"No se puede mantener la Universidad española a base de profesores pobres"

Roberto Fernández Díaz. presidente de la Conferencia de Rectores

Didáctico, de conversación amena, Roberto Fernández habla de Cataluña, de los problemas que acechan a los universitarios y de las tareas pendientes, como la presencia de la mujer

El presidente de CRUE, ayer, en el Hospital Real. / Reportaje Gráfico: Carlos Gil
A. Asensio

10 de marzo 2018 - 02:35

Granada/Roberto Fernández Díaz (Hospitalet de Llobregat, 1954) se apoya continuamente en las manos para dar énfasis a su discurso. Con la derecha parece asir los conceptos que desgrana en la entrevista, mientras que la izquierda queda en la reserva. Únicamente entra en acción cuando es necesario hacer una última puntualización. De verbo fluido, cierra con ojos con fuerza cuando busca dar con la palabra exacta. El carácter didáctico de su discurso es claro. Catedrático de Historia Moderna, rector de la Universidad de Lleida, desde hace medio año dirige los designios de la Conferencia de Rectores, la CRUE, que representa a 76 universidades españolas, 50 públicas y el resto, privadas.

-Usted es humanista... es llamativo.

-Soy el único rector historiador de la CRUE. Porque soy especie rara me han elegido (risas).

-Está aquí para hablar también de Historia, en concreto de Cataluña. ¿Cómo ha vivido lo ocurrido en los últimos meses como historiador?

-Como rector, soy muy institucional. Creo que la Universidad debe ocuparse de los Derechos Humanos, pero nunca debe ocuparse de lo que es patrimonio de los parlamentos. Soy muy respetuoso como rector. Otra cosa es la comunidad universitaria, que puede expresarse como quiere. Otra cosa es la institución. Por tanto, en ese sentido, el rector, y más siendo presidente de CRUE, no debe de hablar de política cotidiana, para entendernos. Dicho eso, los historiadores somos fatales como pronosticadores, no sé si peores que los economistas. Pronosticamos muy mal. Esa pregunta debería hacérsela a un historiador dentro de 150 años. Ese historiador tendrá perspectiva suficiente para tener documentos, objetividad, ecuanimidad... La verdad es que cuando un proceso político divide un país de una forma tan severa, hay que volver a conjugar la palabra conciliación. Creo que hay muchas cosas que podemos hacer en común, independientemente de la ideología de cada uno. Pido que se abran camino de diálogo entre los propios catalanes.

-¿Y cómo contarán los libros de historia dentro de 150 años lo que ha ocurrido?

-No lo sé. ¿Cómo los historiadores del siglo XVI vieron la mal llamada Armada Invencible y cómo lo vemos ahora? No tiene nada que ver. Para ser riguroso, me es imposible saber cómo lo verá un historiador. Sí hay una cosa de sentido común, lo verá como un proceso de una gran conflictividad interna en Cataluña y como un momento de una gran zozobra en la vida civil catalana.

-El periodista Enric González escribe en su libro Memorias líquidas escribe que la Historia es una ciencia exacta...

-La historia no es una ciencia exacta, porque no existe ninguna ciencia exacta. El concepto hoy sabemos que no existe. Sí estoy de acuerdo con que el conocimiento histórico del pasado es el producto de una disciplina científica que se llama historiografía, la ciencia de la historiografía. A veces se confunden. Los historiadores practican esa disciplina, la historiografía, y el resultado es la Historia.

-Está la Historia y están las historias...

-No, no, no. Tengo una materia, la estudio con la historiografía, y el resultado de mi actuación científica es la Historia. Puedes pensar que hay distintas interpretaciones... como hay de la Química, o de la Física... No es un conocimiento inmutable.

-Interpretaciones o tergiversaciones...

-Sí puede haber interpretaciones de un hecho histórico aplicando el método científico, pero esas interpretaciones no tienen que estar vinculadas con la ideología. ¿Es manipulable el conocimiento histórico? Sí. ¿Desde cuándo? Desde Mesopotamia. Desde siempre. ¿Es patrimonio de los catalanes? No. Es de los castellanos, de los suecos, de los escoceses, de los de Nueva Zelanda... porque quien tiene un proyecto de sociedad, quien formula una ideología, tiene siempre la tentación de tener de su lado el refrendo del conocimiento histórico. Fidel Castro decía "la Historia me absolverá". Quería decir "sé por dónde va la Historia, por dónde va el futuro...". Lo que creo es una lucha justa es que el conocimiento del pasado obedezca al análisis científico, con sus limitaciones, pero no a las necesidades ideológicas de los políticos.

-Pues eso es difícil...

-Claro que sí, por eso es un combate.

-Sobre cuestiones de Universidad, como presidente de la CRUE ha advertido que se está al límite...

-Me reafirmo cada día más. Cuanto más conozco el sistema universitario más me reafirmo en que estamos en un gran buque, un buque excelente, pero ese buque que zarpa a alta mal se está quedando sin gasolina y un día se va a quedar en alta mar por falta de financiación adecuada. Y además hay otros buques, que son de otros países europeos, que van a toda marcha, saben la gasolina que tienen y saben dónde quieren ir. La Universidad española no aguanta un día más. Hay que poner remedio a la situación.

-Aquí entra en escena la necesidad de un pacto de Estado...

-Yo no quiero un pacto de Estado. Quiero una nueva Ley de Universidades. Para conseguir eso, que tiene que ser discutida donde reside la soberanía popular, yo les pido a los parlamentarios que pongan a la Universidad en el frontispicio, en primera línea de sus preocupaciones. Pónganla. No puede ser que haya un debate para las elecciones y no haya ni una sola mención a la Universidad española. No me pida que sea un Fórmula 1 y me dé presupuesto de utilitario. Eso genera una frustración enorme y, además, no puede ser. Yo, y la CRUE, lo que decimos es que necesitamos una nueva Ley de Universidades para afrontar la Europa del conocimiento en un marco de la globalización mundial. Para hacer eso los protagonistas tienen que ser los parlamentarios. Les pido que lo hagan a través de un pacto de Estado o a través de una mayoría parlamentaria muy amplia. Que una vez hecha esa ley, no dure un año.

-¿Hay obsesión por los rankings en la Universidad española?

-No. Los rankings han venido para quedarse, por lo tanto no podemos pasar de ellos. Es susceptible de hacerse muchas críticas a cómo se hacen las clasificaciones, que están pensadas para las universidades anglosajonas, y no para las universidades europeas mediterráneas. Algunos de los elementos de un rankings son... en fin, compre un premio Nobel y tendrá una buena posición... El presidente de la CRUE no está nada preocupado por el hecho de que no aparezca ninguna universidad española entre las cien primeras. España está entre los cinco países del mundo con más universidades entra las 800 primeras de 22.000 universidades. Eso quiere decir que nuestro sistema es bastante aceptable.

-En las plantillas de las universidades se ha abusado de la figura del asociado.

-Hemos perdido más de 10.000 efectivos desde 2011 en las universidades españolas, 5.000 profesorado y más de 4.000 de personal de administración y servicios. ¿Cómo ha aguantado el sistema? Porque las familias han aportado más dinero y porque las comunidad docente se ha ocupado de más docencia en lugar de investigación. Si la Universidad tiene que ser motor del progreso y si hay una cierta recuperación económica, ¿para cuándo las universidades? Me parece que no se deberían haber restringido los presupuestos universitarios... pero si se pidió un sacrificio, bueno, ya lo hemos hecho. Ahora hay recuperación, ahora es el momento de decir que no podemos seguir con la precarización de a vida universitaria. No podemos aspirar a una democracia de calidad con un profesorado precario. La Universidad tiene que tener en la base al profesorado permanente. En estos momentos, probablemente, el 60% son permanentes y el 40% asociados. Y eso no puede ser. La figura del asociado legal es magnífica... pero no la figura del falso asociado. No lo considero moral. No es moral que un profesor dé los mismos créditos que yo y que no esté cobrando nada... No es moral. Así no se levanta la Universidad. Hay gente joven a la que le tenemos que ofrecerle la oportunidad de jugar el partido, y no podemos precarizarlos. No se puede mantener la Universidad española en base a profesores pobres.

-¿Qué opina del sistema de bonificaciones que este curso ha puesto en marcha la Junta para los precios públicos?

-El presidente de la CRUE no puede opinar de lo que hacen los gobiernos autonómicos.

-¿Le gustaría que ese modelo se extendiera al resto de comunidades?

-No puedo opinar.

-Sobre la presencia de la mujer en la Universidad, la rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, anunció hace unos meses la necesidad de impulsar la presencia femenina en las carreras técnicas... ¿Qué pasos se van a dar desde la CRUE en ese sentido?

-La rectora es tan sensible con ese tema, que ha trasladado esa sensibilidad a la CRUE, y el presidente le ha pedido que presida una comisión para hacer actuaciones en relación al déficit enorme que se da en algunas carreras técnicas, algo que es incomprensible y que debe ser subsanado.

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