El mapa del nuevo microbotellón
Los operarios de Inagra detectan una decena de focos donde los jóvenes se reúnen para beber alcohol El Ayuntamiento refuerza la vigilancia policial y la limpieza en el Albaicín
Una puesta de sol, un litro de cerveza y muchas risas en pleno corazón del Albaicín. Lo que a priori puede parecer un plan idílico para los jóvenes se ha convertido en una auténtica pesadilla para los vecinos de este barrio, Patrimonio Mundial de la Humanidad que sufren muy a menudo las consecuencias de suciedad y ruido de los microbotellones donde grupos de personas se reúnen para beber alcohol. Una problemática que, según insistió ayer la concejal de Protección Ciudadana, Raquel Ruz, el Ayuntamiento de Granada no va a permitir. Por eso, y con el único objetivo de atajar el problema, la capital ha aprobado en Junta de Gobierno Local un nuevo operativo de limpieza y control para acabar con este fenómeno prohibido por la Ordenanza de la Convivencia que regula las actividades en la vía pública.
"Este equipo de gobierno va a perseguir estos microbotellones con todas las armas que tenga en su mano, sobre todo, cuando se realizan en entornos patrimoniales o protegidos como es el Albaicín", remarcó ayer Ruz destacando que el nuevo plan comprende el refuerzo de la vigilancia policial en las áreas más conflictivas donde se produce botellón así como el incremento de las labores de limpieza para acabar con estos focos de suciedad. En concreto, durante los fines de semana se van a destinar dos patrullas para el Albaicín así como ocho nuevos agentes que "acudirán en el caso de que se realicen botellones".
La concejal consideró que este operativo será suficiente para combatir este problema que "no es nuevo aunque parece que la ciudadanía está más sensible". "Vamos a ser implacables para conseguir que se cumpla la Ordenanza de la Convivencia en este y cualquier otro tema", apostilló.
Por otra parte, el concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández Madrid, desgranó el refuerzo de las labores de limpieza ante las quejas ciudadanas. En los últimos meses los operarios de Inagra han detectado hasta once puntos conflictivos donde se producen este tipo de microbotellones. Se trata de la calle Santa Isabel La Real (Huerto del Carlos), el parque Tico Medina, la placeta Carvajales, el Mirador de San Nicolás, el carril bici (en la zona próxima al Neptuno), el Mirador de San Miguel, la calle Santa Bárbara (en las escaleras que conectan con Avenida de la Constitución), en la plaza Poeta Javier Egea, la calle Duquesa, en el extremo próximo a la calle Gran Capitán, la plaza Mercedes Domenech y la Plaza Escultor Francisco López Burgos.
Según apuntó el edil, estos microbotellones se producen, en general, de forma esporádica salvo en los puntos enclavados en el Albaicín donde son más habituales. Para garantizar la limpieza de la zona, se ha puesto en marcha un dispositivo de limpieza con dos líneas: los servicios ordinarios que atienden esos puntos a lo que se suma la labor del grupo operativo de limpieza (GOL) que atienden aquello que no cubren los servicios ordinarios y que trabajan a primera hora de la mañana, en torno a las seis y a las tres de la tarde. En concreto, hay seis grupos del GOL compuestos por un peón de limpieza viaria provisto de motocarro para desplazamiento ágil y sistema de comunicación para gestión de incidencias de forma inmediata. Para el fin de semana se ha desviado parte del dispositivo de limpieza del botellódromo, ya que ha bajado considerablemente la actividad en el mismo. Así, se han desviado hasta siete peones de limpieza viaria, además de la cobertura ya descrita del GOL en sábado. "Nos vamos adaptando a las necesidades".
Los vecinos del Bajo Albaicín son quienes más han reivindicado labores de vigilancia y control ante la proliferación de estos microbotellones que se multiplican con mayor incidencia en el distrito donde residen. Serán ellos quienes valoren en un futuro si estas medidas han sido suficientes.
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