La definición preliminar del acelerador de partículas que se proyecta en Granada estará culminada el próximo año

Cartel en los terrenos donde se proyecta la instalación. / R. G.

La definición preliminar del proyecto del acelerador de partículas Ifmif-Dones que aspira a acoger Granada estará culminada a finales del próximo año, cuando se prevé contar con un borrador de acuerdo internacional que regularía todos los aspectos de esta infraestructura que permitirá desarrollar y conocer mejor el comportamiento de materiales necesarios para la construcción de un futuro reactor de fusión.

El proyecto está inmerso en su fase preparatoria, que está financiada con fondos europeos y en la que se está abordando con discusiones “al más alto nivel” un modelo de gobernanza, gestión y financiación del mismo, así como la evaluación de otros posibles usos de la instalación, proyectada en Escúzar, en otras áreas científicas. En las últimas semanas se han desarrollado una serie de reuniones con los representantes de las 16 entidades participantes en el proyecto, así como de las entidades que actúan como observadoras, según indicó el director del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Carlos Alejaldre.

El objetivo último es que a finales del año que viene se pueda contar con una propuesta de organización de todos los aspectos internacionales, de modo que se “se tenga claro quién va a contribuir con qué” en cada una de las fases de este proyecto cuyo desarrollo global se ha presupuestado entre 400 y 600 millones de euros. A ello se sumará, previsiblemente a finales de este año o principios del que viene, la firma del consorcio tras su aprobación en Consejo de Ministros, para lo que Administración Central y autonómica están perfilando los últimos flecos.

En julio de 2018, el Foro Estratégico Europeo de Infraestructuras de Investigación (Esfri), incorporó Ifmif-Dones, junto a otras cinco infraestructuras científicas, en su hoja de ruta. Este hito supuso un impulso vital para el proyecto y para su construcción en Granada, puesto que abrió la puerta a la atracción de fondos europeos. Se trata de una iniciativa internacional complementaria al proyecto Termonuclear Experimental Internacional (ITER), un reactor experimental que se está construyendo en el sur de Francia y que pretende obtener una nueva fuente de energía basada en la fusión nuclear con fines comerciales.