Una lección de vida en la carretera

Decenas de jóvenes asistieron ayer a una clase muy práctica de seguridad vial en la que aprendieron algo muy importante: "La carretera no es un juego". La Huerta del Rasillo se convirtió en una pequeña ciudad improvisada con señales, semáforos, conos y por supuesto, conductores de motocicletas, ciclomotores y bicis.

Los chavales de distintos centros educativos de la ciudad como Ramón y Cajal, Juan XXIII de La Chana o Ave María Casa Madre, entre otros, tuvieron la oportunidad de participar en la X Jornadas Moteras que organiza el Ayuntamiento de Granada desde el centro de seguridad vial que forma parte del área de Movilidad.

El objetivo es "formar a los jóvenes que conducen motos y bicis para que aprendan a circular con las mejores medidas de seguridad". Así lo explicó ayer la concejal de Movilidad, Telesfora Ruiz que añadió que este año las jornadas quieren innovar incluyendo a las bicicletas en el programa. "Hemos introducido algo curioso y clave como es unir estos dos vehículos para que aprendan a convivir".

Porque está claro que las personas que viajan a dos ruedas son más susceptibles de sufrir un accidente de tráfico. De hecho, de los 306 accidentes registrados en 2011, en 188 de ellos, estaban implicadas motocicletas o ciclomotores y en 9 bicicletas.

Hace unos años, enseñar a los jóvenes que tenían moto a utilizar el casco era una lección primordial para evitar accidentes mortales. Ahora, parece que ya tienen esa asignatura aprendida, por lo que desde seguridad vial hacen hincapié en otros asuntos como las distracciones al hablar por móvil , los adelantamientos peligrosos cuando se invade el carril contrario, los giros indebidos o la importancia de coexistir con bicis y coches en una misma calzada. Un asunto que tiene especial relevancia ya que tal y como advierte la Dirección General de Tráfico, el número de personas lesionadas por accidente entre 2008- 2020 se va a reducir considerablemente, a excepción de los motoristas para los cuales se prevé un aumento importante.

Por ello, hay que incidir en la formación vial para que los futuros conductores potenciales no sufran esas consecuencias. Alejandro Torres tiene 16 años y después de esta clase magistral lo tiene claro. " Hemos aprendido a circular y aunque sé que el casco salva la vida es bueno recordarlo. Además he tenido bicicleta y se debe conducir con cuidado para no provocar un accidente". Arantxa Martín extrajo de las jornadas una lección de vida: "La carretera no es un juego".

Los chicos tuvieron una primera toma de contacto con una asignatura muy importante y que bien aprendida puede salvar muchas vidas en la carretera.