El novillero mató al toro maltratado por la excavadora "para parar aquello"

El diestro explica que mandó que la máquina se retirase y que mató al animal "lo más dignamente" que pudo · Sostiene que no era su responsabilidad, pero que aún así puso en riesgo su integridad

El novillero El Nico fue quien finalmente mató al toro que estaba siendo maltratado.
El novillero El Nico fue quien finalmente mató al toro que estaba siendo maltratado.
E. Araúzo / Granada

08 de mayo 2008 - 01:00

El novillero que terminó matando al toro maltratado por una excavadora en la corrida del sábado pasado en Píñar, Nicolás López El Nico, aclaró ayer que no era responsabilidad suya darle muerte al animal, pero que tomó la decisión de hacerlo al ver lo que se estaba haciendo con el novillo porque "había que parar aquello". El novillo estaba sufriendo y lastimándose ya que, después de que la presidenta de la corrida ordenara devolverlo, se hizo entrar a una excavadora al ruedo, contra la que el animal embistió repetidamente.

"Lo que pasó fue que cuando salió el toro, no hacía nada y no había manera de ir a por él", cuenta el diestro, que no era quien lo estaba lidiando, ya que era el turno del rejoneador. "Dijimos todos que estaba toreado o algo y que no se podía torear y entonces se intentó devolver a los chiqueros, pero el toro no se iba", prosigue El Nico: "Si el toro estaba toreado, no teníamos por qué ponernos delante".

El matador asegura que no sabe quién ordenó entonces hacer entrar una excavadora, al parecer, con el propósito de acorralarlo y hacerle entrar en los chiqueros o acercarlo al burladero para que fuera apuntillado allí. "Nunca había visto una cosa así. Me quedé alucinado", relata El Nico, que afirma que fue él quien dispuso que se retirara la excavadora.

"En cuanto vi lo que estaba pasando dije que pararan aquello y me eché al ruedo", continúa el novillero. "Mis compañeros me dijeron que estaba loco, que me iba coger, pero yo les dije que si me cogía, ya me soltaría, que eso no podía ser", explica El Nico, que aclara que se puso en riesgo pese a que no era su responsabilidad.

"Yo salí y lo maté lo más dignamente que pude. La gente pidió las orejas, pero yo me negué. Yo hice lo que tenía que hacer", sostiene, aunque recuerda que en realidad, de acuerdo con el reglamento, a quien correspondía dar muerte al animal dadas las circunstancias, era a su lidiador, que en este caso era el rejoneador.

"Nosotros no teníamos nada que ver con ese toro", defiende El Nico, refiriéndose a él y su cuadrilla. Además, el matador opina que faltaba un sobresaliente para el rejoneador, que debía haber puesto la empresa organizadora, que era, en este caso, Festejos Taurinos del Sur, aunque todos los detalles están pendientes de ser aclarados en el curso de la investigación abierta por la Junta, mediante un expediente informativo.

stats