' elegidas en concursos de belleza para que estuvieran esas fechas en Granada, cosa que no disgustó en absoluto al mujeriego Flaco. Gallego Morell movilizó a todos los medios de comunicación para que hablaran extensamente de la visita. El día 14 de junio llegó el cantante y la ciudad se volcó con él. Turismo le regaló una edición de las obras completas de García Lorca, una grabación del Amor Brujo y El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, y una guía artística del que fuera alcalde de Granada, Antonio Gallego Burín, padre del promotor de la idea.

Homenaje a Agustín Lara.
Homenaje a Agustín Lara. / Juan Ortiz

En una entrevista radiofónica que se le hizo en Granada, Agustín Lara dijo que estaba convaleciente de una apendicitis en el hospital Juárez de México cuando un amigo suyo le regaló un libro llamado Embrujo de Sevilla. La lectura de este libro despertó en él las ganas de componer algo sobre España. Y así compuso Granada, “sin conocerla, soñándola”, confesó en la entrevista. Otra versión –con Agustín Lara siempre hay dos versiones– cuenta que fue un enfermo, exiliado granadino, con el que compartió habitación en el hospital el que le habló de la belleza de Granada y de sus mujeres. El caso es que fue en el hospital en donde se le ocurrió la canción, que fue todo un éxito. Se cantó en más de treinta películas y no había español emigrante que al oírla no se le pusieran los pelos de punta. Por eso en Granada Agustín Lara fue recibido a bombo y platillo. Estaba como alcalde de la ciudad Manuel Sola y la ciudad le regaló una parcela de 1.000 metros cuadrados en Sierra Nevada para que el cantante se construyera una casa. Fue nombrado hijo adoptivo de Granada.

En agosto de 1965 Lara volvió a Granada, pero ya en visita privada. Se alojó en la casa del alcalde Sola. Allí pasó noches de mucho güisqui y piano, pero de los terrenos en Sierra Nevada y de la casa nadie le dijo nada. José Luis Entrala dice que al bohemio mexicano tampoco le importó mucho el que no le hablaran de la casa prometida, porque le bastaba con la intención. El caso es que en 1970 moría Agustín Lara y hasta aquí vino un compatriota para llevarse tierra de Granada que echarle a la tumba del cantante. En Granada le levantamos una estatua en bronce que está en la plaza del Ángel. Fue inaugurada en febrero de 1992, siendo alcalde Jesús Quero. Vino a su inauguración desde México el poeta granadino Manuel Benítez Carrasco, gran amigo suyo, y Rocío Durán, la joven viuda de Agustín Lara.

En 1997, el pleno del Ayuntamiento de Granada acordó por unanimidad establecer como himno oficial de la ciudad de Granada la versión de la canción de Agustín Lara adaptada por el profesor Luis Megías Castilla. Desde entonces los granadinos oyen la canción y se siente agradecidos por vivir en una tierra soñada, de sangre, de sol y llena de lindas mujeres, tal y como dice la letra.

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