Miguel Ángel de la Cruz, nuevo director de la prisión provincial de Granada

Almería/Miguel Ángel de la Cruz, que durante los últimos quince años ha dirigido la prisión de Almería, ha sido nombrado nuevo director del centro penitenciario de Albolote para sustituir a Jaime Hernández, que se ha jubilado. Licenciado en Derecho por la Universidad de Granada y diplomado en Criminología por la Complutense de Madrid, De la Cruz ingresó en el Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias en 1981 y ha sido director de la prisión de Almería durante los últimos 15 años. Ya fue subdirector de Seguridad durante 14 años en Granada, a la que regresa tras 15 años en Almería con una idea clara: las cárceles son un "lugar de oportunidades para el desarrollo personal".

Ha desempeñado distintas funciones en centros penitenciarios como Ocaña II o Albolote, donde se hizo cargo de la Subdirección de Seguridad entre 1997 y 2009. El nuevo director de la cárcel granadina ha participado, además, en tareas de cooperación internacional en el ámbito penitenciario en Polonia, Nicaragua y Rumanía.

Por su parte, Jaime Hernández ingresó en la Administración Penitenciaria, en el Cuerpo Especial, en 1982 y fue administrador, subdirector de Régimen y director de la prisión de Martutene (San Sebastián) entre 1986 y 1993. A lo largo de su trayectoria, ha estado al frente de los centros penitenciarios de Algeciras, Jaén, Alicante y Albolote, establecimiento que ha dirigido desde 2011.

En Almería

El 1 de junio de 2009 se incorporó como director en el centro penitenciario 'El Acebuche' de Almería, que tenía "una buena inercia y un circuito de actividades bastante interesante", aunque no falto de algunos "aspectos de mejora, sobre todo estructural", según revela en una entrevista con Efe.

"En el ámbito estructural, el hito quizá más importante, ha sido la construcción de cuatro departamentos nuevos, con unos diseños funcionales y modernos, con mecanismos ecológicos muy funcionales. Esa intervención ha sido la más importante, porque suponía el incremento del número de plazas que se pueden ofertar para ocupación", explica.

De la Cruz insiste en que cualquier incremento de plazas provoca a su vez que otras instalaciones complementarias se vean afectadas. "Por ejemplo, la cocina. Con una previsión de 300 personas más que pudieran ocupar el centro penitenciario, hubo que aumentarla y modernizar su capacidad, las cámaras frigoríficas, los almacenes, etcétera", dice.

"Tuvimos que construir un almacén muy importante en el exterior del centro penitenciario. Tuvimos que hacer un departamento de comunicaciones nuevo, porque los que tenían no respondían a las necesidades de la época. También otro elemento estructural muy importante ha sido la construcción del Centro de Inserción Social (CIS)" ubicado en el barrio de El Puche, explica.

Asevera que el CIS 'Manuel Pérez Ortega' tiene en la actualidad un rendimiento "magnífico", ya que además de acoger a los internos en régimen de semilibertad, también da cabida al servicio de gestión de penas y medidas alternativas.

"Otro hito importante, ha sido la construcción de la unidad de custodia hospitalaria en el Hospital de Torrecárdenas. Era necesario dotar de un espacio para que la custodia se realizara por los miembros de las fuerzas de cuerpo de seguridad del Estado en las mejores condiciones posibles", según el director de la prisión. "Los auténticos artífices de las mejoras y la buena marcha de 'El Acebuche' han sido su equipo directivo y la totalidad de la plantilla, cuya permanente colaboración agradezco", sostiene.

Vuelta a Granada

"Las personas reclusas no están excluidas de la sociedad, al contrario, continúan formando parte de la sociedad como miembros activos. No se concibe una prisión que tenga uno, que sea impermeable, a la sociedad. Tenemos que implantar una prisión abierta, abierta en el sentido de que la sociedad conozca bien lo bueno que se hace en la prisión, que se hacen muchas cosas bien hechas", afirma sobre su forma de entender una prisión.

Tras muchos buenos momentos, y también alguno agridulce, ahora regresa a su Granada natal, una prisión que llegó a "conocer muy bien en su época" como parte del equipo directivo que posibilitó su puesta en marcha.

"Como todas las cárceles, tiene las problemáticas específicas que puede tener un centro penitenciario, pero estoy seguro de que me voy a encontrar con una plantilla experta, con grandes profesionales. Llego absolutamente optimista, tras 15 años en Almería, un sitio muy especial con personas que han dejado huella en mí", concluye.