Visto y Oído
Sonia
El juez de Granada Manuel Piñar, investigado en una causa por supuesto delito de odio en mensajes de redes sociales, niega que en este procedimiento judicial haya rastro alguno, ni siquiera presunto, de publicaciones en las que se ofenda a los gitanos. En una nota remitida, el magistrado considera que la inclusión de esa etnia, entre otras que constan en la denuncia, “forma parte del bulo creado en todo este proceso”.
El magistrado, que ha sido titular del Juzgado de lo Penal 1 de Granada, acaba de jubilarse de forma voluntaria a los 64 años, después de unos últimos años de carrera rodeados de controversia, sobre todo tras la condena a Juana Rivas, la madre de Maracena que recibió de este juez una pena de 5 años de prisión por sustracción de menores, al no entregarlos al padre que vivía en Italia.
El juez y el actual abogado de Juana Rivas, Carlos Aránguez, iniciaron una batalla judicial con denuncias cruzadas tanto en los juzgados como ante el Colegio de Abogados. Una de las consecuencias de esta situación es la investigación abierta de un juzgado de instrucción de Granada contra Manuel Piñar por supuesto delito de odio contra distintos colectivos, como denuncia también la Fiscalía. Aunque la causa fue archivada en un primer momento, en septiembre pasado la Audiencia Provincial ordenó reabrir la investigación al considerar que “algunas de las publicaciones contienen epítetos, calificativos o expresiones que se refieren de forma despectiva a ciertos grupos étnicos, razas o nacionalidades de ciertos países (gitanos, negros, moros, chinos…), los cuales pudieran comportar una discriminación o incitación al odio”.
Sin embargo, el magistrado, en su nota remitida a este periódico, pretende aclarar que la alusión a los gitanos es un “bulo” y que ni siquiera está siendo investigado por ofensas a esa raza, ya que el juez instructor dictó un auto en febrero pasado en el que acotaba los mensajes de Facebook que se sometían a investigación, sin que hubiera ninguna alusión a la etnia mencionada.
La línea de defensa del magistrado desde el inicio de la causa se basa en que las supuestas publicaciones en redes sociales son falsas, que eran pantallazos que imitaban publicaciones en la red social Facebook, “obtenidas sin seguir los mecanismos legales que regulan la incorporación a un proceso de publicaciones obrantes en redes sociales”.
El magistrado asegura también que en el transcurso de la investigación se ha librado un oficio a la sede de Meta en Irlanda (a la que pertenece Facebook) y tras ser contestado, este red “no me ha atribuido ninguna de esas publicaciones en las fechas referidas”, asegura Piñar, quien añade que ninguno de los pantallazos de las denuncias (en las que hay referencias despectivas a “moros” o “negros”) consta en el historial oficial de su cuenta.
Manuel Piñar pide en su comunicado que no se vuelva a mencionar en las informaciones periodísticas lo que aparecía en el auto de la Audiencia de 18 de septiembre de 2023, que es la alusión a los gitanos, entre los colectivos contra los que irían dirigidos los supuestos mensajes que constan en las denuncias y por los que el magistrado tuvo que ir a declarar al Juzgado en febrero pasado.
El magistrado ha compatibilizado su carrera judicial con la literaria, y es autor de varios libros dedicados al flamenco. El Flamenco, entre el duende y el quejío y El flamenco y su formación en el Siglo XIX, son dos de los títulos, en los que exponía sus investigaciones sobre este arte, los distintos palos y algunos de sus principales intérpretes.
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