La tribuna
¿España fallida?
De la figura ubicua de Sebastián Pérez a las más reposada de José Entrena. Del líder nato y cabeza visible del PP en Granada a un líder silencioso y trabajador infatigable en la estructura interna del PSOE. Ese es el cambio de modelo que vivirá la presidencia de la Diputación en los próximos cuatro años. Aunque el traspaso de poderes y la variación de color en el gobierno no son las únicas transformaciones en una institución que vivirá un mandato realmente novedoso con 11 políticos al frente y otros 16 sentados en la bancada de la oposición. Un mensaje que ha entendido bien el nuevo dirigente de la provincia, que comenzó su discurso de investidura asumiendo la complejidad que entraña la pluralidad. "Ofrezco diálogo, consenso y colaboración a las cinco formaciones", asintió Entrena que agradeció el apoyo a Izquierda Unida y Ciudadanos por permitirle ser presidente, y pidió a los 26 diputados restantes que "sitúen siempre, en primer lugar y por encima de todo, los intereses de los granadinos". Todo en base a "recuperar el pulso social que nunca se debió perder"
Y si hay una preocupación general entre los 920.000 habitantes de la provincia es el empleo. El tema que centró todos los discursos en la sesión de constitución. Entrena se acordó de los más de 100.000 parados granadinos, "esas personas que lo están pasando mal para los que el final de la crisis ni ha llegado ni se le espera, quiero expresarle mi compromiso de tener todos los recursos de la Diputación a su servicio". El líder socialista quiso dejar claro que su equipo de gobierno tiene un plan, un proyecto de provincia que entre otras propuestas pasa por que Granada forme "parte activa" de los ejes de desarrollo que se están trazando en Andalucía y más concretamente entre Málaga y Sevilla.
Cada propuesta que emitió ayer el presidente iba acompañada de un objetivo: crear empleo y riqueza. De esta manera, defendió que Granada está obligada a asumir un papel "protagonista" en el desarrollo económico de Andalucía, siempre con la idea de retomar "el pulso social" y buscar la "garantía de solidaridad y equilibrio territorial". Entrena se definió como un firme valedor del papel de las Diputaciones en el momento más crítico de su existencia y asoció esta idea a otra de sus líneas maestras de esta legislatura: devolver el protagonismo a los ayuntamientos.
La primera medida que anunció hace unos días fue el de restituir la contratación de servicios a los municipios de menos de 20.000 habitantes. "Diremos sí al control de la gestión económica, pero también a la participación democrática de los alcaldes y concejales porque sois vosotros quienes mejor conocéis los problemas y necesidades de la gente", interpeló el presidente a sus socios y agregó que es la hora de que la institución deje "definitivamente el paternalismo" con los ayuntamientos, y los ayude con el programa de concertación pero sin "decidir por ellos".
El municipalismo fue una de las palabras más repetidas por un político que está entregado a esta causa desde hace 22 años. Un conocedor de la realidad de la provincia que en su primera alocución oficial se comprometió entre otras cosas a mejorar la respuesta a la demanda sobre el ciclo integral del agua y el ciclo completo de los residuos sólidos, dos asuntos de plena actualidad en los últimos días.
Tampoco eludió el polémico tema de la Alpujarra y puntualizó que "será Patrimonio de la Humanidad si así lo quieren los que viven día a día y tienen derecho a decidir su futuro respetando su pasado". En definitiva, sus preceptos los dejó muy claros el nuevo presidente que afirmó saber "a qué puerto queremos llevar nuestro barco", aunque no se olvidó que para que ese velero no naufrague necesitará "la colaboración, la experiencia y el compromiso de todos"
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