El hombre acusado del asesinato de la mañana de Navidad en Purchil se enfrenta a 20 años de cárcel

La Fiscalía apunta a que la víctima, que murió una hora después de recibir las puñaladas, no tuvo posibilidad de defenderse como apunta la defensa

Un muerto y un detenido en una reyerta esta Nochebuena en Granada

La Guardia Civil, en Purchil / Pedro Hidalgo / Archivo

Granada/Eran las seis de la mañana de la que se supone que es una de las mañanas más bonitas del año, la de Navidad. Pero aquel 25 de diciembre de 2020 fue trágicamente diferente en Vegas del Genil. En una céntrica casa de Purchil, un hombre mataba a otro a cuchillazos en presencia de una mujer, precisamente la pareja del agresor. El juicio por este asesinato se celebra ahora, prácticamente cuatro años más tarde, donde el principal acusado se enfrenta a una pena de veinte años de cárcel.

Lo sucedido sin que aún hubiera amanecido aquella mañana de Navidad, fría y cubierta de nubes en la vega granadina, fue el desenlace de un cúmulo de discusiones mantenidas "por teléfono", como indica el escrito de acusación, también vía WhatsApp, como publicó en su día este diario. El acusado, que responde a las iniciales de A. P. M. y con antecedentes penales no computables a este caso a efectos de reincidencia, acudió al domicilio de los hechos, en el centro de Purchil.

En su interior estaban la que en ese momento era su pareja, una mujer con las iniciales V. L. M., y la víctima mortal de la agresión, A. M. S., expareja de la mujer con la que tenía cuatro hijos menores de edad la noche de autos. El presunto asesino "había discutido previamente por teléfono" con ambos durante la noche y se dirigió a la casa "a sabiendas" de que allí los iba a encontrar.

Escondido bajo la ropa, A. P. M. llevaba una "cuchillo de grandes dimensiones cortopunzante y de hoja plana monocortante", como describe la fiscal en el escrito de acusación al que ha tenido acceso esta redacción. Detalla hasta sus dimensiones: ancho de dos centímetros y longitud de trece, "aproximadamente". El agresor llegó, tocó a la puerta de la casa, y al abrirse, "con el ánimo de acabar con la vida de A. M. S.", el agresor se lanzó hacia la víctima "acometiéndolo con el cuchillo que portaba escondido en el antebrazo". Sin mediar palabra, directamente y sin que la víctima "tuviera ninguna posibilidad de defensa". La defensa, en su momento, argumentó que el presunto asesino actuó en defensa propia porque la víctima le había atacado previamente con una catana, algo que no considera la Fiscalía que sucediera en sus coclusiones.

La segunda de las puñaladas alcanzó el pecho de la víctima y fue "letal" para A. M. S.: bordeó el pulmón izquierdo, atravesó músculos y se clavó en el corazón. Una hora más tarde murió en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio de la capital.

El crudo relato de la Fiscalía acaba con las conclusiones de unos hechos que son constitutivos del delito de asesinato, del que "es autor el acusado", por el que se "procede a imponer" la pena de 20 años de prisión e inhabilitación absoluta. El presunto asesino se encuentra en prisión desde que sucedieron los hechos, una estancia que tiene prorrogada hasta el 5 de enero de 2025. El juicio, que tendrá jurado popular,tendrá lugar a partir de este lunes 21 de octubre y se prolongará durante toda la semana hasta el viernes 25 en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada.

Las partes

La acusación particular, que ejercen los familiares de la víctima, precisa que el acusado y su pareja discutieron por WhatsApp aquella madrugada por un dinero que presuntamente él le robó a ella del monedero, lo que acabó en insultos y amenazas. No obstante, fue al tener conocimiento de que su pareja se encontraba junto a la víctima cuando decidió desplazarse a la vivienda con la presunta intención de acabar con su vida.

Solicitan que sea condenado a 25 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento, al entender que trató de prolongar innecesariamente la agonía de la víctima, y cinco años más por amenazas, según consta en el escrito de acusación.

En contraposición, la defensa del acusado alega que actuó en legítima defensa después de que la víctima le atacara con una catana en la cabeza y el tórax provocándole heridas que, según los informes forenses, le habrían provocado la muerte de no haber recibido inmediata asistencia.

El acusado defiende así que su objetivo no era acabar con la vida de este hombre y que le produjo las lesiones que desencadenaron su muerte en el transcurso de un enfrentamiento que habría iniciado la víctima. Asuntos todos ellos que deberá dirimir el jurado popular cuando se celebre el juicio el próximo octubre.

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