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Restaurada hace no mucho tiempo, la ruta que separa el municipio de Órgiva con el Mirador de Sierra Lújar da a entender por qué el lugar es destino preferido de muchos senderistas. Un sendero nada fácil de atravesar y que antiguamente utilizaban a diario los mineros de Órgiva para ir a trabajar a las minas de Sierra de Lújar, de las que se extraía plomo y plata y de las que el Ayuntamiento de Órgiva ha querido conservar como parte de la historia del municipio.
Es por ello que a lo largo del recorrido de este sendero, que también podremos hacer en coche, nos encontraremos con paneles informativos que nos irán contando detalles del mundo de la minería así como la vida de quienes trabajaban en ella en Sierra de Lújar. Las vistas que se pueden divisar desde este mirador dejan impresionado a cualquiera, además desde allí y gracias a los paneles informativos, el visitante se hará una idea más exacta de la ubicación de los municipios que adornan las faldas de Sierra Nevada.
La alcaldesa orgiveña, Mari Ángeles Blanco, cuenta que la intención de su equipo de gobierno es la de "seguir trabajando en ese sentido apostando por mantener las políticas en materia turística, recuperando zonas de valor incalculable y que antes estaban prácticamente abandonadas". Los paneles informativos nos indican que la forma de explotación se hacía por el método de cámaras y pilares, esto es, se saca el mineral formando amplias cámaras y se dejan pilares que sirven de sustento al techo para evitar un hundimiento, de este modo se aprovecha del 80 al 85% de cada bloque mineralizado. En la actualidad, la perforación se efectúa con perforadores manuales neumáticos y el transporte del mineral se lleva mediante camiones. Antiguamente este transporte se efectuaba con mulas y cable.
En total existen 145 kilómetros de galerías y en torno a 50 socavones, la mayoría unidas unas a otras por galerías y pozos. Las extracciones principales han sido del mineral de plomo, plata y fluorita.
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