Muere Miguel Giménez Yanguas, custodio del patrimonio industrial de Granada y honoris causa por la UGR
Durante más de cuatro décadas estuvo ligado a la Universidad de Granada y fue clave en la recuperación de la Azucarera de San Isidro, hoy propiedad de la institución
El chatarrero ilustrado

Granada despide al que fuera profesor de la Universidad de Granada y doctor honoris causa por la misma Miguel Giménez Yanguas, fallecido este miércoles tras una vida dedicada a la docencia y la investigación sobre el pasado industrial.
Nacido en 1939, fue un incansable defensor del patrimonio granadino de los siglos XIX y XX, de unas décadas en las que Granada sí se subió al carro de la industrialización. Fruto de esa defensa la ciudad tiene hoy memoria de una década en la que la producción sobre todo del azúcar y también de otros productos agrícolas como tabaco movió la economía provincial y propició la construcción de ingenios e infraestructuras como el tranvía.
En su casa Giménez Yanguas acumuló maquinaria y objetos testigos de aquellos años. En el patio se guardaban dos máquinas de vapor, una de tres toneladas de San Isidro -hoy propiedad de la Universidad de Granada- y otra de cinco toneladas de la última azucarera de Almuñécar. Ingenios descomunales que salvó de la chatarra. Su deseo era que ese legado pasara a formar parte del patrimonio de la Universidad de Granada, a la que estuvo ligado durante 42 años. La institución le nombró doctor honoris causa en septiembre de 2024.
"Las tengo en mi casa y ahora quiero que en San Isidro se haga un museo que recuerde la industria del azúcar y de la remolacha en la Vega de Granada", expresó poco antes del acto en el que fue nombrado honoris causa. Parte de las máquinas que rescató se pueden observar en enclaves como el Parque de las Ciencias de Granada.
Giménez Yanguas, nacido en Málaga y de familia granadina, dedicó su vida a la protección del patrimonio de la ingeniería de los siglos XIX y XX. De no haber sido por su empeño, la maquinaria había terminado en la chatarra y en el olvido.
"Me premian por un hobby"
Cuando cerró el último ingenio de la Vega, a mediados de los 80, "me dediqué a preservar" las piezas históricas que constituían el patrimonio industrial de aquella Granada. "Me premian por eso, por una labor que a mí me ha gustado, por un hobby, así que es doblemente agradable", agradeció el profesor entonces.
Experto en patrimonio industrial de la provincia de Granada, fue profesor de la Universidad de Granada, adscrito al Departamento de Física y Termología de la Facultad de Ciencias desde 1969 y hasta su jubilación en 2010 desempeñó diversos puestos docentes en la Facultad de Ciencias, Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica y ETS de Arquitectura de la Universidad de Granada. Después de su jubilación siguió vinculado a la UGR hasta 2012 como colaborador extraordinario.
La propuesta de nombrarle honoris causa partió de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación con el apoyo de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, el Departamento de Construcciones Arquitectónicas, el Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica y en la Ingeniería, el Departamento de Física Aplicada y el Departamento de Mecánica de Estructuras e Ingeniería Hidráulica.
"Un universitario de pro"
"Era un ingeniero en el sentido estricto de la palabra. Resolvía problemas. Era un universitario de pro", detalló el director de la Escuela Técnica de Ingeniería de Edificación de la UGR, Juan Manuel Santiago , que refrendó que "la Universidad era su vida".
Sobre la labor de Giménez Yanguas en relación al cuidado del patrimonio, Santiago afirmó que gran parte de esa memoria industrial que hoy se conserva tanto en Granada como en las ciudades de Motril o Málaga se debe precisamente a la dedicación del profesor.
"En el plano personal su casa es un museo", añadió el director de la Escuela, quien recordó cómo el ya desaparecido honoris causa buscaba en rastros, chatarrerías y desgüaces objetos para restaurarlos. Su colección de teléfonos era incluso solicitada por Telefónica debido al valor y variedad de aparatos que la componían.
Y más allá de estas facetas, Santiago quiso recordar a Giménez Yanguas como profesor. "Era una persona cercana, amena, un profesor en todo el sentido de la palabra. Ha sido una persona vital, nos congratulamos de haber podido honrarlo con el primer honoris causa de la Escuela", apostilló el responsable de la Escuela.
"Extraordinarios valores humanos"
La Universidad de Granada lanzó un comunicado en el que lamentaba el fallecimiento del profesor. En el comunicado destacaba los "extraordinarios valores humanos" de Giménez Yanguas, así como sus "actividades en defensa del patrimonio industrial". Su labor, añade la nota, contribuyó al "desarrollo, promoción y prestigio de la Universidad de Granada". Asimismo, se destaca el papel "relevante" que tuvo en la recuperación de la Azucarera de San Isidro, adquirida por la Universidad y que será el primer eco campus de la institución.
El funeral será este jueves 10 de abril a las 11:30 horas en el cementerio de San José de Granada.
"Él sabe para qué sirvieron las cosas"
Entre las numerosas distinciones y merecimientos que recibió Giménez Yanguas, además de ser honoris causa por la Universidad de Granada, destacan la Cruz al Mérito Aeronáutico, la Medalla de Oro al Mérito de la Ciudad de Granada, la Medalla al Mérito de la Academia de Bellas Artes de Granada, la Medalla de Oro del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Andalucía Oriental, Medalla de Plata de la UGR, Premio Andrés de Vandelvira de la Junta o el Premio Nacional de Ingeniería Industrial. Fue promotor del Museo de la Ciencia y la Tecnología, idea que no cuajó, y del Taller de Restauración del Patrimonio Científico e Industrial, que fue clausurado.
"Él ve un mecanismo ingenioso, y que tuvo su lugar en la historia, donde otros no vemos más que chatarra y cachivaches. Él sabe para qué sirvieron las cosas", bosquejaba el profesor Eduardo Battaner en 2018 en su discurso de contestación como padrino de la recepción de Giménez Yanguas como académico correspondiente de la Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales de Granada. "A pesar del camino recorrido, queda mucho por hacer, puesto que el estudio y la catalogación en ocasiones han ido a la zaga de los procesos de destrucción", se lamentaba en su discurso de ingreso de la Academia el propio Giménez Yanguas
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