La nueva economía post-Covid 19

Sectores en crisis y emergentes

El teletrabajo ha llegado para quedarse, el turismo será de proximidad, los cines tienen la supervivencia complicada pero los bares no tienen sustitutos

La nueva economía post-COVID 19

Granada/El mundo post-Covid-19 no será como se conoce hasta ahora. No se sabe si será mejor o peor pero lo que es seguro es que en estos momentos se hace historia y que la crisis sociosanitaria dejará secuelas en la economía. Al principio se hablaba de recuperación en V, luego en U, y esta misma semana el FMI pintaba un panorama desolador: España está abocada a la recesión más profunda desde la Guerra Civil de 1936. El organismo prevé que la economía se desplome un 8% y el paro aumente hasta el 20%.

¿Cuáles son las expectativas de los expertos con ese panorama? ¿Qué cambios se avecinan en la macro y la microeconomía? “Las previsiones del FMI son bastante catastrofistas pero yo diría también que realistas”, comenta Enric Serradell, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.

“Al principio se empezó a hablar de escenarios de impacto corto. Primero de un mes, luego de dos o tres... Hasta hace cuatro días la previsión era que el primer semestre del año estaba perdido desde el punto de vista económico pero en el segundo habría una recuperación. El impacto a nivel macroeconómico en el ámbito mundial es muy elevado porque es una crisis en la que se suman muchos factores tanto desde el punto de vista de la oferta como desde el punto de vista de la demanda”, explica el economista. Aunque Serradell matiza que en su ámbito no se hacen predicciones, sino previsiones. “Eso implica trabajar unos escenarios de futuro en los que hay unas ciertas probabilidades”.

“Es la primera vez que la crisis es global de verdad porque afecta tanto a países desarrollados como en vías de desarrollo y a diferentes ámbitos. La velocidad mundial se reduce muchísimo en todas las áreas económicas. Tal vez con la excepción de China, con un ligero incremento positivo. Pero eso está por ver y depende mucho de las exportaciones”. El economista lanza también una reflexión que debería influir en el futuro inmediato post-crisis, sobre todo en vías para prevenir otras. “Es para pensar como un país como China, sin experiencia en el virus cuando surgió, lo hizo tan bien.Y en los países que veníamos detrás en esa oleada infecciosa las decisiones que se tomaron fueron más lentas y menos acertadas”

En China, si experiencia en el virus, lo hizo bien. Y en los países que veníamos detrás las decisiones fueron más lentas y menos acertadas

¿Qué cambios más inmediatos podría haber en ese mundo post-COVID? Parece que el teletrabajo podría llegar para quedarse. “Gran parte de las empresas están descubriendo otra manera de trabajar que no necesariamente supone una presencialidad. Están descubriendo que vale la pena tener nuevos modelos de organizarse y trabajar más por objetivos que por proyectos”. Es ahí donde pueden surgir las primeras oportunidades económicas de esta crisis. “La resilencia que tenemos todos hace que aprovechemos aspectos positivos de las crisis. Las empresas de tecnologías para facilitar el teletrabajo y operar en la nube están haciendo un esfuerzo para dar a conocer sus productos con periodos de prueba gratuitos. Yo creo que es un momento de oro para ellos de cara al futuro, para cuando termine la crisis. Algunas empresas de este ámbito saldrán beneficiadas”.

El principal problema será el peso del sector turístico. “Tenemos una economía basada en el turismo -supone el 15% del PIB– y eso parece difícil de dirigir a corto plazo. Hay señales en mi opinión muy negras. Por ejemplo la agencia de viajes de El Corte Inglés ha hecho un ERTE hasta 2021, con lo cual su previsión es muy negativa para casi un año”.

Como alternativa, el economista señala que ya hay sobre la mesa propuestas de reducciones de impuestos aplicados al turismo. Y también se baraja una bajada de precios para atraer clientes. “Puede ser razonable para activar una nueva demanda post-crisis. A largo plazo, como sería una alternativa usada por otros países, podría dar lugar a una guerra de precios. Pero a corto plazo sí ayudaría para reducir el paro tan intenso del país”. También habrá otros cambios, como volver a destinos más cercanos y viajar con medios propios...

Agricultura post covid

Otro sector de cambio puede ser el mercado de la los productos de alimentación de primera necesidad, que para Serradell “no es muy eficiente”. “Alguien consigue que sea eficiente desde el punto de vista del transporte de largas distancias pero poco justo y equitativo para la retribución de los que participan. Hay mucha gente, entre los que yo me incluyo, que piensa que habrá un periodo post-Covid-19 para reflexionar y saldremos ganando".

El principal problema será la caída del consumo. “Cuando la fuente futura de ingresos no existe o no se ve con claridad, la economía se bloquea y es lo que preveo que va a pasar. Los que no han visto mermados sus ingresos no tienen motivación para gastarlos, y los que sí, pues menos. Esto hará que haya más despidos. Eso es lo que tiene que trabajar el Gobierno, el marco mental de incertidumbre”.

Para el economista, habrá sectores, como los cines, que difícilmente se recuperarán. “En este caso han sido desplazados por otros productos, como Netflix y otras plataformas. El cine tenía un componente social pero si nos quedamos sólo en el visionado, lo veo tocado de muerte. No así los bares, restaurantes y discotecas porque por ahora no hay sustitución de eso. Aunque habrá que controlar el aforo y darán menos beneficios. Incluso se ha hablado de carnés sanitarios. Eso permitirá que servicios de proveedores de huellas digitales puedan desarrollarse porque vamos a un mayor control por parte del estado”, concluye Serradell sobre ese universo post-Covid en el que los últimos en recuperarse serán “las cosas masivas, tipo grandes eventos deportivos o macroconciertos”.

La dependencia de productos sanitarios

¿Cómo puede ser que se tenga un grado tan alto de dependencia de primera necesidad en campos como la salud? Para el economista Enirc Serradell, después de esta experiencia “el proceso cambiará porque no es lógico que algo tan sencillo de fabricar como una mascarilla tenga que comprarse a miles de kilómetros”. “Existe la inercia de comprar en China cuando aquí al lado hay fábricas, incluso en España. Habrá un antes y un después y se dará una relocalización de empresas en el ámbito europeo de determinados productos más sensibles. Los cines negros pasan y esto ha demostrado que una nueva peste no es algo de la Edad Media”.

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