Ciberhomofobia: una lacra que aumenta durante el confinamiento en Granada
17 de mayo Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia
La provincia acumula cada año una media de tres víctimas de homofobia, transfobia o bifobia, según datos oficiales
La gran mayoría de las víctimas no denuncian estas situaciones
Granada/El 25 de diciembre de 2019, una pareja gay fue agredida por dos jóvenes y una menor en plena Gran Vía. Un mes antes, otra pareja homosexual fue atacada en un bar de la localidad de Belicena. Y desde el mes de septiembre, la ciudad ha visto cómo en algunas de sus fachadas han colgado carteles y pintadas con frases como "Homosexual: El fuego de Sodoma y Gomorra volverá. ¡Escapa por tu vida!". Se trata tres ejemplos sucedidos en Granada que parten de una lacra que, durante los últimos siete años, ha dejado 20 casos de agresiones en la provincia, una cifra que tan solo refleja una ínfima parte de la realidad. ¿Los motivos El temor que aún existe entre la mayoría víctimas a la hora de denunciar.
Cada 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, una lucha que este año ha visto además cómo la crisis sanitaria por el coronavirus ha agravado aún más la situación de muchas de sus víctimas.
Si durante el primer trimestre del año, el uso de las redes sociales había crecido un 20% –así se expone en un informe de App Annie recogido por la UOC News–, el confinamiento ha provocado que ese crecimiento se haya multiplicado y con él también los ataques online a un colectivo que ya copa el 11% del total de agresiones en la red: el LGTBIQ+.
En este sentido, el Observatorio Andaluz contra la Lgtbifobia, dependiente de Andalucía Diversidad LGBTI (Federación andaluza de asociaciones LGBTI) dio a conocer este sábado que, a través de consultas telefónicas y vía online, 32 agresiones relacionadas con la homofobia en los últimos 60 días. La gran mayoría de los casos se han producido a través de las redes sociales en forma de insultos, acoso o discriminación, "el entorno de internet y las redes no entienden de barreras ni cuarentenas, y los usuarios del colectivo LGBTI están expuestos a este tipo de agresiones, al igual que los agresores ven un cauce para desarrollar su homofobia", según señaló a través de un comunicado, el presidente de Andalucía Diversidad, Antonio Ferre.
Sin embargo, al igual que ocurre con las agresiones que sufre el colectivo fuera de las redes sociales, la gran mayoría no se denuncian. Tal es así que, según una investigación publicada en Statista sobre ataque homófobos, el 44% de las víctimas ignora los mensajes de odio, el 24% bloquea o deja de seguir al acosador y solo el 17% responde o se enfrenta a su atacante. Esto precisamente es una clara radiografía de lo que ocurre con los hechos conocidos por las autoridades en cuanto a agresiones homófobas o trans.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio del Interior, durante el primer trimestre de este año, la provincia de Granada ha registrado un total de 46 delitos contra la libertad e indemnidad sexual, epígrafe dentro del que se incluyen las agresiones a este colectivo.
Sin embargo, para encontrar los últimos datos detallados sobre este tipo de delitos de odio hay que remontarse al año 2018, último periodo del que el Ministerio del Interior ofrece el desglose por provincias. Según se recoge en el portal estadístico de criminalidad, se registraron tres hechos conocidos de delitos contra la orientación sexual e identidad de género y uno de discriminación por razón de sexo o género, mientras que hubo un total de cinco victimizaciones registradas en ese periodo y sólo una detención. Si bien, según los datos recopilados existe una media anual de tres victimizaciones en la provincia a tenor de los últimos datos detallados, los cuales corresponden al periodo entre 2013 y 2018.
Pero, ¿por qué realmente la cifra de casos de homofobia o transfobia parece tan baja? "Porque la mayoría de la gente que lo padece aguanta en silencio", explica el presidente de Granada Visible, Chema del Águila, que aclara que "además de que todavía hay quienes creen que son culpables por el hecho de ser homosexuales, que tienen como una homofobia interiorizada, también hay personas trans, por ejemplo, que no quieren denunciar la situación por el miedo al estigma de ser aún más señalado". Y es que precisamente aún existe una gran discriminación que, lejos de lo que pueda pensarse de estar arraigada en las personas de mayor edad, se encuentra entre los jóvenes.
Según el informe publicado hace seis meses por el Observatorio Andaluz contra la Homofobia, Bifobia y Transfobia junto a Andalucía Diversidad –se encuestó a 5.500 estudiantes de entre 12 y 18 años de 75 Institutos de Educación Secundaria Obligatoria– el 36% de los jóvenes granadinos piensa que es un comportamiento que se puede corregir, mientras que algo menos del 4% aún considera que la homosexualidad es una enfermedad. De igual modo, el 50% de los encuestados consideró que creía que podría identificar a un homosexual únicamente por su profesión, su forma de vestir y su forma de hablar.
"Existe lo que se llama la plumofobia", indica la vicepresidenta de la asociación Arcoiris, profesora de economía y "mujer trans visible", Sandra Rodríguez Salas. Y es que aún siguen esos clichés sobre los homosexuales contra los que aún cuesta mucho luchar.
Un ejemplo de ello, dentro del colectivo trans, es el mero hecho de acudir a un centro de salud. "Las personas trans intentan evitar ir al médico porque cuando llegan allí, no saben por qué nombre las van a llamar y ya van con la presión de tener que responder ante un nombre que no es el suyo y que le ha hecho sufrir porque no es esa persona. Los protocolos, en este sentido, aún están atrasados", explica Chema del Águila que, al igual que Sandra Rodríguez, insiste en la importancia este año del 17 de Mayo ante el "doble confinamiento" que están viviendo muchas personas LGTBIQ+.
"Estamos detectando muchos casos de personas que sufren el doble confinamiento. Chicos y chicas trans que sus familias los siguen llamando por el nombre antiguo u homosexuales que sus familias le niegan ser quien es", afirma Sandra Rodríguez, que además pone el foco en casos "de menores a los que por ello sus padres le han negado el acceso a las redes sociales, cuando podría haber sido su única vía de escape durante el confinamiento", asegura, algo que, como indica Del Águila, "si el aislamiento ya de por sí dejará secuelas psicológicas en la población, más se van a disparar en estos casos en los que estas personas no han podido mostrarse tal y como son".
Por todo ello, desde estas plataformas, mantienen una lucha diaria en aras de lograr una igualdad real, algo para lo que insisten en que se ponga en marcha el Observatorio contra los delitos de odio de Granada, una iniciativa que quedó en stand by hace unos meses y de la que insisten en su necesidad. "Si se tiene un registro en Granada, se podrá analizar cuáles son las medidas que han de ponerse en marcha para paliar la situación", expone Del Águila, que coincide con Sandra Rodríguez en que "hay que potenciar la educación y la visibilidad". Pues, como asegura Rodríguez, "el miedo se quita con luz. Somos personas diversas pero tan seres humanos como los demás".
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