La Rayuela
Lola Quero
Tierra de espías
Entrevista|Julio Vao| Expresidente de Vox en Granada
El pasado Día de la Toma Julio Vao paseaba por las calles de Granada con Javier Ortega Smith, secretario general de Vox y uno de los rostros más mediáticos del partido. Unos meses después la formación ha implosionado en la capital, Vao ya es el expresidente del partido y anuncia que dejará la militancia.
–Este periódico publicó el martes una condena contra usted del año 2006 y, apenas unas horas después, Vox lanzó un comunicado en el que se afirmaba que ya había sido cesado la semana anterior. ¿Tenía constancia en ese momento de que ya no era el máximo dirigente del partido?
–Esta historia tiene un preámbulo cuando tengo conocimiento de que el Día de Andalucía se reunieron en el hotel Meliá determinadas personas cercanas a Vox para poner sobre la mesa esta sentencia, entre ellos un exjefe de zona de la entidad bancaria en la que trabajaba y que no me mira bien porque denuncié ante la Caja unas dietas y unos kilometrajes que no se sostenían. Me enteré de esta reunión y automáticamente sabía que iban a utilizar esta sentencia para tomar el control del partido. Pero es que esta sentencia yo ya la puse en conocimiento de Vox con antelación y llegué a pedir que me dejaran darla a conocer para poder explicarme bien, porque era consciente de que iba a explotar de un día u otro en los medios de comunicación. En Madrid me dijeron que no era conveniente porque estábamos en época electoral, lo que me dejó muy intranquilo porque Ignacio Nogueras me la tenía sentenciada, lo que no comprendo porque yo salí presidente de Vox en unas primarias a las que él no se presentó.
–Y llegamos al día del cese. ¿Cómo se desarrollaron los acontecimientos tras la publicación de la sentencia?
–No ha habido tal cese, yo he dimitido. Escribo la carta esa misma mañana, un martes 26 de marzo, pero la carta la fecho dos días antes, el domingo 24, para no dejar mal al partido que decía que me había cesado la semana anterior, lo que no era cierto. Si me hubieran cesado tendría una carta del partido, pero no es así.
–¿Ignacio Nogueras sigue siendo un poder en la sombra dentro de Vox?
–Está fuera del partido porque está expedientado durante seis meses. Nogueras es muy amigo de Manuel Martín [empresario hotelero de Salobreña y expresidente del PP de la localidad] y este es muy amigo a su vez de Santiago Abascal. Tanto Manuel Martín como Nogueras estuvieron en esa reunión del Día de Andalucía que acabó con un viaje de Martín a Madrid para hablar directamente con Santiago Abascal. Yo sabía que esto iba a pasar, con lo que viajé por mi parte a Madrid para pedir salir en los medios para explicar mi situación porque sabía que ellos iban a utilizar esta información.
–¿Se siente entonces una víctima de las luchas internas en Vox? De hecho se especula que Manuel Martín ha tomado el poder en Vox de facto y la número uno al Congreso por Granada, Macarena Olona, acaba de publicar una foto en Twitter con Manuel Martín y Onofre Miralles a los que llama “mis puntales más importantes”.
–Parece que es así.
–A Onofre Miralles le sitúan como nuevo responsable de comunicación en esta nueva etapa. ¿Tiene conocimiento de esto?
–Es un abogado muy conocido, defendió en los tribunales al exalcalde de Salobreña, al exalcalde de Otura... No lo conozco personalmente pero parece que es otro de los hombres fuertes de Vox.
–Su sustituto en la presidencia del partido es Francisco Ocaña, actual parlamentario de Vox por Granada. ¿Qué papel ha jugado en el partido en este tiempo?
–Es difícil compatibilizar el cargo de parlamentario con la presidencia del partido, yo mismo renuncié desde el primer momento a optar a un cargo porque entiendo que este trabajo no se pude solapar con otra responsabilidad. De momento me consta que Ocaña no ha sido nombrado oficialmente como presidente del partido.
–Dice que no hubo cese, que usted dimitió. ¿No quiso esperar a poder explicarse ante un comité de garantías del partido?
–Dimito porque se me pone una trampa de la que no pude salir. Nosotros teníamos que presentar las listas para las generales. Santiago Abascal me manda un watsapp en el que me pide una lista para las elecciones, que ellos ya la valorarían, y yo mando cinco currículos bastante importantes. Me entero por la prensa que la número uno será Macarena Olona, algo inaudito. El comité electoral vuelve a ponerse en contacto conmigo para que envíe los nombres. Yo con los precedentes que había no sabía que hacer, y al final me dijeron que la número uno iba a ser Olona y que se iba a respetar la lista que yo enviara [...] Así que presenté mi lista, se la dimos al representante electoral y a las 12 se va a presentarlas a la Junta Electoral. No pasa nada, las comienza a presentar poco antes de la una y se las sellan a una y cuarto. A las dos me llama el señor Cabanas de Madrid [vicesecretario de Presidencia] diciéndome que he presentado una lista que no ha presentado el Comité Ejecutivo Nacional. Pero yo no tenía ningún conocimiento de esta lista. Le pregunté cuáles eran los cambios, no me quiso decir nada pero acabó la conversación amenazándome de que iba correr la sangre por estas listas. Esa una anécdota, pero al poco de hablar con Cabanas ya me dijeron que Manuel Martín iba a ser el segundo elegido por el partido para el Congreso, algo que yo hubiera incluido sin problema de haberlo sabido. Vox es una estructura piramidal, más aún desde que se cambiaron los estatutos y se suprimieron las primarias.
–¿Sigue siendo militante de Vox?
–Lo he sido hasta esta entrevista.
–¿Es posible verle en otro partido?
–Me ha hecho ofertas gente que conoce mi trayectoria personal, no la política que apenas ha durado tres años
Julio Vao fue condenado en 2006 por un delito continuado de estafa cuando era director de una sucursal de la antigua entidad Caja de Ahorros de Granada. La noticia causó un notable revuelo mediático que ha acabado con su salida de Vox. Vao defiende que en este caso fue una ‘cabeza de turco’ y que actuó en todo momento dentro de la legalidad.
“Yo ganaba mucho dinero en aquella época en la Caja de Ahorros, tenía buena posición. Por un fallo de los abogados del banco por no haber hecho la denuncia de alzamiento de bienes no tenía manera de cobrar, así que lo más fácil era hacer que pagara yo. Reclamaban un millón, pero era de forma solidaria con el resto que al no tener patrimonio tuve que hacerme cargo yo de ese millón de euros. Yo no aprobé la operación, me limité a mandarla al comité de riesgos”, señala el expresidente de Vox.
En su relato de los hechos, dos clientes "que no conocía" pidieron un descuento ocasional en su oficina. “ En aquella época yo no estaba autorizado a concederlo porque dependía del comité de riesgos de la Caja de Ahorros. Los papeles los rellena la interventora y compruebo que tiene los dos requisitos básicos, capacidad de pago y las garantías de la empresa. Garantías de pago existían por parte de uno de los intervinientes, Puertas y Persianas Triunfo S. L, un dato importante porque la sentencia afirma que no había tal empresa y existía y sigue existiendo”. El descuento se hace con un piso que uno de ellos tenía en Barcelona por 4 millones en total, 3 millones a un librador y otro al segundo librador. “El Comité de Riesgos aprobó la operación y fuimos a corredores de comercio, se libera el crédito, se abona en dos cuentas y a partir de ahí un dinero sale de una cuenta con un cheque al portador que se ingresa en otra entidad. En la otra cuenta se hacen dos traspasos, uno de 505.000 pesetas a una cuenta de la mujer de uno de los estafadores y otro de 450.000 pesetas a otro de los estafadores, quedando 45.000 pesetas que se queda el propietario de la cuenta. Esa es la operación y al cabo del tiempo presentamos los pagarés en la central del BBV y son aceptados y se carga el primer recibo del pagaré a la empresa. La empresa devolvió el cargo por falsificación de firma. Llamé al comité de riesgos para alertarles de estas situación para que vigilaran el piso de Barcelona que estaba como garantía. Al poco pido una nota simple del piso que garantizaba la operación y resulta que lo había vendido a su hermano, con lo que era un alzamiento de bienes”. Según Vao los abogados de la entidad bancaria dejaron pasar el plazo para denunciar esta situación y la caja quedó sin capacidad de reclamar ese bien en garantía de los cuatro millones de pesetas.
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