El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Superioridad femenina
Sucesos
Granada/"Vine a Gdansk para pasar las vacaciones de mis sueños y experimenté la mayor pesadilla de mi vida". Así empieza el relato de un profesor de la Universidad de Granada al periódico polaco FaktFakt en su denuncia sobre el timo del datáfono que le llevó a perder 3.000 euros en una noche en un club discoteca con zona de striptease al que fue llevado engañado, según comenta, y que le provocó un altercado posterior con los policías de dicha capital polaca.
Los hechos, según el relato del docente al periódico polaco, se remontan al pasado día 18 de agosto cuando este profesor que según el artículo imparte clases en las facultades de Economía y Derecho estaba de vacaciones en la ciudad de Gdansk (conocida como Danzig en alemán), una de las grandes ciudades del país conocida por su industria portuaria en el Mar Báltico y por la lucha entre Polonia y Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
En aquella noche de martes la mayoría de locales de esta ciudad con ambiente festivo se encontraba cerrados, así que el profesor y su amigo aceptaron la invitación proveniente de uno de los relaciones públicas que trabajan para este local diciendo que era una discoteca y ofertando una cerveza por 4 euros. Entonces, éste relaciones los llevo al Club Glamour de la calle Lektykarska.
"Era una especie de discoteca, vacía y fúnebre, pero fuimos allí y compramos una cerveza (la de la oferta). Lo primero que hicieron fue darnos un chupito lo cual nos pareció un buen acto". Luego le dijeron que pagara sin ver el monto (la segunda transacción por los chupitos que le habían servido. Después de un rato, recibí en el móvil una confirmación de pago de 1.600 euros del banco. Ahora también sé que en el pub me intoxicaron con droga ya que la misma policía me dijo que era una droga o veneno especial que desaparece en una hora y por tanto no sale en los análisis y ellos me desalentaron a no hacerme la prueba al día siguiente", apunta este español que conoce bien Polonia.
Al salir del local, a las 1:50 de la madrugada, el joven con residencia en Granada llamó a la policía de la localidad de Gdansk y la situación fue empeorando para el turista a la que la noche se le iba tornando en pesadilla.
"La policía llegó alrededor de las 2:20 pero no hizo nada. Aunque dije que me robaron y mostré las facturas, no intervinieron en el club y en cambio me detuvieron", asegura el profesor en la entrevista al diario local Fakt24 en la que la periodista Alina Żakowska, que firma la información, aporta la documentación gráfica de las facturas y las heridas producidas en el joven granadino.
"Me esposaron y me metieron en un coche de policía. No le dijeron a mi amigo adónde me llevaban. Más tarde, me llevaron a un centro para alcohólicos donde me inyectaron y desde entonces todo estaba borroso: luces, gritos y risas. Luego me ataron con correas a una cama de metal durante varias horas", asegura el profesor, que denuncia además que no se le hizo ninguna prueba con un alcoholímetro, ni ningún análisis de sangre. Asimismo, también critica el trato vejatorio (no se intentaron comunicar con él) y aduce que sólo veía gritos y golpes en mitad de la pesadilla.
"Me montaron en el coche esposado, me llevaron a mi domicilio temporal donde entraron registraron mis cosas y cogieron mi documentación. ¿Mi pregunta, si tan mal estaba porque no me dejaron en mi domicilio cuando estaba hablando tranquilo y preguntando mi situación?", señala.
"A las 11:00 de la mañana fui llamado con la palabra home y gritando mientras temblaba y lloraba porque no comprendía nada, además soy miope y había perdido una lentilla, tampoco me dieron agua durante todas esas horas, sin poder ver apenas", relata el profesor quien además apunta que le hicieron que firmara un documento en polaco que ya estaba relleno. "Al pedir por la traducción me dijeron que entonces me quedaría allí. Ante el miedo decidí firmar", asegura.
La entrevista continúa con la versión del docente sobre el maltrato policial: "El hombre sostiene que los policías fueron muy brutales con él y que no puede creer que le haya pasado una historia así en un país civilizado", apunta el artículo en base a la versión del profesor de la UGR.
"Cuando me fui, un grupo de agentes se rió de mí en la puerta porque no sabía a dónde ir. Solo un residente de Gdansk me ayudó a regresar en teleférico", reconoce el joven, que incide en que "la policía me trató como a un perro y no quiero que eso le pase a nadie. De hecho, me da pena decirlo pero jamás volveré a este país que bonito y con gente buena en el que he estado mucho tiempo)".
Días más tarde, con los ánimos templados, el turista intentó acercarse al Club Glamour para que le devolvieran el dinero en la jornada del 23 de agosto.
La historia se vuelve más perversa a partir de entonces, ya que cuando regresó para pedir un reembolso del dinero que decía que le habían estafado, en el local le dijeron que le iban a devolver 1.000 euros de los 1.600 que reclamaba. "Me dijeron que pusiera mi tarjeta de pago en la terminal para que puedan transferirme el dinero. Usé tres tarjetas pero fue rechazada cada vez. Luego probé con otra tarjeta con dinero y luego me di cuenta de que me habían robado nuevamente", explica el joven que apunta que le habían cobrado otros 1.000 euros de su cuenta. "Ellos se aseguraron de que tanto como yo como mi amigo cogiéramos el vuelo. Una vez en España denunciamos también los hechos incluyendo el maltrato policial que no se menciono en la denuncia polaca por miedo a mas represalias", relata.
En total, una estafa de 2.600 euros que le dejaba sin dinero para volver a casa. Entonces, el docente se puso en contacto con la Embajada de España en Polonia y el Gobierno fue el que le ayudó a regresar tras unas vacaciones de pesadilla.
No obstante, ha preferido denunciarlo ante un periódico local ya que asegura que no abandonará el caso y exigirá justicia tanto en el caso del robo como en el caso del supuesto abuso de poder por parte de la policía de Gdansk. "No descarta que presente denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo", apunta el artículo. "En el club me robaron casi 3.000 euros pero los policías me robaron la dignidad", concluye en su alegato.
La pieza informativa recoge la versión de la Jefatura de la Policía Municipal de Gdansk. El comunicado es el siguiente: "El curso de la intervención fue grabado por las cámaras de hombro de los policías que realizaban esta intervención. El 18 de agosto, antes de las tres de la noche, los agentes recibieron un reporte de un joven de 43 años de que lo habían engañado en una discoteca. Los policías acudieron allí, encontraron al hombre que no hablaba polaco, era agresivo y agitado, y según los testigos que se pararon frente al club, un momento antes estaba arrojando una barandilla de madera a la puerta del local y gritando palabras que no entendían", apuntan el cuerpo policial.
"Cogí un palo es cierto, porque ellos mismos intentaron agredirme estando yo sólo con mi amigo mientras venía la policía. Nos incitaban a que nos acercaramos a ellos y estaban en plan amenazante hasta que llego la Policía y desaparecieron. Estas personas trabajan para el local el segundo día también los vimos y decían 'el español' con todo despectivo y racista", argumenta el profesor, que hace hincapié en que esto le puede ocurrir a cualquiera y el fin de publicarlo en Polonia es "iniciar un procedimiento judicial contra la policía y para que nadie tenga que sufrir lo que yo, mi familia y amigos hemos sufrido".
"Actualmente estoy escondido por miedo a las represalias de esta organización y separado de mi familia, con ansiedad, temblores y sin poder dormir desde que ocurrió. Estoy pensando en darme de baja de la Universidad de Granada. Hago un llamamiento a la justicia y a la comprensión y a no pensar que a vosotros no os pasaría porque yo pensaba lo mismo y me pasó. Polonia no es un país seguro y lo peor es que de no darse cuenta su población con este tipo de actos acabaran rompiendo el proyecto europeo. A mí y a mi familia ya nos han roto", manifiesta
La policía polaca continúa su versión de los hechos aseverando por qué tomó medidas como atar con correas al joven ante el estado de agitación o la presentación de la denuncia por los hechos que denuncia.
El artículo continúa asegurando que tras intentar ponerse en contacto con el Club Glamour, el local prefirió no hacer declaraciones. No obstante, contextualiza recordando el historial de sucesos de este tipo que tienen varios clubes nocturnos de striptease de esa zona de Gdansk y cómo utilizan a jóvenes para atraer a turistas extranjeros a locales.
Por último, se apunta que el fiscal Grażyna Wawryniuk de la Fiscalía de Distrito de Gdansk apunta que actualmente hay siete procedimientos registrados por fraude en detrimento de los clientes del club Glamour de Gdańsk. Todos los procedimientos se están investigando conjuntamente.
De la misma manera un tuitero que se ha hecho eco de la noticia señala que el 'timo del datáfono' es una conocida estafa que se utiliza contra turistas extranjeros en Polonia y la propia Embajada Española advierte en sus documentos de esta estafa.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
Superioridad femenina
La tribuna
Voto de pobreza
Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
La financiación autonómica, ¿Guadiana o Rubicón?
5 Comentarios