"Hay una 'monetarización' de los derechos humanos"

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Sin fronteras. Rafael Marín Aís, profesor de Derecho Internacional Público de la UGR, ha sido galardonado con el VII Premio Andaluz de Investigación sobre Integración Europea

Arantxa Asensio

13 de mayo 2013 - 01:00

CUANDO los medios de comunicación se refieren a los derechos humanos, normalmente es para hacer referencia a su vulneración en países en vías de desarrollo. Pero quizá también es necesario echar un vistazo a cuál es la situación en los países que se consideran "de nuestro entorno", dentro de la Unión Europea, donde, según el profesor e investigador de la Universidad de Granada (UGR) Rafael Martín Aís, todavía hay que "esforzarse más por prestar atención a los tratados de derechos humanos auspiciados por Naciones Unidas en su propio ordenamiento jurídico". Ésta es, al menos, la primera conclusión de su trabajo La Unión Europea y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, galardonado con el VII Premio Andaluz de Investigación sobre Integración Europea, que convoca el Centro de Documentación Europea (CDE) de la institución universitaria granadina, como miembro de la Red de Información Europea de Andalucía. Este galardón, que se entrega mañana martes a la una en el Salón Rojo de Derecho, supone para Martín Aís "un reconocimiento" a su trabajo y al director del mismo, el catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales Javier Roldán Barbero. "Supone un peldaño para continuar" con su carrera en un momento que el docente e investigador considera "especialmente complicado".

Martín Aís afirma que los países de Europa occidental han sido, efectivamente, "pioneros" en el desarrollo y aplicación de los derechos humanos, pero advierte que "la medalla" no es ni "perenne ni a perpetuidad". "Ese galardón debe ser revalidado y creo que no se está haciendo suficiente para conseguirlo", critica.

En este sentido, asegura que, a raíz de la crisis económica "es indudable que hay una involución en el conjunto de Europa y cada vez más se asiste a una 'monetarización' de los derechos humanos". ¿Por qué influye la crisis económica en esta situación? "El Estado es el principal responsable de su garantía, también de su violación, pero resulta que los derechos humanos requieren de una acción positiva por parte de todos los poderes públicos", por lo que, "lógicamente, cuando hay escasez de recursos las garantías se resienten". Además, el profesor de la UGR incide que "las preocupaciones sociales relegan a un segundo plano los problemas de derechos humanos de fondo, ante el temor de que cualquiera pueda entrar en el circuito de la exclusión social".

Pero ¿por qué es necesario investigar la situación de los derechos humanos en la UE, donde ya están más que asentados? "El Tribunal de Justicia de la UE, pese a no ser un tribunal de derechos humanos, tiene que pronunciarse cada vez con mayor frecuencia sobre temas que afectan de lleno a los derechos humanos: patentabilidad de células madre obtenidas de un embrión humano, asilo y refugio, el derecho a vacaciones anuales retribuidas o por ejemplo, la definición de discapacidad, son cuestiones sobre las que este tribunal se ha pronunciado. En este sentido, es necesario que haya una coherencia en materia de derechos humanos en el desarrollo de su línea jurisprudencial, en concordancia con el otro gran tribunal del ámbito regional europeo, el Tribunal de Estrasburgo, que pertenece al Consejo de Europa. Además, se necesita coherencia con el sistema de órganos de tratados de Naciones Unidas".

Se trata de un sistema complejo en el que la Unión Europea, de cara a su relación con terceros países "más que garante, tiene el objetivo de promover la protección de los derechos humanos, su universalidad e indivisibilidad", explica Marín Aís. "Creo que ese debe ser su papel no solo fuera sino también dentro de sus propios límites. El aparato jurídico de estas medidas es enormemente complejo, además, la coexistencia de la Unión Europea con sus propios Estados que tienen sus prioridades hace que sea difícil alcanzar una posición común".

"El aparato jurídico de las medidas" tanto positivas como negativas que adopta la UE con respecto a terceros países "es enormemente complejo, además, la coexistencia de la Unión Europea con sus propios Estados que tienen sus prioridades hace que sea difícil alcanzar una posición común. Los esfuerzos de coordinación son necesarios. Lo cierto es que la Unión Europea y sus Estados miembros no han dejado de perder apoyos a sus posiciones en cuestiones de derechos humanos en los foros multilaterales internacionales".

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