Un hotel y 600 aparcamientos en la Ciudad Deportiva Granada 92
El empresario dijo a sus colaboradores que el proyecto urbanístico iba a ser el "copón bendito"
Uno de los negocios en los que Enrique Pina Campuzano tenía máximo interés durante los días en los que estuvo pinchado su teléfono por la Policía sería un proyecto para desarrollar un complejo deportivo, con un hotel y 600 aparcamientos en la antigua Ciudad Deportiva Granada 92, una construcción parada desde hace décadas junto al Centro Comercial Alcampo, fruto del proyecto frustrado del empresario granadino Carlos Marsá.
Los intereses de Pina en esta instalación vienen de la operación de venta del equipo Ciudad de Murcia a Marsá, quien con esa plaza en segunda división puso en funcionamiento el Granada 74 SAD. Del pago de aquella operación arrastra el murciano una deuda que él cifra en 10 millones de euros, aunque habría sido transferida a una sociedad, Exclusive Sport, que es la actual propietaria de esos terrenos y, al parecer, en proceso de liquidación concursal. En sus conversaciones telefónicas, Pina expone a sus colaboradores un plan que va más allá de recuperar esos 10 millones de euros y que pasaría por intervenir en el proyecto a través de los inversiones croatas que conoce y de los que habla constantemente en casi todos los negocios en los que participa.
Uno de los objetivos es que el propio Marsá no pueda cobrar los 2 millones que al parecer también le corresponden por la venta de esa instalación frustrada.
Pina le dice a uno de sus colaboradores que esta operación puede ser el "copón bendito". Que tiene, por un lado, a una cadena de gimnasios de Almería que estaría interesada en el alquiler. Y por otra parte, a los inversores croatas. Ellos serían los que comprarían el terreno y la instalación.
Lo más peliagudo de la conversación tiene que ver con la propuesta para llegar a hacer este negocio, pues todo pasa por una simulación que tendría que hacer el administrador concursal designado por el Juzgado. El abogado con el que habla le explica a Pina que había otra propuesta para el terreno pero que él "engolosinó" al administrador para que la echase para atrás, prometiéndole... "Simplemente que iba a cobrar".
Pina le explica que la idea es que él renuncia formalmente a sus 10 millones de euros, de cara al Juzgado que lleva el concurso, "pero el administrador tiene que hacer que al inversor le suponga como que le ha costado 10 millones más de lo que tiene que pagar". Realmente "la oferta que se hace es como si a mí me paga, ¿me entiendes?, aunque no me pague". Y continúa Pina: "Yo voy con 15 millones y la jueza dirá hostia, yo ahora mismo me quito de en medio a Quique Pina, me quito del medio a todos y lo arreglo". El empresario explica que la idea es que los inversores hagan un hotel, 600 parking y la parte deportiva. "¿Y qué pasa ahora? Pues que nosotros entramos con el terreno a empezar a ganar el dinero que podamos".
Unos días después, el mismo abogado llama a Pina para contarle su conversación con el administrador del concurso, que no estaría de acuerdo en la forma de hacer el negocio porque es un proyecto muy en el aire.
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