¿Qué fue de los mejores de Selectividad en Granada?
UGR
A pocos días de los exámenes de Selectividad, Minerva, Marta, Julio y Hugo recuerdan aquella cita, de la que salieron con unas calificaciones extraordinarias
Tres de ellos entraron en Física y Matemáticas mientras que Marta se decantó por Traducción e Interpretación
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La Selectividad es un eslabón más en la trayectoria académica de miles de granadinos. Cada año son unos cinco mil los estudiantes de la provincia que pasan por este trance que, en casos destacados, supone encumbrar a quienes se presentan a niveles de excelencia. Es el caso de Minerva , Marta, Julio o Hugo. Los cuatro fueron, en su momento, protagonistas por un día gracias a las excepcionales calificaciones obtenidas en la Prueba de Acceso a los estudios universitarios (Pevau). Hoy los cuatro recuerdan aquellas jornadas intensas de trabajo. Este año las pruebas de acceso a la universidad se realizarán los días 13,14 y 15 de junio en su convocatoria ordinaria.
Hugo Hernández pasó del IES Martín Recuerda de Motril al doble grado de Física y Matemáticas gracias a un extraordinario 13,975. Se examinó en 2021. De aquella Selectividad recuerda que salió contento de los exámenes. “Estaba seguro”, rememora el estudiante, que destaca que las pruebas “en general” suelen ser asequibles. Lo peor fue, indica este joven, preparar el examen de Historia. “Llevaba un reloj de esos que indican los pasos”. Para estudiar Historia Hugo recitaba los temas mientras daba vueltas en su dormitorio. “Un día hice 14.000 pasos” mientras preparaba el temario. El esfuerzo mereció la pena y ahora cursa el doble grado de Física y Matemáticas, una elección con la que se considera feliz. “Estoy bastante contento”.
Este mismo doble grado, el de Física y Matemáticas, fue el elegido por Minerva Bermúdez. Ella fue de las mejores en la extraña Selectividad de 2020. Aquel año la misma realización de las pruebas estuvo en un brete a causa de la pandemia. Se retrasó la convocatoria e incluso se modificó el modelo para no perjudicar a los estudiantes que habían visto interrumpida su formación presencial en los institutos de forma abrupta el 14 de marzo de aquel año. Ahora Minerva está en tercero del exigente doble grado que imparte la Universidad de Granada. “Dicen que es el año más duro”, explica por teléfono.
Minerva aclara que le gusta su carrera, aunque reconoce que “no es lo que me esperaba”. “Es muy diferente al instituto”. La principal diferencia que percibe esta joven es en que en la Facultad hay que ser más autónomo en el trabajo académico. “Tienes que poner mucho trabajo de tu parte”. Por delante le quedan dos años de estos duros estudios mientras que su paso por Selectividad es ya historia. “Es un examen más”, valora con la perspectiva que da el tiempo. “Hay que estar tranquilo y dormir mucho”. Reseña que no sintió mucha presión por obtener una nota muy alta, porque “no sabía lo que quería” hacer después. Sí tenía claro que quería sacar lo mejor de sí, pero sin tener en mente una nota tan alta como la que finalmente obtuvo (13,915). Para el próximo año académico Minerva, que estudió en el IES Arabuleila de Cúllar Vega, espera poder recuperar las clases de piano y de canto, estudios que este curso se ha visto obligada a dejar de lado de forma temporal. “Organizándose, todo se puede”.
Marta María Pérez logró en 2018 una nota excepcional, un 13,920 sobre 14. Ahora, cinco años después de salir del Inmaculada Niña, está a punto de terminar dos expertos, uno de ruso y otro de localización de videojuegos. Tras las pruebas de acceso a los estudios universitarios se matriculó en Traducción e Interpretación en la UGR, estudios que “siempre quise hacer”. Han sido años intensos. El primer curso fue de “adaptación”, después fue erasmus en Lituania y llegó la pandemia. “A veces pensaba dónde me he metido”, recuerda, para aclarar a continuación que le ha ido muy bien. Se declara “contentísima” con sus estudios y con lo que hace ahora, especializarse en el sector de los videojuegos, donde también se requieren traductores, intérpretes y personas capaces de adaptar el argumento a otros parámetros culturales. Además de estudiar, el pasado año colaboró con Cruz Roja en la atención de los ucranianos ruso parlantes que llegaron a Granada gracias a su conocimiento del idioma.
Julio Fernández Hoces también forma parte del ramillete de alumnos que salieron a hombros de la Selectividad. En su caso, completó sus estudios en El Carmelo en 2022, sacó un 13,975 y este curso completa su primer año en el doble grado de Física y Matemáticas. “No me ha ido como pensaba”, reconoce el joven, que señala el “salto” que existe entre el instituto y la facultad.
La principal diferencia es la necesidad de buscar soluciones de forma autónoma a los problemas que se plantean en este grado, el de nota de acceso más alta en Andalucía. “Tienes que pensar en cómo conectar lo que sabes” para dar con la solución, abunda este universitario, que señala que tras el impacto del primer cuatrimestre en el segundo las cosas han ido mejor y que perseverará el próximo año académico en este título. “Echo muchas horas y ahora se ve reflejado” ese esfuerzo.
Sobre Selectividad, recuerda que hace justo un año “estaba estresado”. Un mínimo fallo le podía costar no entrar en la carrera elegida. “En realidad –confiesa ahora– no era para tanto. Lo difícil viene después”.
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