Qué productos de ahorro se puede tener con tarjetas de débito o crédito
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Todo parece indicar que, en un futuro no demasiado lejano, los pagos en efectivo pasarán a ser historia. Esto es debido a que, tanto en Granada como en el resto de España, cada vez más personas hacen uso de una tarjeta de debito y credito para tramitar todo tipo de pagos: menú del día en un restaurante, compra semanal en el supermercado, etcétera.
Obviando la comodidad, practicidad y rapidez que proporcionan estas tarjetas, hay que decir que también son del agrado de los consumidores por los productos de ahorro que se puede tener con ellas. A continuación describiremos algunos de los que más llaman la atención, no sin antes averiguar exactamente qué son las tarjetas de débito y crédito, amén de las diferencias existentes.
Qué es una tarjeta de débito y una de crédito
Las tarjetas de débito son productos bancarios que están hechos de plástico, los cuales permiten a los TPV establecer una conexión directa con la cuenta bancaria del consumidor para tramitar el correspondiente pago de un producto o servicio.
Por su parte, las tarjetas de crédito tienen la misma forma y unas dimensiones idénticas, pero el límite a la hora de pagar no lo determina el saldo disponible en la cuenta corriente. En este caso, se contrae una deuda con la entidad bancaria, permitiendo así fraccionar los pagos para abonarlos al mes siguiente o incluso más adelante.
- Diferencias entre ambos tipos de tarjetas
Como acabamos de ver, hay una importante diferencia entre las tarjetas de débito y las de crédito: con las primeras de ellas nunca se puede pagar más de la cantidad que refleja en ese preciso instante la cuenta del banco del titular. Por ejemplo, si hay 200 euros, ese será el importe máximo que pueda abonar en un comercio.
Por el contrario, una tarjeta de crédito sí permite hacer pagos de mayor cuantía, aunque esto supone deber dinero a la entidad bancaria, la cual antes de conceder dicho producto financiero se asegura de que el cliente no incurrirá en morosidades. Es decir, obtener una tarjeta de crédito supone más trabas en comparación con hacer lo propio con la de débito.
Productos de ahorro que permiten tener dichas tarjetas
En primer lugar, es destacable que determinadas tarjetas de crédito permiten aplazar los pagos abarcando un período de devolución mínimo de tres meses y un máximo de un año.
Para obtener este producto de ahorro simplemente hay que ser titular de la tarjeta de crédito en cuestión. Eso sí, como hemos dicho antes, la entidad bancaria analiza previamente cuál es la solvencia del cliente. En caso de tener dudas al respecto, existe la posibilidad de que la solicitud sea denegada.
No es lo único negativo a tener en cuenta. Y es que ciertas tarjetas de crédito pueden estar sujetas a unas comisiones de mayor o menor cuantía. Es por este motivo que conviene leer detenidamente las condiciones contractuales antes de proceder a la firma del documento. En caso contrario, tal vez no pagarías intereses, pero mensual o trimestralmente te verías obligado a abonar un importe de varias decenas de euros.
Otro producto de ahorro que se puede tener es un programa de recompensas que está pensado para aquellos clientes que viajan mucho por motivos profesionales o de ocio. Sea cual sea la compra que tenga lugar durante el transcurso de uno de los múltiples viajes realizados, puede estar sujeta a un reembolso parcial, siempre y cuando el pago se efectúe haciendo uso de la tarjeta de crédito que está asociada a dicho programa de recompensas.
De nuevo, hay que sacar a colación las posibles comisiones de la tarjeta, aunque no es lo único a valorar. A su vez, has de tener en cuenta que los reembolsos solo se producirán si los pagos se llevan a cabo en comercios que están adheridos al mencionado programa. Por otra parte, cada reembolso debe activarse previamente a través de la página web oficial de la compañía de servicios financieros, como por ejemplo MasterCard.
Tras haber hablado de dos productos de ahorro que se pueden obtener con tarjetas de crédito, llega el momento de describir uno conseguible con algunas que son de débito. Nos referimos a los programas de redondeo con los que va acumulándose una diferencia en la cuenta bancaria del cliente, lo cual puede ser de gran ayuda para ahorrar. En este caso, en líneas generales no hay que asumir ningún tipo de comisión.
Como hemos visto, hay varios productos de ahorro asociados a las tarjetas que, además, no son difíciles de obtener, aunque si la tarjeta es de crédito habrá que pasar antes por un análisis de la solvencia que reducirá a la entidad bancaria los riesgos de morosidad.
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