La prehistoria se pisa en el centro
testigos de la paleohistoria Ammonites. Los fósiles marinos que vivieron desde hace 200 millones de años se hallan a lo largo de la calle Reyes Católicos La mayoría de los entrevistados reconoce no saber de la existencia de estos vestigios
Una gran afluencia de personas recorre todos los días la calle de Reyes Católicos sin saber que, bajo sus pisadas, se hallan pequeños fragmentos de una antigua historia marina. Son ejemplares de Ammonoides, conocidos como ammonites, y son unos moluscos que se extinguieron en la época de los dinosaurios. Ahora, estos moluscos son viejos protagonistas de los numerosos granadinos y visitantes que transitan a diario por uno de los centros más visitados de Andalucía.
Históricamente, Granada se ha consolidado como un destino patrimonial excepcional, como un punto de encuentro para los amantes de la historia y de la cultura gracias al amplio abanico de experiencias culturales que esconde en cada rincón de sus calles. Al atractivo justificado por su legado monumental más valioso, y con mayor reconocimiento a nivel internacional, se une ahora el protagonismo de estos pequeños moluscos que atesoran una historia más lejana aún que la conocida nazarí con la que Granada suele atrapar a los turistas.
Al mismo tiempo, un espacio tan comercial e industrializado como es la zona de los establecimientos de ropa y accesorios del centro de la ciudad se enfrenta a una de las historias más antiguas que pueda registrarse en la capital, a pesar de sus numerosas huellas históricas. Nada menos que 200 millones de años hace que existieron estas criaturas invertebradas, que pueden observarse a lo largo de toda la calle de Reyes Católicos. Son, en concreto, dos de ellas las que cobran mayor importancia al conseguir apreciarse con más claridad: una justo en frente del establecimiento de H&M y la otra antes de llegar al bar La Cueva, junto al número 23 de la céntrica calle.
La realidad es que, a pie de calle, los granadinos no dejan de asombrarse por la aparición 'repentina' de unos fósiles marinos que son ammonites y caracolas y que suelen pasar desapercibido para la mayoría de los viandantes. Tal y como se puede observar, se trata de una sección transversal de un molusco de concha externa, de la misma familia que los calamares. Asimismo, estos fósiles pertenecen a una especie que vivió desde hace más de 200 millones de años y se mantuvo hasta hace 65 millones.
Así, estos seres marinos de unos 20 centímetros siguen perdurando en las vidas cotidianas de los viandantes. Sin embargo, ¿los transeúntes conocen la existencia de estos fósiles? No. Esta ha sido la respuesta más común sobre la existencia y conocimiento de estas peculiares losetas, tanto por granadinos como por turistas extranjeros.
La mayoría de las personas entrevistadas ayer por este diario negaron conocer la existencia de los ammonites a pesar de haber pasado por esa calle con absoluta asiduidad.
"Llevo viviendo aquí 10 años, he pasado por aquí mil veces y nunca las he visto", confesó por ejemplo Ramón Vico. No fue el único. Lo de "la primera vez" fue el comentario más compartido. Incluso las empleadas de los comercios cercanos no habían visto "nunca" estos antiguos moluscos. En este sentido, todos los entrevistados coincidieron en que se "debería señalizar" su existencia y su historia. "Es una pena que haya un vestigio de este calibre y no se conozca", comentaron dos chicas empleadas de comercios próximos, Sonia Valera y Elena Enríquez.
Pero no todo son sorpresas por parte de los viandantes. Algunos también han propuesto soluciones para darle mayor reconocimiento a estos fragmentos de historia. "Deberían llevarlos a un museo", declaró Antonio Irande. A su vez, Vico aseguraba que "es una pena que la gente no sepa el suelo que está pisando", y se sumó a la propuesta de mantener los fósiles en un museo.
En lo que coinciden todos los transeúntes es que, al contar con unos vestigios tan especiales en pleno centro de la ciudad, al menos se debería remarcar su existencia y detallar sus características. El objetivo es que las personas puedan disfrutar de la historia que llevan detrás estos fósiles y que la ciudad pueda ofrecer a los turistas y granadinos un nuevo trocito de su pasado.
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