Una muestra conmemorará el centenario del nacimiento del arquitecto del Auditorio Manuel de Falla

El arquitecto sevillano José María García de Paredes unió su nombre al del compositor gaditano Manuel de Falla en Granada cuando realizó el proyecto del auditorio que lleva el nombre del autor de, entre otras geniales obras, El amor brujo y El sombrero de tres picos. 

José María García de Paredes Barreda nació en Sevilla el 20 de febrero de 1924, falleció en Madrid el 6 de febrero de 1990 y está considerado como uno de los principales arquitectos españoles de la segunda mitad del siglo XX. Por lo tanto, este año se cumple el centenario de su nacimiento, motivo más que suficiente para que el Museo ICO de Madrid exponga la muestra José María García de Paredes. Espacios de encuentro en recuerdo de una figura que, dentro de su obra, destacó por sus proyectos de grandes auditorios, entre ellos, el Manuel de Falla en Granada.

La inauguración de la muestra será el 2 del próximo mes de octubre y en ella se ofrecerá una panorámica de las obras más emblemáticas del artista, en la que se mostrará una amplia perspectiva de su legado arquitectónico. La exposición, asimismo, desatacará el enfoque innovador de García de Paredes y su gran influencia en la arquitectura moderna española. Por lo tanto, se recogerá cuatro décadas de trabajo del sevillano (1950-1990) a través de imágenes inéditas cedidas de sus proyectos más icónicos, entre los que están, además del Auditorio Manuel de Falla, el Auditorio Nacional de Música y el Colegio Mayor Aquinas, en Madrid. Asimismo, según los organizadores, la obra del arquitecto sevillano “se pone en contexto con el rico panorama cultural, arquitectónico y artístico de su tiempo, destacando su vínculo con la música”. La muestra, que estará abierta hasta el 12 de enero del próximo año, es fruto de la colaboración del Museo ICO (institución que se dedica fundamentalmente a la difusión de la arquitectura como disciplina artística y cultural, el urbanismo y la fotografía) y el Museo de Arte Reina Sofía.

Proyecto

La relación de José María García de Paredes con el Auditorio Manuel de Falla, además del aspecto profesional por ser el encargado del proyecto, también tiene un vínculo familiar, pues el arquitecto se casó en 1957 con María Isabel de Falla, sobrina del compositor gaditano que fijó su residencia en Granada en 1920 y donde vivió sus mejores años de su vida creativa.

La idea de construir un auditorio data de 1962, cuando era alcalde de la ciudad Manuel Sola, que compró los terrenos sobre los que años después se realizó la obra. No fue hasta 1974 cuando el entonces alcalde José Luis Pérez-Serrabona contrató las obras.

El auditorio finalmente se inauguró el 10 de junio de 1978, por tanto cuatro años después de que José María García de Paredes presentara el proyecto. El presupuesto inicial fue de 120 millones de pesetas de la época, aunque finalmente el costo de la obra ascendió hasta los 190 millones.

El proyecto de García de Paredes contempló la integración del edificio en el paisaje de la colina de la Alhambra, por lo que diseñó un edificio alargado, de silueta irregular y baja altura para que no sobresaliera en exceso sobre la vegetación. El edificio proyectado estaba formado por dos grandes salas de excelente acústica situadas a ambos lados del escenario, además de los servicios propios de un edificio de semejantes características, como salas de exposición.

Segunda oportunidad

Ocho años después de su inauguración se produjo el hecho más tristemente noticiable de la ‘vida’ del auditorio. Fue el 11 de agosto de 1988 cuando un empleado despechado por haber sido despedido provocó un incendio que destruyó en unas horas el centro cultural. Recordaba Elena García de Paredes, hija del arquitecto, que cuando su padre conoció la noticia del incendio se quedó con el lado positivo que suponía la posibilidad de realizar algunas mejoras en su reconstrucción, que en principio fue tasada en 150 millones de pesetas y que finalmente superó los 450.

La reparación del Manuel de Falla duró diez meses y, como había dicho, García de Paredes introdujo algunas mejoras, como la ampliación del aforo y algunos cambios en las cabinas de grabación. Tal como ocurrió en su inauguración, el auditorio volvió a ser ‘presentado en sociedad’ con otro concierto con un programa dedicado, como no podía ser de otra manera, a Manuel de Falla.