El Palacio de Carlos V se abre más a la ciudad de Granada

Granada/"Qué bonito", dice una niña de apenas unos diez años mientras en su retina se graba a fuego, quién sabe si por primera vez, el Palacio de Carlos V. La joven acaba de entrar, acompañada de sus padres, al edificio procedente de los Jardines de Partal, donde ha realizado una de las visitas de rigor de esta joya del turismo granadino. No ha tenido que desviarse, ha seguido, como un río, el cauce natural que desde mediados de agosto ha instaurado el Patronato de la Alhambra, gracias a la apertura de la puerta oriental que da acceso a la construcción.

El nuevo acceso, sin duda mucho más sobrio que su hermano del oeste, está coronado con una inscripción en latín, Imp. Caes. Karolo V, que a los más avispados recordará al grabado, también en latín, que puede leerse en el Pilar de Carlos V, junto a la Puerta de la Justicia: Imperatori Caesari Karolo quinto Hispaniarum regi (Emperador y César Carlos V, rey de los españoles).

Una vez dejado atrás ese mensaje para la posteridad del emperador, el visitante se encuentra con una pequeña rampa, para hacer la entrada accesible, junto a unas escaleras y que suponen las dos únicas actuaciones reales que se han realizado en este acceso. Una vez superada cualquiera de las dos opciones, el visitante tiene ante sí la inmensidad del Palacio.

La puerta supone un atractivo turístico más para los visitantes y surge como resultado de la "constante actitud de mejora continua" del Patronato, según explica a este periódico Gonzalo Mochón, jefe de visita de la Alhambra, quien explica también que esta actuación surge a raíz de una petición del sector de los guías turísticos, que habían pedido en varias ocasiones abrir esta puerta.

Sin embargo, no es la primera vez que se atraviesa. Aunque Mochón reconoce no haberla visto nunca abierta al público, lo cierto es que las bisagras han girado en varias ocasiones, sin ir más lejos, tradicionalmente la puerta se utiliza como una especie de entrada oculta cuando se realizan espectáculos en el Carlos V, para evitar entrar por la puerta principal. También, como explican los guías, durante el Sábado Santo, con la salida de Santa María de la Alhambra, cuya iglesia está a pocos metros de esta puerta.

También les sonará a los visitantes del Museo de la Alhambra, cuyo recorrido termina precisamente en esta entrada. La diferencia, explica una de las guías del monumento, es que antes el visitante se encontraba una puerta cerrada a su derecha, siendo obligatorio regresar a la puerta principal, donde también está la entrada de dicho museo. Con este cambio, añade Mochón, "se agiliza la salida al exterior tras la finalización de la visita".

Ahora, ese acceso casi exclusivo se ha abierto al gran público y, en apenas dos semanas, el éxito de la actuación parece innegable. Una simple mirada permite comprobar el continuo ir y venir de turistas que atraviesan la puerta, ya sea, como la niña que arrancaba la historia, procedentes del Partal, o a la inversa, entrando desde la puerta oeste.

"El flujo del turismo gana en percepción visual del interior del Palacio, apreciándose su monumentalidad con otra dimensión", explica Mochón, quien añade que desde el exterior se "desemboca directamente a la entrada de los Jardines de Partal, acceso desconocido para muchos visitantes y entronca en línea con la portada oeste del Palacio", que de hecho ahora presenta un nuevo aspecto, limpio ya de los andamios que recibían antes al turista, impuestos, en cierta medida, para arreglar los desperfectos ocasionados por el paso del tiempo.

A raíz de este flujo, Mochón saca a coalición la visita que los distintos líderes europeos hicieron al conjunto monumental, incluyendo lógicamente el Palacio de Carlos V, durante la celebración de la principal cumbre europea de la Presidencia española el pasado año. Los mandatarios de los países de la Unión Europea entraron, como hasta ese momento cualquier turista, por el acceso occidental, atravesando en su totalidad el Palacio hasta el oriental, donde bajaron unas escaleras, ahora sustituidas por la rampa, y de ahí volvieron a bajar a la cripta de Carlos V, como antesala al Patio de los Arrayanes, "un contraste brutal", resume Mochón.

Volviendo al presente, desde la entrada este se abre una nueva vista del Palacio de Carlos V, más instagrameable. Desde la portada oeste, tradicionalmente, el visitante observaba las placetas del interior, dominadas por una clara tonalidad ocre, ahora, con la nueva apertura el verde de la arboleda del Partal rompe esa monocromía, casi como una especie de luz al final del túnel, un reclamo para el turista más inexperto a seguir caminando por la Alhambra.

Limitados, pero en movimiento

"Lo fácil es estarse quieto", responde Mochón a la pregunta de por qué se ha decidido ahora abrir esta puerta. El jefe de visita asegura que él, como el resto de trabajadores del conjunto monumental, están buscando nuevas formas de modernizar el lugar, todo ello pese a las limitaciones que un lugar como la Alhambra impone en cuanto a conservación del patrimonio.

Mochón resume en dos palabras su modus operandi: "eficacia y eficiencia", la necesidad, desarrolla un poco más adelante, de poder avanzar siempre intentando respetar las limitaciones, de ahí que se hayan puesto en marcha por ejemplo la ya mencionada restauración de la fachada occidental o la apertura de una puerta que nadie sabe aún por qué seguía cerrada. "Sorprende como una mejora tan sencilla aporta tanto al disfrute de la visita", concluye Mochón.

De hecho, tanto la remodelación de la fachada principal como la nueva inaugurada recientemente serán los baluartes del Palacio en el seminario La Restauración de la Alhambra de Carlos V, que el Patronato organiza en los primeros días de septiembre on el objetivo de difundir los resultados de los estudios artísticos, históricos y técnicos realizados durante la restauración de estas obras renacentistas, exponer los tratamientos de restauración realizados y posibilitar a los investigadores nuevas vías de conocimiento.