La ciudad y los días
Carlos Colón
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Una matrona del Hospital Materno de Granada durante la crisis del coronavirus
Granada/Cerrado, pospuesto y cancelado seguramente sean algunas de las palabras más utilizadas durante esta crisis sin precedentes en el mundo. Todo se ha parado de golpe. Todo menos la vida y la muerte. El coronavirus se ha llevado por delante la vida de muchas personas (ocurre a diario). No lo debemos olvidar. Sin embargo, los bebés siguen naciendo. La matrona Maribí Martín García asiste algunos de los pequeños milagros que cada día acontecen en el Hospital Materno Infantil. "Suele haber ocho o diez partos cada día. A veces hay más, a veces menos. Hay días que ninguno", explica.
El día a día de la granadina ha cambiado "en todos los sentidos" desde el inicio de la pandemia. "Vamos con mascarillas y con guantes. Eso puede impactar un poco, pero seguimos siendo las mismas profesionales. Nos decimos: ¡Madre mía, parir en tiempos de pandemia! Asusta. Cada día cambian los protocolos. Aún así, Maternidad es un oasis en mitad del caos, de unas urgencias, de una UCI, donde se llevan la peor parte de esta situación", asegura Martín.
La futura madre podrá ir a las revisiones o a Urgencias acompañada de su pareja, pero ésta se quedará en la sala de espera. Si alguno de ellos presentara síntomas se le haría una prueba. "Si la embarazada tiene el virus, se aísla y su pareja no puede estar presente en el parto. Por ahora sólo tenemos a una mami con Covid-19", cuenta la sanitaria. Desde el momento en el que la madre ingresa en el hospital, tanto si es en la planta de gestantes como en dilatación o en el paritorio, podrá hacerlo acompañada de su pareja si ninguno de los dos está infectado.
Los progenitores normalmente suelen pasar muy poco tiempo en Urgencias. "En cuanto llegan a dilatación la madre se quita la mascarilla. Imagínate 10 horas dilatando con una mascarilla. Yo sé que ha estado 15 días encerrada. El riesgo potencial soy yo", reconoce la matrona, que señala que en los casos de cesárea si se tendrán que poner la protección necesaria (una mascarilla). "El protocolo cambia cada día. Nos dicen una cosa por la mañana y por la tarde otra. Lo entiendo. Es algo nuevo a lo que nos estamos enfrentando", advierte una y otra vez.
Las madres, por ahora, tienen derecho a estar con su bebé tras el parto vaginal o la cesárea y hacer el conocido contacto piel con piel. La técnica bastante sencilla consiste en colocar al recién nacido en contacto directo con la piel de la progenitora, y mientras más cuerpo tenga en contacto, mejor. "Espero que esto nunca cambie", confía la matrona. Si la mamá estuviera contagiada con Covid-19, según Martín, "habría que estudiar cada caso, ya que el protocolo no dice ni un sí, ni un no rotundo" respecto al método canguro. "El protocolo es muy amplio y tiene muchas excepciones. Se mira el estado de la madre, si la prueba está confirmada o no. Dependiendo de todo ello se actúa de una forma u otra", zanja.
Muchas embarazadas no sólo se preguntan si podrán tocar a sus futuros retoños, sino también qué ocurre en el momento que una se infecta del virus. "Si yo estuviera embarazada sería la pregunta del millón. ¿Si yo tengo la enfermedad mi bebé la va a tener? No hay ninguna que haya desarrollado la enfermedad y que el bebé la haya tenido. Tenemos que tranquilizar a las madres. A día de hoy no se ha visto ninguna transmisión vertical, es decir, que la madre desarrolle el virus y el bebé nazca con él", aclara la enfermera.
La crisis sanitaria no sólo ha cambiado los protocolos, sino también al personal sanitario y su comportamiento. "Vives con un poco de psicosis. Piensas: "Voy a lavarme las manos millones de veces para intentar no contaminar a los pacientes. Yo al día veo a 20 personas. Las medidas de higiene se han extremado", destaca. A nivel profesional y humano, la crisis les está sirviendo bastante. "Ahora somos más solidarios con los compañeros. Estamos mucho más unidos, hacemos más piña. Antes auxiliares, matronas y ginecólogos iban más por su lado y ahora no. Hay más solidaridad en el hospital", subraya.
Martín, relata, alucina con la reacción de las embarazadas ante la crisis: "Se crecen ante la adversidad. Están súper calmadas, colaboradoras. Irreconocibles. Es alucinante cómo han cambiado. Antes a las cosas más tontas le daban mucho más importancia. Ahora han relativizado". Las futuras madres estarán acompañadas de un equipo excepcional en el Materno Infantil. "En el área de dilatación somos cuatro, en la planta de gestantes de alto riesgo somos dos y en Urgencias otras dos. Somos ocho matronas por turno", cuenta la sanitaria que cree que "el confinamiento dará sus frutos: vamos a tener un 'baby boom covid' en diciembre y en enero". Mientras tanto, la granadina no se cansa de ver "nacer a bebés y de decir que es un milagro". Milagros posibles gracias a héroes vestidos de verde como ella.
La matrona se licenció en Enfermería en la Universidad de Granada, hizo su residencia en el Hospital Materno Infantil y continuó sus estudios en Oxford y Londres. Allí conoció el hipnoparto (en inglés hypnobirthing), una técnica que tiene como objetivo preparar tanto a la madre como a su acompañante para lograr una experiencia de parto positiva. "Se basa en técnicas de visualización, relajación y afirmaciones positivas. Se intenta acceder al subconsciente y liberar la programación negativa que tenemos de experiencias previas como partos que han ido mal. Esas experiencias nos generan inseguridad y miedo. Eso es lo que provoca que nuestro parto a veces sea más largo de la cuenta", aclara.
La base del hipnoparto es, según la experta, que "si nosotros aumentamos nuestra seguridad vamos a aumentar el control de toda la situación y nuestro parto va a ser mejor. Cuando tenemos miedo aumenta las hormonas del estrés y va a disminuir la oxitocina, la responsable de las contracciones. Tenemos que cuidar estos detalles". El parto en España va asociado a la epidural mientras que Inglaterra es la cuna del parto natural. "Entras en un bucle de intervencionismo del que es difícil salir. Las mujeres inglesas luchan para tener partos en bañeras y seguir métodos de alivios del dolor que no son farmacológicos. Las tasas de cesáreas, de partos instrumentales, son bajísimos en comparación con los porcentajes de aquí", explica.
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