José Miguel Jiménez, el atarfeño jefe de Tecnología del CERN: "Todo el mundo quiere venir a Granada"

Tras años de apuesta por el turismo y la cultura, este investigador sostiene que Granada puede capitalizar lo que supondrá albergar el acelerador de partículas, una instalación científica que forma parte de un gran proyecto que pretende dar a luz un nuevo modelo energético

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José Miguel Jimémez. / Fundación BBVA
A. A.

19 de noviembre 2024 - 06:00

"El acelerador de partículas será una piedra dentro de una estrategia". Atarfeño de nacimiento, criado en el continente africano, experto en tecnología de vacío, dirige en Ginebra a un equipo de más de 550 personas. José Miguel Jiménez Carvajar (Atarfe, 1968) asiste en Granada al evento La Gran Ciencia y su impacto económico en el entorno, que tendrá lugar este martes a las 19:30 horas en la Cámara de Comercio de Granada. Desde Ginebra, donde dirige el Departamento de Tecnologías del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear, el CERN por sus siglas en francés, habla de Granada, de sus orígenes, sus veranos en Nerja y de las casualidades de la vida. La abuela de su esposa, a la que conoció en Francia, también era granadina de Atarfe. Jiménez cuenta por videoconferencia que allí ya han puesto los neumáticos de invierno. "Hemos entrado en la fase oscura durante los próximos cuatro meses".

El CERN, por poner en contexto quién es este granadino, es la Organización Europea de Investigación Nuclear, que contiene el mayor laboratorio de física del mundo. Allí comenzó internet, por ejemplo. Con un impecable acento francés cuenta que tiene "sangre de Atarfe". Su padre se dedicó a la cooperación y a la diplomacia. "Crecí en África". Sus padres "siempre volvieron a Granada". El contacto se ha mantenido en el tiempo y ahora este experto en el vacío, responsable de la tecnología que se emplea en los aceleradores de partículas de este laboratorio de física, el mayor del mundo, pondera las ventajas que ofrece Granada para la ciencia, y lo que a su vez la ciencia puede aportar a la provincia. "A Granada vienes una vez y te quedas toda la vida. Tiene un encanto muy particular".

Pregunta.¿Cree que la ciencia puede ayudar que Granada dé ese salto económico que tanto anhela?

Respuesta.Lo primero que quiero decir es que la Facultad de ciencias ha dado un apoyo, y no sólo la de Ciencias. Sevilla tiene una Escuela de Ingeniería muy potente. Por ahí las cosas van en la buena dirección. Granada está desarrollando cada vez un poco más el peso de lo que son las ciencias fundamentales y Sevilla también está invirtiendo. Esa competición es una realidad y va bien. Hay espacio para todos. La ciencia y la tecnología son indicadores de un ambiente propicio para la industria. La industria necesita algunos indicadores para establecerse. Siempre se dice que es complicado venir a Granada a trabajar porque en muchos casos el problema no es encontrar a una persona que venga a Granada, el problema es que la pareja luego no encuentra trabajo. Por supuesto un centro de investigación, una gran infraestructura científica, es definitivamente un indicador de lo que puede ser la región a medio y largo plazo. Es un elemento necesario, pero no determinante.

P.Hace falta más... Servicios, empresas...

R.Exactamente. El IFMIF Dones será una piedra de una estrategia que luego hay que mantener y desarrollar. España en general, y Andalucía, con Granada, Sevilla, Málaga... tienen la ventaja de tener una juventud muy bien preparada y de tener un entorno cultural bueno. Y calidad de vida. Muchos otros países cada vez lo miran más. El mundo está cambiando mucho y la nueva generación, la generación Z, no ve la vida como la hemos visto nosotros. Tienen otras ambiciones de calidad de vida, de equilibrio. El mundo está cambiando y la economía está cambiando. Hubo un momento del turismo, luego vino el momento de la cultura y claramente ahora le toca a Granada capitalizar un poco en la ciencia, en la tecnología.

P.Habla de los jóvenes. Aquí durante años han tenido que salir científicos y tecnólogos porque no había otras opciones... Usted trabaja en Ginebra, ¿Cómo ha visto eso? ¿Sufren estos investigadores del síndrome del impostor cuando llegan a centros como el CERN?

R.Nosotros, por los datos que tenemos, sabemos que tienen un nivel académico y una valoración por el management muy, muy alta. La mayoría no se pueden quedar porque tenemos una política de contratos muy complicada, pero la calidad humana y la preparación científica y técnica de los españoles es muy buena, muy buena.

P.Usted dijo en una ocasión que el CERN es una fábrica de doctorandos, ¿Ve factible que Granada también lo sea?

R.Sí, claramente. El IFMIF Dones es una fuente de neutrones de muy alta densidad y el objetivo es estudiar los materiales para luego poder fabricar las infraestructuras de fusión. La idea es intentar confinar un plasma para tener una fuente de energía sostenible. Es una fuente de energía que para ser rentable primero tiene que tener un rendimiento muy elevado y, segundo, tiene que mantenerse operativa durante 20 o 30 años. Hacer una planta nuclear que funcione 10 años no le interesa a nadie. Los materiales que componen la cámara de fusión tienen que aguantar un flujo de neutrones de muy alta densidad durante muchos años. Y eso necesita seguir desarrollando materiales. Son estudios de materiales a un nivel muy avanzado y una infraestructura como el IFMIF Dones tendrá capacidad para acoger muchos estudios y muchos, muchos doctorandos.

P.Las investigaciones que se hagan aquí pueden aplicarse a muchos ámbitos. Es algo que ya pasa en el CERN.

R.Las tecnologías que se desarrollan para esas grandes infraestructuras científicas siempre tienen un impacto en la sociedad, directa o indirectamente. Las empresas que van a trabajar en Dones desarrollarán un saber hacer que luego pueden aplicar a otras actividades. Podemos hablar de aplicaciones médicas, pero no son las únicas. Por ejemplo está la optimización de la distribución de la energía... de alguna forma es capacitar al personal de la empresa para que luego tenga un acceso más fácil a otro tipo de tecnología y de mercados.

P.Esas apuestas requieren de empresas maduras en sectores tecnológicos y apoyo público...

R.Para España el IFMIF Dones supone una inversión importante para la construcción y luego será una inversión notable para mantener la infraestructura. Estos grandes proyectos cada cinco o diez años necesitan de mejoras para mantenerse siempre al primer nivel. Estoy totalmente convencido de que el IFMIF Dones tendrá competidores. Siempre está el desafío de mantenerse en el primer rango. Es una competición permanente contra el futuro en la que estar siempre mejor preparado, mejor posicionados. Y sobre todo saber convencer de que es una apuesta de futuro.

P.¡Ser científico implica ser optimista!

R.Totalmente. Cuando aprobamos la construcción del LHC los imanes no funcionaban. Estábamos convencidos de que funcionarían, pero cuando en el 96 se aprobó el proyecto no teníamos ni uno funcionando. Eso es la vida de un instrumento científico. Es tener perspectivas positivas, pero claro, no esperar a que esté todo validado. El riesgo financiero es muy alto y entonces es muy difícil poner en manos de las empresas. Una empresa tiene que tener certidumbre. Eso explica por qué este tipo de iniciativas no están en manos de capital privado, sino en manos de estados o de la Unión Europea, en este caso de Fusion for Energy. El riesgo tecnológico está muy controlado pero el riesgo financiero es muy elevado.

P.El triángulo virtuoso del CERN del que ha hablado en alguna ocasión implica innovación, investigación y educación. En ese punto, usted es capaz de utilizar el pan para explicar conceptos físicos...

R.Es absolutamente necesario acercar la ciencia a la sociedad. Hay muchas prioridades hoy en día en nuestras sociedades. Coger dinero para ponerlo en ciencia cuando se podría poner en hospitales o en ayudas directas a las familias, eso se debe explicar. Y claro, explicarlo significa acercarse un poco a la sociedad y explicar las ventajas que puede tener este movimiento, que es un movimiento estratégico todos los países. Está demostrado por la OCDE que todos los países ricos invierten mucho en ciencia. Eso permite tener un tejido industrial, una sociedad mucho más preparada. Para poder responder a las oportunidades que se pueden presentar, ya sea en medio ambiente, en energía, en tecnología... si se tiene personal se puede reaccionar. En España hemos formado a muchos ingenieros para luego cogerlos las empresas alemanas y aprovecharlos. Lo ideal sería que nosotros pudiéramos hacer ese ejercicio.

P.Al principio había mucha cautela con el proyecto del acelerador de partículas en Granada...

R.Es una dinámica normal. Países que trabajan con España en Japón como Italia o Francia por supuesto hubieran querido acoger esta infraestructura en su país. España se movió muy rápidamente. Y creo que hizo bien. Pero luego lleva tiempo convencer a los socios para que se junten porque, claro, para ellos es una inversión fuera del territorio. Es algo que no es fácil vender a nivel político. España ha estado invirtiendo en infraestructuras fuera de España y creo que es normal que ahora otros países inviertan en una estructura científica en España. Será un éxito. Lo veo como el ALBA que está en Barcelona. Es complicado de montar, pero luego coge la dinámica y se convierte en referente a nivel europeo, con muchas, muchas interacciones. Y si se gestiona bien puede lanzar un tejido científico y tecnológico a nivel local. Y no nos vamos a engañar, en temas de acoger eventos científicos, Granada tiene un potencial de seducción que es alucinante. Todo el mundo quiere ir a Granada.

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