Juana Rivas regresa a la batalla judicial por sus hijos ocho años después
La madre de Maracena vuelve a luchar por conservar a su hijo en los juzgados, una situación que recuerda a lo pasado en 2017
La defensa de Juana Rivas eleva a la Fiscalía el caso del hijo menor y pide "protección internacional"
Granada/Juana Rivas vuelve a verse envuelta en un proceso judicial en relación a la custodia de sus dos hijos, una situación que recuerda indudablemente a la vivida en 2017, cuando esta madre de Maracena llegó a estar en paradero desconocido junto a sus hijos, que en aquella época tenían 11 y 3 años, ante el rechazo a entregarlos a su exmarido, Francesco Arcuri, por orden del Juzgado de Primera Instancia Número 3 de Granada. Ahora, la defensa de la maracenera se afana en que Daniel, su hijo menor (el primogénito, Gabriel, es mayor de edad y vive con ella) se quede en Granada especialmente después de que un juzgado de guardia pausase el regreso del pequeño a Italia de forma provisional.
Fue en julio de 2017 cuando el nombre de Juana Rivas comenzó a aparecer en la prensa. El día 26 la madre debía entregar a sus hijos después de que se trasladase a España con ellos desde Italia, donde residían junto al padre, en abril de ese mismo año. Una situción que llevó a Arcuri a denunciar a la granadina por sustracción de menores, lo que motivó que la Justicia le ordenase a esta úlitma devolver a los dos hijos.
"El mayor no desea regresar a Italia con su padre. Me dijo que no poía dormir, que se le ha acabado la vida", relataba Rivas a los medios aquel 26 de julio de hacer ocho años, al tiempo que dejaba clara su intención de no cumplir con su obligación de entregar a Daniel y Gabriel.
Las declaraciones de aquel momento recuerdan a las que hace unas semanas, cuando el menor, al llegar a España para pasar las navidades con su hermano y su madre, le pidió a estos ayuda y que no le dejaran volver a Italia, según constaba en el escrito que la representación legal de Rivas presentó ante la Corte de Apelación de Cagliari y en el que se recogía las declaraciones del menor: "A menudo pienso en morir. Mi padre me pega, me grita, me golpea, me dice malas palabras. No puedo más, me da mucho miedo. Él siempre me dice que diga la verdad, si no me pega y no me deja venir más a mi hermano, mi madre y toda la familia".
Pese a todo, y tras un mes en paradero desconocido, Rivas decidió por fin entregar, de forma voluntaria, a los hijos a su exmarido y los tres se fueron a vivir a Italia, al tiempo que que la justicia del país dejaría sin la custodia a la de Maracena, que empezó su propio conflicto judicial que la llevó a enfrentar a dos delitos de sustracción de menores.
En 2018 llegó la primera sentencia, que condenó a Rivas a cinco años de cárcel y seis de pérdida de la patria potestad por el Juzgado de lo Penal 1 de Granada. Una sentencia, no exenta de polémica, firmada por el magistrado Manuel Piñar, en la que se mezclaban juicios de valor y se excluían hechos como la condena contra Arcuri por violencia de género. Para Piñar, "esas acusaciones son excusas para quedarse con la custodia de los niños" al tiempo que le dirigía duras críticas por “vilipendiar” el honor de su expareja.
El Supremo rebajó aquella pena a la mitad, lo que no evitó que la madre entrase en prisión, a lo que posteriormente se sumaría el indulto parcial por parte del Gobierno, lo que rebajó finalmente la pena de prisión a un año y tres meses.
La separación de los hermanos
El indulto llegó en 2021, mientras el proceso judicial por la custodia seguía adelante en Italia, una situación en la que el Tribunal Supremo del país transalpino también se pronunció pidiendo, el pasado año, que volviese a celebrarse el juicio civil "que separó a los hermanos", según informó en su momento este periódico.
Por su parte, el hijo mayor, decidió volver a España con su madre al cumplir los 14 años en 2022, edad legal necesaria para poder decidirlo, y aún vive con ella mientras que su hermano, del que tiene al custodia el padre, sigue en Italia con él.
Recientemente, la defensa de la madre presentó un escrito ante la Corte de Apelación de Cagliari (el equivalente italiano a una audiencia provincial), solicitando que Daniel permanezca en Granada por entender que se encuentra en una situación de grave riesgo.
Entre las medidas que exigía la defensa, que aseguraba que el padre había viajado también a España y había mandado varios mensajes amenazantes a Rivas, se encontraba una orden de alejamiento de Rivas y sus hijos respecto a Arcuri "para garantizar su seguridad y bienestar", al tiempo que se pide el régimen de custodia exclusivo del menor a la madre de Maracena, una demanda que parece no haber tenido respuesta.
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