OPOSICIONES: 2.144 patadas a la precariedad

Oferta de empleo público en Educación

Miles de opositores granadinos cuentan los días que faltan para el próximo 25 de junio, el día de la primera prueba de las oposiciones al cuerpo de Maestro

2.144 patadas  a la precariedad
2.144 patadas a la precariedad
A. Asensio

30 de abril 2017 - 10:24

Granada/Son apenas tres páginas, pero en su contenido se condensan las esperanzas de miles de granadinos, aspirantes a docente que cuentan los días que faltan para el 25 de junio, el día de la primera prueba de las oposiciones a maestro. El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía publicó el pasado 31 de marzo el decreto en el que desglosa la oferta de empleo público para este año para el ingreso en el cuerpo de Maestros y profesores de Secundaria. El contenido del documento, a esas alturas del año, era ya más que conocido por los opositores, que han vivido desde septiembre con el corazón encogido por lo que, desde las pasadas navidades, se ha ido conociendo de la convocatoria. ¿Cuántos se han visto afectados por los cambios? Imposible saberlo ya que no existe ningún registro de opositores. Hay quien se prepara en academia, quien lo hace con un preparador o quien va por libre. En cualquier caso, serían miles. En la convocatoria de 2015 hubo unos 3.500 aspirantes. El pasado curso 2015/2016 figuraban como matriculados en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada -fuente de aspirantes al cuerpo de Maestros- 5.104 estudiantes. Ese mismo curso se contabilizaron 1.188 egresados de esa Facultad, recién titulados que buscan ahora entrar en el mercado laboral.

Como la costumbre hace ley, se esperaba que para este 2017 se incluyeran plazas tanto de Infantil como de Primaria, además del resto de especialidades que componen el cuerpo de Maestros. También estaba previsto que se incluyeran las vacantes que se convocaron el pasado año y finalmente quedaron aplazadas de los cuerpos de catedráticos y maestros de Música y Artes Escénicas y de Francés. Lo único que faltaba por saber era el número de plazas por las que había que pelear y determinar el impacto que la inclusión del Francés en Primaria tendría en la oferta de empleo público. Sindicatos y opositores ya barruntaban que esta especialidad acapararía un buen pellizco de la oferta, después del terremoto sufrido en las bolsas de interinos este mismo año.

Unas 3.500 personas se presentaron en las últimas oposiciones a maestro, en 2015

Las academias ya habían hecho grupos, los interesados habían pagado matrículas o buscado temarios y preparadores. Y llegó la bomba. Desde la Junta se anunció antes de las fiestas navideñas que los aspirantes a maestro de Infantil y Primaria no tenían nada que hacer este año. La oferta de plazas se destinaría a otras especialidades, fundamentalmente las ligadas a la enseñanza de lenguas extranjeras, Inglés (con 625 vacantes) y Francés (425). El resto, hasta 1.710 plazas, se reparten entre Música (350), Pedagogía Terapéutica (350) y Audición y Lenguaje (180). Nada para los demás, que vieron como sus plazas quedaban "diferidas a ejercicios posteriores". Así ocurre con las 100 de Infantil, 90 de Educación Física y otras 100 de Primaria, números mínimos para especialidades que suelen conformar el grueso de las ofertas de empleo público en Educación. Además, en la convocatoria figuran otras 468 vacantes para cuatro especialidades de Secundaria que, previsiblemente, se convocarán en 2018. En total, la convocatoria aprobada finalmente por la Junta prevé 2.468 plazas, de las que siete de cada diez se ofertarán este año, y el resto en los próximos.

Del mismo modo, este año habrá exámenes para plazas convocadas el pasado año. Así, los opositores podrán luchar por una de las 177 plazas de Francés (que de esta manera suma 602 vacantes), 57 del cuerpo de Catedráticos de Música y Artes Escénicas y 200 de profesores de Música y Artes Escénicas. De este modo, se convocan 2.468 plazas, pero finalmente se cubrirán 2.144.

El anuncio de la convocatoria fue un jarro de agua fría para un buen porcentaje de opositores, aunque algunos colectivos de interinos ya habían pedido la congelación de la convocatoria ante la previsión de que la oferta fuera tan limitada como en años anteriores. Los sindicatos valoraron como corta la oferta, después de años de limitaciones en la ofertas de empleo público por la tasa de reposición y de denunciar la congelación de las bolsas -sobre todo en Infantil- a causa, aseguran, de los recortes. Los aspirantes, por su parte, no han tenido más remedio que cambiar de planes. Ángela Pérez se va a Madrid. "Empecé a estudiar en enero de 2016" con la vista puesta en la prueba de junio de 2017. Le ayuda un preparador al que abona 150 euros al mes. "Cuando dijeron que no iba a haber [plazas para Infantil] me decidí por presentarme en Madrid". Allí la oferta de plazas para su especialidad será de unas "340, creo. Es complicado, pero por intentarlo...". Hasta Madrid peregrinarán decenas de granadinos que probarán suerte tras cerrárseles las puertas en su comunidad.

Marta Ros también empezó con tiempo a preparar las oposiciones para ser maestra de Primaria. En septiembre del año pasado -tras haber trabajado en centros concertados- se puso a hincar codos. A mitad de trayecto cambió de tren. Ros, que se prepara en una academia, se presentará en Andalucía a una plaza en la especialidad de Inglés. "No creo" que consiga plaza, pero sí confía en sus posibilidades de "entrar en bolsa", lo que podría abrirle las puertas de una plaza fija en las próximas convocatorias, que se prevén mucho más sustanciosas. El plan de estabilización del profesorado interino prevé la convocatoria de 150.000 plazas en toda España en los próximos tres años con el objetivo de rebajar el número de funcionarios sin plaza fija hasta el 8%. Ustea calcula que uno de cada cuatro profesores es interino.

La inestabilidad política en Madrid también le ha puesto 'emoción' a la convocatoria. De las cuentas del Ejecutivo central depende, a su vez, la gestión de los fondos de las comunidades autónomas. La dependencia hizo que Andalucía se arriesgara a que se impugnaran las oposiciones si no recibía el visto bueno de Hacienda. La luz verde llegó a punto de terminar marzo, mes en el que, habitualmente, la convocatoria está más que anunciada y cerrada. Aquel retraso también hizo que arreciaran las críticas de los sindicatos, que consideraron "intolerable" la incertidumbre que sufrían los opositores, como expresó el CSIF, y exigían a la Junta una "actitud valiente" ante el Gobierno central, pidió UGT. La sangre no llegó al río y el plácet llegó en forma de decreto. La tasa de reposición quedó fijada en el 100% -pese a que en enero se había atisbado la posibilidad de que el límite quedara definitivamente suprimido- y se fijó que todas las comunidades que convocaran oposiciones señalaran las pruebas en las mismas fechas para evitar el efecto llamada y que un mismo aspirante 'rotara' por distintas regiones en busca de éxito.

La incertidumbre y la presión vivida en los últimos meses dan paso ahora a un trimestre frenético para los opositores. Desde el pasado 7 de abril y hasta el 2 de mayo el goteo de aspirantes en el registro de la Delegación territorial de Educación para presentar la documentación necesaria para participar en las oposiciones es constante. Cada uno de ellos abonará 41,50 euros para formalizar su solicitud. Un trámite más en el camino para conseguir la estabilidad laboral. Elena Espigares, titulada en Traducción e Interpretación, con dos años de experiencia docente en el Reino Unido y ha estado en centros educativos privados reconoce que "sinceramente" se prepara porque "quiero algo estable. Tras dos años fuera, al regresar se dio de bruces con "la realidad laboral española", y pese a que nunca "pensé en preparar oposiciones", lo vio como la mejor opción a futuro. El año pasado casi lo consiguió en su primer intento. Este año ya se prepara con la vista puesta en el 2018, cuando habrá de nuevo oposiciones. Continuará.

Más ingenieros en el máster de Secundaria tras el fin del Metro

Entrar en la función pública es atractivo fundamentalmente por la estabilidad que ofrece. Se trata de una salida que, quizá, hay quien únicamente tantea tras haber probado la experiencia de la empresa privada. Esta tendencia puede observarse, por ejemplo, en el máster universitario de Educación Secundaria y Bachillerato, el conocido como MAES, obligatorio para optar a una plaza de docente en ESO o Bachillerato. Según relata el coordinador del MAES en la Universidad de Granada, Antonio Moreno, el fin de las obras del Metropolitano en Granada propició que se incrementara el número de ingenieros que solicitaron entrar en el máster. A lo largo de los últimos años, explica Moreno, la demanda de esta formación de posgrado es "alta", y en Granada "altísima". "Siempre hay más demanda que plazas", añade Moreno. Lo habitual es que cada año se reciban unas 2.500 solicitudes para cubrir una oferta de 1.100 plazas en la UGR. El coordinador del MAES en Granada señala que antes de que la crisis y sus efectos en el terreno laboral la demanda sufría fluctuaciones en función de si ese año había oposiciones o no de Secundaria. "Ahora se ha estabilizado" el número de peticiones, siempre muy superior al cupo máximo de alumnos, lo que obliga a los aspirantes a solicitar plaza en varias universidades si no quieren arriesgarse a perder un año. Moreno también reconoce que ha cambiado la actitud del alumnado. "Se lo toma cada vez más en serio", quizá con la vista puesta en la exigencia que requiere presentarse a unas oposiciones en Educación. No son las más duras, pero concitan el interés -y la participación- de miles de aspirantes, lo que eleva la ratio de opositores por plaza. Entre los alumnos, se da prácticamente la misma proporción de hombres que de mujeres. El perfil del alumnado del máster, añade Moreno, va desde el recién titulado al que ya ha tenido experiencia laboral en el terreno de la empresa privada y tantea intentar entrar en la docencia. También se da una tercera posibilidad, la del alumno que prepara el MAES al mismo tiempo que trabaja.

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