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Denuncia
La rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda, confirmó que el profesor denunciado por una alumna por acoso sexual y que finalmente fue sancionado por la Universidad con la suspensión de 90 días ha recurrido la decisión ante los tribunales. Esto supone, además, que la sanción impuesta por la rectora, queda en suspenso hasta que no haya una sentencia sobre el caso.
La alumna denunció al profesor en la oficina del Defensor Universitario en diciembre de 2015 y también llevó el caso a la Policía Nacional. Sin embargo, la causa judicial fue archivada al no hallarse indicios de delito.
La Universidad, por su parte, resolvió una sanción de 90 días de suspensión de empleo y sueldo por mantener una “relación de cortejo” con la alumna, estudiante de primer curso, para obtener “beneficio de tipo sexual” para sí, según indicaron tras trascender la sanción –en marzo del pasado año– fuentes de la UGR. Sin embargo, la sanción no ha llegado a cumplirse al recurrir el docente la resolución de la rectora, extremo que la propia Aranda ha reconocido poco antes de la presentación del programa de Atención a Estudiantes en Riesgo de Abandono.
“Casos muy sonados, muy sonados, que entendíamos que debían ser penados de una manera, han sido de otra”, indicó la rectora, que incidió en que “chocamos con la legislación”. “Exijo una adaptación de toda la legislación”, pidió. “Hemos llegado más allá de donde nos permiten, porque creemos que es obligado”.
“Estamos esperando” que el caso con la reclamación del docente se dirima en los tribunales, zanjó la rectora, que fue clara al expresar su contrariedad por la decisión de archivo que precedió a la resolución con la sanción. “Desde la Universidad exijo y reclamo una modificación de la legislación en estos aspectos”, incidió Aranda, que contrapuso la decisión tomada desde el Rectorado con la del juez.
El castigo de 90 días de empleo y sueldo fue muy criticado por determinados colectivos estudiantiles, por entender que no era lo suficientemente dura. Aranda ya respondió a estas críticas en una sesión de claustro, hace ahora un año, y algo que era el castigo más duro que se podía imponer con el reglamento universitario en la mano. “Archivaron el caso, eso llama la atención”.
En una primera edición de la información se señaló que la sanción fue por acoso sexual cuando el docente fue condenado a 90 días de suspensión por "conducta inapropiada" en relación a una estudiante.
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