La presa de Rules 'empuja' los deslizamientos de la A-44

Los técnicos reconocen que la coincidencia de las dos obras tiene relación con los constantes problemas en la autovía Los ecologistas denuncian el "tremendo fracaso" del embalse

La presa aún no cuenta con las canalizaciones necesarias para su funcionamiento.
Rosa Fernández Motril

26 de octubre 2013 - 01:00

El jefe de Demarcación de Carreteras de Andalucía Oriental, José del Cerro, a pesar de introducir su explicación diciendo que no quería señalar "culpables" de las costosas y molestas obras que el Gobierno tiene que acometer actualmente para arreglar el viaducto de Rules y la N-323, apunta en una dirección: la presa de Rules. Si bien recalca que no quiere buscar "responsabilidades" de lo ocurrido, explica que "a de la orografía del terreno" se añade un elemento fundamental como es un embalse, "que tiene sus fluctuaciones de nivel y que hace que un deslizamiento que pudiera estar latente con las subidas y bajadas de nivel se esté activando". Y es que "a un terreno complicado, le añadimos un embalse". "Siempre se puede decir que se podía haber previsto, pero es muy fácil decirlo a toro pasado" y "tampoco era previsible". "Este factor del embalse de activar un deslizamiento no se tuvo en cuenta porque cuando se realizó no había este condicionante, que ya no está dormido sino latente, ya que cuando todos pasamos por la autovía vemos que se mueve", detalla.

Fernando Alcalde, geólogo y miembro de la asociación ecologista de la Costa Buxus, comparte esta opinión. "Claro que Rules ha influido", asevera. También recuerda que cuando se estaba construyendo el embalse, le consta que "el primer informe planteaba muchos problemas, no se aconsejaban una serie de propuestas y, finalmente, se adoptó la menos desaconsejable".

Esta versión la confirma Javier Egea, presidente de Ecologistas en Acción de Granada, que presentó en el año 2001 una denuncia ante la Confederación Hidrográfica del Sur para impedir que se construyera un dique por aquel entonces, y denunciando obras ante la Unión Europea por una fraudulenta inversión de fondos comunitarios.

En aquella denuncia se decía que "desde del año 1993 se trabaja en la construcción de la presa de Rules, sobre el río Guadalfeo en la provincia de Granada. Dicha presa, financiada por fondos FEDER, se presupuestó en 13.620 millones de pesetas, siendo en la actualidad el gasto de más de 30.000 millones y aún no se han terminado las obras". En el texto se alude, por tanto, a las primeras opiniones de técnicos y expertos sobre la construcción del embalse: "En el año 1995, el ingeniero suizo de Minusio-Locarno Giovanni Lombardi fue invitado a dar su opinión sobre las obras ya comenzadas por las dificultades geológicas encontradas. Lombardi -del que adjuntaban en la denuncia el informe presentado- declara que la zona es la peor para hacer un embalse y que el tipo de presa propuesto no reúne garantías de seguridad, apostando por una presa de materiales sueltos y que aún así tendría problemas".

Egea lo tiene claro: "No se hizo caso de este informe, salvo para aumentar las cantidades de hormigón -y por tanto el presupuesto- y se continuó la construcción".

En aquella denuncia redactada hace 12 años, se recogía que "tras las grandes lluvias de los años 1995,1996 y 1997 se dan cuenta los ingenieros de que el río arrastra tal cantidad de materiales que la presa corre peligro de colmatarse en pocos años. Tomando los propios cálculos de Confederación, en 50 años con unas cuantas avenidas fuertes -hecho normal en el clima de una región como la Alpujarra- se sedimentarían 75 hm3, es decir más de la mitad de la capacidad del embalse calculado en 120 hm3". Tal y como adelantó Granada Hoy, tan sólo 9 años después de construirse la presa, ya es visible la acelerada sedimentación que está sufriendo y que está dando lugar a estudios por parte de expertos de la Universidad de Granada.

Ecologistas en Acción relata que "a la vista de esto, la Confederación Hidrográfica del Sur elabora el Proyecto Complementario número 1 de la Modificación número 1 al proyecto de construcción de la presa de Rules en el río Guadalfeo. En este proyecto que se elabora en diciembre de 1999 y se aprueba en marzo de 2000, se pretende la construcción de un dique de 12 metros de altura en una primera fase con capacidad para retener 700.000 m3 de volumen de acarreos, pero con la posibilidad de recrecerlo hasta 45 metros de altura y una capacidad de retención de 15 hm3. Las obras comenzaron en el mes de agosto de 2001. Los vecinos de la zona incluso paralizaron los trabajos, pero los operarios pudieron seguir trabajando escoltados por la Guardia Civil".

Con fecha de 1 de junio de 2001 los ecologistas solicitaron a la Delegación Provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Granada que pidiera a la Confederación Hidrográfica del Sur la declaración de impacto ambiental preceptiva y las características del obra. El 17 de agosto denunciaron ante el Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía los hechos.

Según la ONG, había dos razones, "independientemente de las ecológicas, para pedir la no construcción del dique: una, que una vez relleno de tierra -lo que puede ocurrir en muy poco tiempo- no sirve, lo que supone un despilfarro de dinero público, y dos, que al estar estos proyectos financiados por fondos FEDER, atentan contra la propia filosofía de los mismos, pues se trata de esquilmar y destrozar una zona con grandes desequilibrios como la Alpujarra, para dar un beneficio a los grandes capitales de la industria de la agricultura bajo plástico y del sector turístico, beneficiarios últimos de las aguas embalsadas".

En otros escritos, Ecologistas en Acción añaden "el tremendo fracaso de la presa de Rules". Para Javier Egea, "se la jugaron" al construirla y los efectos han sido desastrosos. De momento y, a pesar de no tener canalizaciones, ha influido en los deslizamientos que van a costar 20 millones de euros para los desperfectos del Viaducto de Rules y otros 3,8 millones en los arreglos de la N-323, que son necesarios para que esté en condiciones a la hora desviar el tráfico durante el corte de la autovía. Anteriormente, el agua ya se llevó uno de los pilares de la A-44, lo cual provocó el retraso de la apertura de la obra y más gastos. Según Antonio Martínez, coordinador en la Costa de Ecologistas en Acción, "si es malo el terreno, cuando se empapa es peor, por lo que tendrían que haberlo tenido en cuenta".

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