La luz llega a San Nicolás
patrimonio | El coste de la intervención supera los 1,5 millones de euros
Las obras de restauración de la iglesia se retoman tras varios años cerrada La torre seguirá abierta
En dos años la Iglesia de San Nicolás, situada en la plaza más fotografiada de Granada, recuperará la luz. Tras un pasado de decadencia y de reformas fallidas, se ha dado luz verde a la rehabilitación que devolverá la vida a este templo de estilo mudéjar con una marcada influencia gótica que vecinos y cofrades se han empeñado en recuperar para la ciudad.
El templo, que se cerró al culto en el año 2012, arrastra un pasado de intervenciones fallidas. Según explica el arquitecto encargado de la actuación, Antonio Martín Muñoz, los primeros problemas se originaron tras la quema del edificio por parte de un grupo anarquista en el año 1932. Desde ese momento hasta 1942, la iglesia quedó en estado de abandono. "Casi se convirtió en un almacén de materiales del barrio del Albaicín. Aquí venía la gente a llevarse los ladrillos y las piedras para hacer las reformas de sus viviendas", detalla Martín Muñoz, que cuenta como finalmente terminó hundiéndose parte de la bóveda. En ese periodo, el párroco de la iglesia ya intentó iniciar una reforma sin éxito. "Intentó buscar una solución hasta que finalmente en 1942 decide entregar su casa, que estaba situada junto a la iglesia, al Ayuntamiento a cambio de que éste construya la cubierta que hay en la actualidad", detalla Martín Muñoz, que cree que esta actuación ya estaba encaminada al fracaso pese a las buenas intenciones, pues se hizo de una forma muy precaria. "La actuación, que debía haber aguantado unos 200 años, empezó a dar problemas solo 40 años después", explica el arquitecto, que recuerda que desde ese momento hasta hoy los cimientos han dado algunos sustos. "El peor fue durante la celebración de una boda, pues cayó un trozo de la bóveda", explica el arquitecto, que recuerda que ante estas circunstancias se decidió desplazar el altar mayor a la capilla lateral". Tiempo después, en 2009 se cerró por completo al culto y hubo que poner una chapa en el techo y quitar todo el peso del altar mayor para proteger la iglesia. "Esta cubierta se elaboró con pocos recursos y de forma provisional, por lo que también ha dado problemas".
Todos estos escollos son los que la nueva intervención que se ha iniciado esta semana pretende solventar. Con estas obras se van a restaurar los pavimentos, se eliminarán las humedades de las capillas laterales o las fisuras provocadas por movimientos en los asentamientos. Por otra parte, se van a picar todos los revestimientos del interior, se van a restituir las fábricas originales y se va a dar un revoco que le devuelva "la imagen de material continuo pero renovado", indica Martín Muñoz, que destaca la intervención en la bóveda como la más novedosa. Según especifica, se va a realizar una restitución volumétrica para recuperar la bóveda original pero con materiales actuales en una intervención que incorporará un halo de luz cenital al interior de la iglesia. "Históricamente esta iglesia ha sido muy oscura pero se va a aprovechar esta intervención para añadir luz exterior en el templo", explica Muñoz Martín, para quién esta iluminación significa mucho: "Será una luz y una esperanza frente a la tragedia que ha tenido esta iglesia desde los años 30", destaca el arquitecto.
En el exterior, también está previsto sanear los revestimientos , aunque la iglesia mantendrá su imagen ya integrada en el barrio. Por último, destaca la intervención en la torre: "Se va a rehacer toda la estructura de la escalera y se consolidará el campanario y los revestimientos", concreta el arquitecto. Y se va a añadir el alumbrado de emergencia para garantizar la seguridad.
El coste de la intervención supera los 1,5 millones de euros si se tienen en cuenta los trabajos que se han hecho desde 2009. La promotora es la Iglesia de San José, de la que depende San Nicolás, pero también la Cofradía del Silencio que llevan años luchando para lograr las obras de rehabilitación de la iglesia. "Desde que con la crisis el Arzobispado se centró más en Cáritas, la sociedad civil se ha concienciado de que este patrimonio es parte de todos y trabajan para lograr su recuperación".
Así, también han trabajado otras hermandades y cofradías como La Aurora, que logró la recuperación de la Iglesia de San Miguel Bajo gracias al trabajo de sus integrantes. La misma línea que han llevado los miembros de la asociación Amigos de la Iglesia de San Nicolás. Este colectivo, promovido por el periodista ya fallecido Enrique Seijas, se configuró en 2012 para recuperar la iglesia. Para ello recaban fondos por varias vías que se destinan íntegramente a la rehabilitación: "Los ingresos que tenemos son por las visitas al campanario, por las que se entrega un donativo de dos euros; por los donativos de los fieles que se recogen en una hucha o con el encendido de velitas o en una cuenta bancaria creada para tal fin", detalla Alejandro Aguilar, voluntario de la asociación. Los integrantes de este colectivo se dividen cada día por turnos para recibir a las personas que desean visitar la iglesia o el campanario. "La campana está a treinta metros de altura respecto al mirador. Las vistas son muy bonitas desde arriba pues se ven los cuatro puntos cardinales de la ciudad: se ve el sur que es la Alhambra, el este que corresponde a toda la zona de Catedral, el Norte en San Miguel Alto y el Oeste en la Abadía del Sacromonte", detalla Aguilar, que cada día ofrece información sobre la asociación y la historia de la iglesia a los visitantes.
Además, también organizan actividades de difusión de la asociación. Entre ellas, Aguilar destaca el futuro concurso de fotografía sobre la Iglesia de San Nicolás y su entorno; un taller de restauración de las obras de arte de la iglesia o los premios Amigos de la Iglesia de San Nicolás, que en ediciones anteriores han recaído en la Cofradía de la Aurora o en Ramón Burgos. "Se premia a las personas que colaboran . Para esto no hay que ser devoto, es una manera de recuperar el patrimonio de Granada", incide Aguilar, satisfecho con el inicio de las obras.
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