Los mayores enseñan sus mejores artes

Huétor Santillán organiza un encuentro culinario multigeneracional con las recetas tradicionales del pueblo

Los mayores pasaron la mañana preparando los platos.
Los mayores pasaron la mañana preparando los platos.

De tradición y de cocina saben más que nadie. Por eso el municipio de Huétor Santillán pidió su colaboración a los mayores que quisieran echar una mano para recopilar las recetas del pueblo de toda la vida. El siguiente paso era organizarlo todo y avisar a jóvenes y no tan jóvenes de que el día 2 de mayo habría una degustación de lujo en la Casa de la Cultura. Todos estaban invitados.

Ayer a primera hora, estaban ollas y sartenes listas, brazos remangados y fogones a punto para comenzar. Con la experiencia de su lado, la paciencia de los años y un cariño imprescindible para darle un toque irrepetible a los platos, se pusieron manos a la obra.

A las mesas fueron llegando migas de sémola, pan con habas, samarandoña -que es un plato hecho a base de cebolla sofrita, bacalao y ajo, todo aliñado con aceitunas negras-, tiznao -otra creación con bacalao, cebolleta, ajo y pimiento colorao-, rulo de carne, y un plato que los propios hueteños califican como una verdadera bomba, el mojete, que lleva tocino, longaniza, huevos fritos, miga, pimiento seco y ajo.

Para aquel al que aún le quedara apetito, el postre no podía defraudar a nadie. También muy típicos en la zona, los buñuelos de calabaza y el bizcocho de carda hicieron las delicias de los más golosos.

"Es la cocina que hemos hecho siempre", comenta una de las participantes en esta iniciativa, María Fernández, de 71 años. "Es lo que hemos hecho siempre, aunque ahora con más cosas, claro. A lo que antes echabas un huevo, ahora le echas dos o tres, porque son mejores tiempos", cuenta. "Es importante hacer esto porque son nuestras raíces y hay que conocerlas".

Aunque más allá del deleite de los sentidos y de conocer y rescatar la cocina más tradicional, que va pasando de generación en generación, el encuentro perseguía, además, otro fin: dar protagonismo a los mayores en este encuentro intergeneracional. Era una ocasión para hacerles ver lo útiles y necesarios que son en el pueblo y hacerlo de una manera lúdica y festiva, porque para montar una celebración cualquier excusa es buena. "Es muy importante la convivencia con las personas. A mí me encanta", sostiene Fernández. Ella lo tiene muy claro: "Tenemos que repetirlo".

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