El fósil viviente de Castril, una de las cinco plantas más valiosas de España
Provincia
De las cinco plantas catalogadas como excepcionales por su antigüedad tres están en Andalucía y todas están en peligro crítico de extinción
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En la Sierra de Castril crecen los únicos ejemplares de un valioso fósil viviente de la flora española. Se trata de la margarita de Castril. No es el único caso en Andalucía. De las cinco plantas en la clasificación de las más valiosas por este concepto, tres son de la comunidad andaluza. En la almeriense sierra de Gádor crece la gadoria, y en la Sierra Norte de Sevilla la nomevés. Todas en peligro crítico de extinción.
"Un fósil viviente es una especie muy antigua, por ejemplo el nomevés tiene 25 millones de años, que es la única que sobrevive en todo su género, y cuyas poblaciones resultan extraordinariamente reducidas", explica el profesor de investigación del Real Jardín Botánico, dependiente del Centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Pablo Vargas.
"Andalucía sí se ha preocupado desde hace mucho de concienciar y preservar su biodiversidad", afirma el botánico. La margarita de Castril (Castrilanthemum debeauxii) vive en esta sierra granadina como única especie de su género, en este caso con una antigüedad de unos 12 millones de años.
El grupo de cinco plantas más importantes cara a su conservación se completa con dos que viven en otros puntos de España. Se trata de la chicoria hueca (Avellara fistulosa) y la náufraga (Naufraga balearica), esta exclusiva de las Baleares.
Pablo Vargas es investigador principal en el Proyecto Cero del Real Jardín Botánico, que estudia estas cinco plantas, las que presentan mayor urgencia de conservación de la flora española por tratarse de los últimos representantes vivos de sus géneros y linajes. "Los humanos se separaron del chimpancé hace 8 millones de años, así que estos auténticos fósiles vivientes, muy anteriores, forman parte de la historia del planeta de manera destacada".
Necesita germinar cada primavera para florecer. El equipo de trabajo del CSIC que comenzó a estudiar esta planta hace más de diez años recolectó semillas de dos poblaciones diferentes, con el objeto de estudiar su geminación.
Todo este trabajo va enfocado a conocer “los procesos que han llevado” a esta especie a su situación actual de peligro crítico de extinción, “de manera que se puedan frenar las causas más acuciantes” para evitar su desaparición. Así, en estos años se ha analizado en el laboratorio su biología reproductiva, biología de la polinización, regeneración, hábitat y diversidad genética. Todo, ya que “el nivel de conocimiento es sorprendentemente pobre y fragmentado”, explicó en su momento a este diario Pablo Vargas.
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