La inflación llega a las calificaciones académicas: La nota media de acceso a la Universidad sube en Granada un punto en cuatro años

En apenas cuatro años la nota media de acceso a lo estudios universitarios se ha incrementado en algo más de un punto en Granada. Si en el curso 2018/2019 la calificación, de promedio, para entrar en un grado era de 6,834 (nota en la que un 60% procede de las calificaciones de Bachillerato y un 40% de la puntuación obtenida en la Selectividad), esa misma nota de acceso, de media, ha sido en este 2022 de 7,897 (1,063 de alza), según los datos aportados por la Universidad de Granada (UGR), que gestiona las pruebas de acceso en la provincia las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y los institutos españoles de Marruecos.

Este punto de incremento se explica por el hecho de que el alumnado obtiene un mejor rendimiento en la Selectividad. La nota media de la prueba, también ha crecido del 6,262 que se calculó como promedio para la Pevau de 2019 al 7,062 (+0,8) de la pasada convocatoria extraordinaria del mes de junio. A la par, también han mejorado los resultados obtenidos en el instituto. Según los datos estadísticos que recoge la Consejería de Educación sobre resultados académicos del alumnado de Bachillerato, en el curso previo a los estudios de grado de 2018/2019, en Granada, el 81,03% de los alumnos promocionó.

En el 2019/2020, último del que se tienen datos, era ya el 93,15% (+12,12%) el alumnado matriculado en segundo de Bachillerato que consiguió promocionar. El empuje de los aprobados se registró, según las estadísticas de la Consejería fundamentalmente entre los centros públicos y concertados, y en menor medida en los privados, donde ya la tasa de alumnos que superan esta etapa era muy alta. Si en el 2018/2019 el porcentaje de alumnado que promocionó en institutos dependientes de la Junta era del 79,21%, un año después se llegó al 92,45% (+13,24). En los privados concertados se pasó del 78,91% al 91,81% (+12,9%), apunta la estadística. En cuanto a los privados, de un 96,09% de aptos en el 2018/2019 se pasó el pasado curso 2019/2020 a casi un pleno: el 99,17% de matriculados en estos centros superaron con éxito la evaluación (+3,08%).

La causa de este incremento en el número de aprobados en Bachillerato está en la pandemia y en la incidencia que tuvo el primer estado de alarma y la suspensión de la actividad presencial en los centros educativos. La crisis obligó a suavizar los criterios para evaluar al alumnado y se determinó que la repetición debía ser excepción en un curso muy complicado, en el que la enseñanza se tuvo que adaptar a una modalidad online para la que no estaba preparada.

La propia Junta, a través de la publicación de las Medidas de prevención, protección, vigilancia y promoción de la salud, señalaba que la suspensión de las clases tiene “un impacto negativo a nivel de desarrollo y educación de la población en etapa de aprendizaje”. Ese "impacto negativo" se palió con la suavización de los temarios y, en el caso de la Selectividad, con una remodelación de la prueba que ha permitido una mayor optatividad y, de camino, un incremento tanto en las calificaciones del alumnado como en las notas de corte de las carreras. Hasta once titulaciones de la Universidad de Granada requerían más de un 13 (de un máximo de 14 puntos) para entrar, dato nunca visto. La 'inflación' de las puntuaciones ha llevado a que una nota de acceso de 7 equivalga prácticamente a un 5.

El presidente regional de la Asociación de Directores de Instituto de Andalucía (Adián), Miguel González Dengra, que es también director del Mariana Pineda en Granada, apunta a que la laxitud del diseño de la Selectividad ha provocado que la prueba pierda parte de su sentido. "¿Es que los alumnos son más inteligentes? Basta con conocer el panorama para decir que en parte las calificaciones son artificiales". "Todos tienen notas de corte altísimas", zanja sobre los resultados de la última convocatoria ordinaria de la Pevau, lo que termina por provocar "desilusión entre los alumnos". Si todos tienen esas excelentes calificaciones, el mínimo para entrar en los grados sube y, por lo tanto, la puntuación pierde valor.

El diseño de la Pevau, apunta González Dengra, permite elegir entre varias opciones hasta tal punto que "los alumnos saben lo que les va a caer". En Historia de España seguramente tengan dentro del cuestionario a Primo de Rivera o la Guerra Civil. Basta con prepararse eso para garantizarse una buena nota. Para el director del Mariana Pineda esto debería llevar a una reflexión al Ministerio de Educación y Formación Profesional, que es quien determina el proceso para acceder a los estudios de grado, y el momento es ahora. "Se ha acabado la situación de pandemia" en las aulas, reseña González Dengra, que apunta que, sea como fuere, en dos años tiene que cambiar la Selectividad para aplicar la Lomloe, que establece una nueva modalidad de Bachillerato, el General. "Al menos [la Pevau] debe volver a ser como era hasta 2019. Así se volvería a la realidad".

El director del IES Acci de Guadix, Isaac Expósito, reflexiona sobre el propio modelo de la Pevau, que está en discusión desde hace décadas. "Lo que tenemos que trabajar en Secundaria y Bachillerato no encaja con el sistema tradicional" de la Selectividad. Expósito ejemplifica esta afirmación con la situación que seda en los centros bilingües, donde el alumnado consigue destrezas lingüísticas en otro idioma pero que a la hora de acceder a la Universidad se le plantea un examen de gramática "pura y dura".

Sobre el alza de las notas en los últimos años, el director del Acci apostilla que la situación queda igualada ya que se da entre el alumnado que se enfrenta al mismo proceso de evaluación. El que antes tenía un 10, ahora tiene un 11. "Las correcciones son igual de rigurosas y exigentes", puntualiza. Un endurecimiento de los exámenes, añade, podría "cerrar posibilidades" a parte del alumnado.