El hombre sin miedo a la hemeroteca
Torres Hurtado, "un tío de Los Montes" con mucho aguante, ha dejado para los anales de la política granadina numerosas perlas Se ha caracterizado por ser espontáneo y populachero
Dicen los que conocen la intrahistoria del Partido Popular que Torres Hurtado ha querido morir matando en alusión a su lucha interna con Sebastián Pérez. Divisiones del PP a un lado, lo que es seguro es que el 'tío resistente de Los Montes', como se definió a sí mismo en su defensa por la operación Nazarí, ha sido fiel a su estilo desde el primer hasta el último momento en la Plaza del Carmen. Espontáneo y sin un papel delante, el ya exalcalde de Granada ha basado las comparecencias públicas en trece años de mandato en un estilo muy singular tirando a campechano, que por lo general ha puesto en bandeja el titular para los plumillas que cubren diariamente la información municipal.
Poner la grabadora durante una intervención de Torres Hurtado ha sido sinónimo de franqueza y, en muchas ocasiones, de polémica posterior. El regidor de las cuatro victorias podrá tener muchos defectos, pero nunca el de no expresarse con suficiente claridad y más aún cuando su objetivo es cargar tintas contra un adversario político. Es cierto que no pasará a la historia de la política como un excelente orador ni se le conocen grandes discursos, aunque no parece que haya sido su intención, pues su táctica ha sido la de mostrarse como un ciudadano más de la ciudad cada vez que hablado, sin esconder nunca su acento oriental y recurriendo habitualmente a frases hechas y refranes para remarcar sus ideas.
Por la boca muere el político. No obstante, en el caso de Torres Hurtado su defunción política ha tenido que ver con otra circunstancia, aunque ha estado más de una vez en la picota por declaraciones controvertidas. La más sonada la que dijo en un acto informal con alumnos de Selectividad de que "las mujeres, cuanto más desnudas, más elegantes y los hombres, cuantos más vestidos más elegantes", y que justificó como una malinterpretación y una descontextualización de una frase que le hizo famoso en toda España, con las redes sociales ardiendo y la oposición pidiendo su dimisión.
No es la única vez que ha tenido que retractarse, como cuando tuvo que pedir perdón a la ciudad de Cuenca por criticar su escaso poder turístico o como cuando se vio obligado a exculparse ante Córdoba y Sevilla por pedir a los jóvenes que convocaran botellones para los Patios de Córdoba y la Feria de Abril. Igual de llamativas han sido otras de sus perlas en diferentes disputas con la Junta, la oposición en el Ayuntamiento o personajes como Carlos Marsá o el arquitecto Rafael Moneo por su proyecto de estación del AVE.
Torres Hurtado nunca ha mostrado demasiado temor ni recato por lo que pudiera pasar y por lo que se pudiera sacar de la hemeroteca. Es por ello, que se ha llenado la boca en mostrar lo "avergonzado" que estaba por la corrupción de compañeros del PP o asegurar por activa y por pasiva que él "no ha metido la mano" y que se lleva "muy bien" con Sebastián Pérez. El tiempo dirá si todo eso son verdades o si también 'mató' a Manolete.
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