El Papa y el caso Romanones, en el origen de un pontificado de apoyo a las víctimas de la pederastia
Francisco llamó por teléfono a la víctima tras recibir por carta su testimonio
El Papa recibe al padre Román en el Vaticano y le pide "perdón"

Granada/El Pontificado del papa Francisco se ha caracterizado por su valentía en el tratamiento de temas como la pederastia en la Iglesia católica, contra los que ha luchado y en los que no se ha puesto de perfil. Al contrario, se ha involucrado directamente en la escucha a las víctimas y la resolución de los mismos. Y un caso que se investigó en Granada, precisamente por la intercesión del propio Papa tras recibir una carta de la víctima, fue el caso Romanones. Llegó en el inicio de su pontificado y fue de los más sonados incluso en el ámbito internacional pero al final no hubo condenas judiciales, en parte porque se consideraron prescritos algunos hechos y lo que llegó a juicio no quedó acreditado, por lo que los sacerdotes investigados fueron absueltos, lo que llevó al propio Francisco a pedirles perdón. Pero la intervención del Papa en el caso y la repercusión mediática del mismo durante años, situó el tema de la pederastia como asunto principal en la agenda del Pontífice.
El caso saltó a la luz pública en 2014 cuando se filtraron las llamadas del propio papa Francisco a Daniel, un español que había relatado por carta al Pontífice los supuestos abusos que había sufrido entre 2004 y 2007, cuando tenía entre 14 y 17 años. Su relato, que hizo llegar en un sobre al Vaticano antes de acudir a la Justicia, no dejó indiferente al Papa, que lo llamó personalmente para mostrarle su apoyo, haciendo que el caso traspasara todas las fronteras. En ese caso se investigó a Román Martínez, más conocido como el padre Román, sacerdote que ejercía en una iglesia de Granada, y a otros dos sacerdotes. Finalmente fueron absueltos de abusos sexuales en 2017 por la Audiencia Provincial de Granada después de que el Ministerio Fiscal se retirara de la acusación tras un mediático proceso judicial inédito en Granada y que llevó incluso al anterior arzobispo de la ciudad, Javier Martínez, a pedir perdón en un acto público en la Catedral.
Tras su absolución, el Papa Francisco recibió en julio de 2018 al padre Román en la Casa de Santa Marta, un encuentro que la revista Vida Nueva desveló y calificó como "sereno y profundo" y en el que recibió tanto a Román como a los otros dos sacerdotes investigados. Se dijo que hasta en tres ocasiones el Papa les pidió perdón por "el calvario vivido y tras el juicio paralelo sufrido" en la que llegó a calificarse, según la revista, como "la mayor trama de pederastia eclesial de la Iglesia en España". La Justicia falló a favor del padre Román bajo el argumento de falta de credibilidad en las versiones dadas por el denunciante "al ir aportando datos de manera sucesiva mintiendo de circunstancias objetivas", pero, sobre todo, "ante la falta total y absoluta de pruebas". El denunciante tuvo que pagar las costas del juicio.
Levantó las medidas cautelares impuestas a los sacerdotes
Francisco además rehabilitó definitivamente en su ministerio pastoral a los sacerdotes, sobre los que se impuso desde el Vaticano tras conocerse el caso medidas canónicas cautelares. "Seguid adelante, con generosidad, como cualquier otro sacerdote", animó Francisco a los tres sacerdotes, que fueron invitados a celebrar una eucaristía conjunta en Santa Marta con el Papa. A partir de ahí, el padre Román se reincorporó a su trabajo en la Archidiócesis de Granada. Las medidas cautelares afectaban a los tres sacerdotes y a un profesor de religión investigados. En el proceso judicial, independiente al seguido en la vía canónica, llegó a haber hasta doce investigados, diez curas y dos laicos, aunque la Audiencia decidió de manera definitiva declarar prescritos los delitos atribuidos a once de ellos. Solo el padre Román se enfrentó al juicio, donde la palabra del denunciante no tuvo la suficiente credibilidad para el tribunal juzgador. Durante la última jornada de la vista oral, la Fiscalía decidió retirar la acusación, lo que terminó de complicar las cosas para el joven, a quien el entorno de Los Romanones, situó siempre en la órbita del Opus Dei. El caso mediático se hizo habitual en los telediarios nacionales y atrajo a periodistas de fuera de España.
Tras estos hechos, en septiembre de 2018 la víctima volvió a enviar una carta al Papa en la que le afeaba sus declaraciones tras la absolución de los sacerdotes, palabras que calificaba de "tremendamente ofensivas" para todas las víctimas del que seguía definiendo como "caso de abuso sexuales de Granada". "Esos delitos están prescritos por aplicación legal obligatoria de la ley de prescripción española, pero con indicios fácticos más que suficientes para ser juzgados por el derecho canónico, cosa que no han hecho ni desde el Vaticano, ni desde la Congregación para la Doctrina de la Fe", añadía la carta de la víctima.
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