El milagro del Gómez Moreno
El proyecto del comedor escolar ecológico permitió que el colegio creciera de los 70 alumnos de hace 18 años a los 270 actuales
Ahora pasa a manos privadas
Granada/En el colegio público Gómez Moreno, uno de los pocos -sino el único- que puede presumir de estar en un barrio con la consideración Patrimonio de la Humanidad, ha habido un milagro. Hay panes (ecológicos) y peces (del puerto de Motril), pero los que se han multiplicado no han sido las raciones de comida, sino las escolarizaciones en un centro educativo que se incardina en un entorno singular, el Albaicín, que no se caracteriza, precisamente, por lo elevado de la natalidad. El barrio languidece a manos de la gentrificación mientras que el colegio reverdece gracias a una iniciativa de las familias. En el centro pervive el único comedor escolar de Granada gestionado por los padres, constituidos en la Asociación Amigos de una Escuela Mejor. Hay, junto al Gómez Moreno, otros cinco casos en Andalucía.
Jorge Mimbrero es el presidente del AMPA del Gómez Moreno. Explica que en 2002 -año en el que comenzó el proyecto de gestionar el comedor y la cocina del centro- el colegio estaba bajo mínimos en cuanto a escolarizaciones. Eran unos 70 niños. Ahora son unos 270, según el dato facilitado por la directora, Isabel López, que reconoce que fue el comedor el que "levantó el colegio". "Vienen de Jun, de Alfacar... y vienen por este proyecto", señala el presidente del AMPA. Mimbrero acaba de participar en un seminario organizado por el Gobierno de Canarias en el que ha relatado la experiencia del colegio del Albaicín y el papel de las familias en el mismo. Una experiencia que en los próximos meses cambiará de forma radical.
El otro protagonista de esta historia es la Administración pública. Tiene la obligación de ceñirse, evidentemente, a la legislación que ella misma elabora. Además, asume que debe ser garante de la igualdad de oportunidades, una de las claves en la gestión del sistema educativo. Eso se extrapola también a los servicios, como es el caso de los comedores escolares. El crecimiento del número de puestos en los comedores de los centros educativos en estos años ha sido notable. En año 2000/2001, según los datos de la propia Consejería de Educación, había 9.063 alumnos granadinos que comían en el colegio. En 2003/2004 eran 14.533, un 37% más en sólo tres cursos. En el pasado 2016/2017 fueron 19.680. Un 54% más de usuarios que 18 años antes. Buena parte de ese enorme crecimiento se pudo sustentar gracias a que el servicio pasó a ser, en la inmensa mayoría de los casos, gestionado mediante concesiones a empresas especializadas, relata Mimbrero. Llegaron los caterings a casi todos los centros, todos salvo mínimas excepciones, como los casos del CEIP Sierra Nevada en la capital granadina o el CEIP Gómez Moreno.
Éstos son los hilos de esta historia. Un centro que se gestiona al margen de lo habitual y que cumple con la normativa, tal y como le exige la Administración. Un proyecto de ecocomedor impulsado por las familias y que permite sacar a flote a un colegio que, pese a estar en la capital, tenía cifras de escolarización de un centro rural. Familias satisfechas, proyecto educativo sólido, Administración vigilante. La misma que hace unas semanas sacó de nuevo a concurso la gestión del comedor. El delegado de Educación de la Junta en Granada, Germán González, explica que el procedimiento se adelantó en el tiempo para 'sortear' los cambios que introduce la nueva ley de contratación pública. El plazo para optar a la concesión del servicio se abrió, presentaron la documentación cinco empresas y el plazo se cerró. La Asociación Amigos de una Escuela Mejor, la que en la actualidad gestiona el comedor, no se presentó, lo que, de facto, supone que ha perdido todas las opciones de continuar con el proyecto.
González reivindica el escrúpulo con el que se ha procedido en todo el trámite, que todavía no ha finalizado por cuanto que no se ha adjudicado el servicio. Las familias alegan que "sabíamos que esto iba a suceder y nos estábamos preparando para presentarnos" para continuar con el proyecto. Alegan que "no se avisó" de que se había abierto el plazo, aunque reconocen que "no hay obligatoriedad" de que la Administración comunique el inicio de este trámite. Mimbrero relata que en una conversación con personal de la Agencia Pública Andaluza de Educación (antigua ISE) se les reconoció que habían sido "muy cándidos", a lo que este padre alegó que "es que soy electricista". "Ha sido muy frustrante", reconoce el presidente del AMPA. "Cuando en el resto de España se intenta trabajar en este sentido, aquí vamos al contrario", apostilla, consciente de que "revertir el concurso es prácticamente imposible", algo que corrobora el delegado de Educación. "Se va a adjudicar en un procedimiento en el que las familias no han participado. Había que sacar -la licitación- sí o sí y esto tiene su publicidad", añade el responsable territorial de la Delegación. "Lo que no se puede hacer es llamar a las empresas ¿cómo se vería eso?", zanja González.
¿Qué va a ocurrir ahora? Desde la Administración se tiene claro que no se pueden mover ni un ápice de lo que fija la ley. La empresa que se quede con la adjudicación deberá cumplir con el pliego de condiciones, reitera el delegado de Educación, que añade que en ese pliego se recoge la subrogación de los puestos de trabajo y una serie de cláusulas, como son el uso de productos ecológicos, una de las señas de identidad del comedor. En la actualidad, el 80% de los productos que se ofrecen a los 193 niños que hacen uso del comedor escolar son de producción ecológica. En este sentido, González asegura que "hemos bajado la puntuación de la oferta económica del 50% al 40%", lo que contradice lo que se asegura desde el AMPA. Para Mimbrero, aun habiéndose presentado en plazo, las familias no hubieran podido competir con ofertas basadas en ofrecer un precio más bajo por el mismo servicio. Añaden que la puntuación sobre productos ecológicos era de 15 sobre 100 y que la máxima valoración (los 15 puntos) se han dado a empresas que ofrecen un 44% de productos ecológicos en sus menús. Ese porcentaje es la mitad de lo que se ofrece en la actualidad.
Mimbrero reconoce que "es complicado" que la Administración "nos dé un epígrafe especial y se nos dé la oportunidad" de seguir como hasta ahora. Por eso se plantean otras opciones, como la de llegar a un acuerdo con la empresa adjudicataria y ésta acceda a hacer una cesión de contrato. Sobre esta posibilidad, el delegado de Educación indica que "dentro de la legalidad, no tendríamos ningún problema".
Este escenario se podrá plantear cuando se conozca el nombre de la empresa. Detrás, 16 años de gestión a cargo de las familias. "El comedor es un pilar junto al proyecto de Comunidad de Aprendizaje que nos da prestigio y singularidad", explica la directora del colegio, que señala que 193 de los 270 matriculados hacen unos del comedor "y tenemos lista de espera". ¿Qué hace de este proyecto tan singular" ¿Cómo ha sido capaz de atraer a alumnos? Las familias revierten el beneficio que obtienen de la gestión en el propio comedor, bien en el producto, en los sueldos de sus trabajadores y en las instalaciones. El pasado curso acometieron el acondicionamiento acústico. Compran la carne en Baños de Graena. El aceite en Píñar. El pan en La Gracia de Dios. No usan servilletas de papel, sino de tela, un tema que puede parecer anecdótico, pero que implica una seria conciencia con el entorno. Compran a productores de Granada. Sus monitoras cuentan con mejores condiciones salariales que sus compañeras de otros centros. Han recibido en numerosas ocasiones el apoyo de la Junta de Andalucía y del propio Ayuntamiento a través de premios y reconocimientos. Y, además, "el proyecto vértebra el barrio", indica Mimbrero, y lo han integrado en el modelo pedagógico. "Hacemos visitas a los productores, les explicamos porqué es mejor que coman un tomate autóctono que otro que no lo sea... porqué es mejor cocinar con aceite de aquí que con otro...".
Germán González pide cautela. Tras reiterar que la Administración tiene que velar por cómo se gestiona el dinero público y asegurar que la empresa que llegue tendrá que asumir el pliego de condiciones -que, insiste, especifica que "el sistema de funcionamiento es el mismo. Se ha licitado como cocina in situ, se cocinará todos los días en el centro y es muy posible que siga la misma cocinera"- indica que "el proyecto como tal puede seguir funcionando, pero va a ser gestionado por una empresa". Añade que tiene previsto reunirse con las familias en los próximos días para resolver dudas. Cuando se le pide que valore los últimos 16 años de gestión del comedor, González contesta que "me voy a abstener. ¿Lo estaban gestionando bien? Claro. Por eso lo ganaron en la anterior vez".
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