El pañuelo de Ursula: Todo lo que aún no se ha contado de la visita a la Alhambra de los líderes europeos

Cumbre europea

El monumento nazarí fue protagonista de una velada excepcional en la que Comares recuperó, cinco siglos después, su función primigenia

"No somos los únicos goleores, que hay más"

Von der Leyen y Sumaya Abdelbi. / Foto Cedida Por Sumaya Abdelbi
A. A.

06 de octubre 2023 - 11:43

La visita a la Alhambra de los líderes reunidos en el Palacio de Congresos de Granada con motivo de la tercera edición de la cumbre de la Comunidad Política Europea fue un momento excepcional. El recinto fue el escenario elegido para la foto de familia del encuentro y, como no puede ser de otra manera, deslumbró. "La Alhambra habla por sí misma", explica Sumaya Abdelbi, una de las siete personas que ejercieron de guía del monumento. "Somos muchísimos todos nos esforzamos en que visitar la Alhambra sea una experiencia inolvidable", señala Sumaya sobre el trabajo que desempeñan cada día los cicerones en Granada.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y ella protagonizaron una de las anécdotas de la velada en la Alhambra. A Sumaya, que es guía oficial y trabaja en la empresa Narazí Tour Granada, le hicieron el encargo de mostrar el monumento en alemán. Recibió a Von del Leyen, pasaron al Salón de Comares y allí la dirigente de la UE mostró un gran interés por la visita. También se fijó en el pañuelo de Sumaya, una pieza delicada, hecha en Granada, con motivos inspirados en el jarrón de las gacelas. "Le llamó la atención y me preguntó si podía tocarlo", explica la joven guía. La visita prosiguió con normalidad.. Cuando Sumaya y el resto del personal salieron por la Puerta de los Carros -"con las chanclas puestas y los tacones en la mano", ríe Sumaya- la presidenta de la Comisión Europea pasaba justo por allí en uno de los carros de golf dispuestos para el traslado de los mandatarios. La joven cuenta que en ese momento le dijo "Úrsula, quiero regalarte el pañuelo". "Ella me escuchó. El conductor del carro no se paró, pero ella le dijo 'stop, stop". El conductór paró "y se lo regalé. Me dijo que nos hiciéramos una foto juntas y que se pondría el pañuelo" al día siguiente. Y así fue. En la reunión informal de los 27, también en Granada, Von der Leyen llevó el pañuelo alhambreño que tanto le gustó, obsequio de esta atentísima guía turística.

Von der Leyen saluda a Pedro Sánchez con el pañuelo regalo de Sumaya Abdelbi. / Miguel Ángel Molina / Efe

Ella, como el resto de los trabajadores que atendieron a los mandatarios en la Alhambra, ejerció con gran profesionalidad su desempeño. Tuvieron que ser muy breves en sus explicaciones. "Les contamos que Comares es donde se recibían las embajadas extranjeras y que ahora, quinientos años después, era un momento histórico", ya que la sala recuperaba esa función de recepción.

Sobre la visita, la guía explica que "estaban alucinando". "A nosotros, que lo vemos todos los días, se nos ponen los pelos de punta al entrar en Comares", añade sobre la belleza del recorrido. La temperatura fue buena, el marco, como se suele decir, incomparable y la atención que prestaron los visitantes, máxima. "Preguntaban, hablaban entre ellos de la Alhambra... ellos, que habrán visto tantas cosas", reflexiona Sumaya. La visita, que normalmente dura tres horas, se comprimió al máximo. Se les mostraron los detalles de la yesería, las epigrafías, el suelo y la singular historia de un espacio regio musulmán que los Reyes Católicos respetaron. "La Alhambra es religión y matemáticas dentro de la arquitectura", señala la guía, que cuenta que se les enseñó la concha, símbolo del apóstol Santiago, que se puede ver entre la epigrafía islámica. "Había respeto", reflexiona sobre el mensaje que, cinco siglos después, lanza el recinto palatino. "Se fueron con la sensación de sorpresa total, de la belleza, el arte, la sabiduría...".

También estuvo en la visita del jueves el director del Servicio de Visita Pública, Gonzalo Mochón. Los días previos fueron de trabajo intenso en la Alhambra. El itinerario se hizo en varias ocasiones. Se observaron todos los detalles y se sopesaron varias opciones para el recorrido. Finalmente los mandatarios fueron andando desde la Puerta de la Justicia donde llegaron en coche- hasta el Carlos V, donde se les recibió. Bajaron a la cripta y de ahí se les condujo al Patio de los Arrayanes. "Quedaron muy sorprendidos", recuerda Mochón. Para la visita se contó con siete guías y varios intérpretes del Patronato. El director, Rodrigo Ruiz-Jiménez, estuvo al frente. "Ni se imaginaban que fuera tan bonito". La sensación es que, después del éxito de la visita, muchos de ellos volverán. Así llegaron a manifestarlo allí mismo varios de estos ilustres visitantes.

Los mandatarios europeos visitan al Patio de los Leones de la Alhambra , dentro de la III Cumbre de la Comunidad Política Europea, este jueves en Granada. / Miguel Ángel Molina / Efe

"Se sorprendieron de la grandeza" del monumento y su historia, sobre todo los dirigentes de países que, geográficamente, están más lejos. El "esplendor" de Arrayanes y Comares se culminó con la visita al Cuarto Dorado. De ahí fueron al Patio de los Leones para la foto de familia. Todo discurrió en un ambiente distendido, muy agradable, recalca Mochón, que destaca la capacidad para atender al grupo de forma personalizada y a la vez facilitar la fluidez del recorrido.

Tras la foto de familia y la actuación de Marina Heredia en el Partal, la siguiente parada fue Parador, lugar de la cena presidida por Felipe VI y Doña Letizia, que también estuvieron en la Alhambra. Para el traslado se dispuso de carros de golf desde la Puerta de los Carros hasta el lugar del banquete. No todos los mandatarios hicieron uso de este medio para sortear las empinadas cuestas, pero a buen seguro que alguno agradeció poder descansar los pies durante el breve trayecto. "Casi todos fueron andando", afirma Mochón, que revela que se dispuso de los carritos con el fin de atender cualquier incidencia.

Desde el Patronato mostraron su satisfacción por cómo se desarrolló la jornada. Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le ofrecieron datos de visitantes y la gestión del espacio que sirvió para que los máximos dirigentes del continente tuvieran oportunidad de dialogar de forma más distendida. El presidente francés, Emmanuele Macron, fue uno de los que más disfrutó y mostró su buena sintonía con Xabier Betell, primer ministro de Luxemburgo. Josep Borrell, alto representante de la UE para la política exterior, no paró de tomar imágenes con el móvil en un gesto, el de hacer fotos, que fue mayoritario. Y es que la Alhambra habla sola.

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