Los proyectos que Granada espera de las cuentas del Estado desde hace años
Después de llamar a la puerta de la Junta, a Francisco Cuenca le queda reclamar al Gobierno de Sánchez infraestructuras y ayudas que, en algunos casos, acumulan retrasos de décadas
Cuando se cumplen tres meses desde que Francisco Cuenca prometiese el cargo de alcalde de Granada, el regidor local esgrimió en su discurso de investidura que implicaría a todas las instituciones para sacar adelante todos aquellos puntos que fueran necesarios por el bien de la ciudad. Como ya hiciera el pasado 27 de septiembre, al llamar al a puerta de la Junta para lograr los compromisos de Juanma Moreno, Cuenca se enfrenta a otra serie de proyectos que necesitan de la intervención Estatal para desbloquearse. El alcalde de Granada, pues, tendrá que llamar a la puerta de Pedro Sánchez y preguntar por ellos.
La principal infraestructura que el Gobierno le debe a la capital, que más le afecta y que más tiempo lleva coleando es el ferrocarril. A pesar de que se terminó volviendo a conectar la estación de Granada, tras casi cuatro años completos sin tren, las vías no cumplen por completo con la normativa europea para la Alta Velocidad, amén de que las conexiones son deficientes e insuficientes, tanto en la línea de Madrid como la de Almería. Tanto que las frecuencias, aunque se recuperan de alguna manera a partir del 15 de octubre, siguen siendo escasas, al haber solo dos conexiones para Madrid –desde la citada fecha–, de las tres que habían antes de la pandemia; tres a Sevilla, de las cuatro preCovid; la previsión de ampliar hasta cuatro servicios a Almería; al igual que la previsión de dos líneas a Barcelona y una tercera para Málaga.
El capítulo del ferrocarril abre varias llagas que ponen en jaque la gestión del Gobierno con respecto a la capital granadina en esta materia. Una de ellas es el estudio informativo sobre el soterramiento del AVE a su llegada a la ciudad. El Ministerio de Fomento publicó a finales de febrero de 2018, con Íñigo de la Serna todavía como ministro de Fomento, el contrato de servicios para la redacción del estudio informativo de la integración del ferrocarril en Granada. Seis meses después y con el socialista José Luis Ábalos al frente del Ministerio, el BOE publicó en septiembre la adjudicación de este estudio a la empresa Planificación Ferroviaria con un presupuesto de 496.000 euros, con una notable rebaja respecto a los 800.000 que se contemplaba en las bases del concurso.
Entonces, esta fue una de las nuevas que trajo el ministro Ábalos bajo el brazo para una reunión que tenía como objetivo informar de los planes del Ejecutivo respecto al soterramiento de las vías en la Chana y la ejecución de la Variante de Loja, una vez que a principios de agosto del mismo año ya anunció que Fomento acabaría con el aislamiento ferroviario de Granada con el regreso de los trenes convencionales en noviembre para recuperar la conexión con Madrid.
Con un plazo de ejecución de 24 meses, en el estudio se plantearían las posibles actuaciones de integración del ferrocarril en su acceso a la estación, así como las opciones para la circulación de mercancías del Corredor Mediterráneo, sin interferir con la funcionalidad ferroviaria y el desarrollo urbano.
El primer estudio de soterramiento que puso sobre la mesa es el de 2008, cuando el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento cerraron un primer acuerdo que soterraba las vías durante 2,5 kilómetros y que obligaba a desviar el curso del río Beiro para que el tren llegara bajo tierra. La joya de la corona de este proyecto, estimado en más de 400 millones de euros, era la estación de tren de Rafael Moneo, pero la llegada de la crisis hizo que las ambiciones menguaran.
No fue hasta marzo de 2017, con las vías en superficie casi terminadas, cuando el Ministerio de Fomento planteó un diseño de soterramiento estimado en cien millones de euros que fue ampliamente contestado por las plataformas, porque perpetuaba el llamado ‘muro de la vergüenza’ de la calle Jesse Owens, tras lo que el Ayuntamiento planteó una alternativa que, más que un estudio para enterrar las vías, se centraba en conseguir plusvalías para financiar el proyecto.
Ya en 2021, con denuncia pública del senador del PP por Granada, José Robles, poco se sabe de un estudio que debió haberse entregado en 2020, había cuenta del plazo de ejecución de 24 meses del proyecto, desde su adjudicación en septiembre de 2018.
El mencionado Corredor Mediterráneo es otra de las asignaturas pendientes del ferrocarril en Granada, más ahora que llega la noticia desde Adif e la adaptación de la línea que conecta el Corredor Central. Se trata de conectar Granada, tanto para pasajeros como para mercancías, con toda Europa a través las vías férreas que transcurren por toda la costa mediterránea, desde Algeciras hasta Ucrania, cumpliendo la normativa que exige la Unión Europea. A principios de este año, la idea de que el corredor pasara por la capital parecía diluirse, ante la aparición de más apoyos por parte de instituciones por la Vía Central, es decir, el trazado por el centro de la península, pero a principios de febrero de este año, La coordinadora de la Comisión Europea para el Corredor Mediterráneo, la ex primera ministra eslovaca, Iveta Radicová, reafirmó el compromiso comunitario al paso del Corredor por la provincia de Granada. Además, la falta de apoyos vivida en enero en Granada dio un giro radical cuando este pasado julio tenía lugar la Firma del Manifiesto del Pacto Provincial por el Corredor Ferroviario del Litoral Mediterráneo, impulsada por la Diputación de Granada, con el especial empeño de su presidente José Entrena, y el respaldo de todas las instituciones, los partidos políticos, sindicatos y agentes sociales y económicos de la provincia. Sin embargo, el citado anuncio de Adif deja en entredicho, por el momento, el compromiso por el tren en Granada.
Sin salir del capítulo del ferrocarril, otra carencia existente es la conexión de la capital con el Puerto de Motril. Una infraestructura que se espera durante años, que pondría a las dos ciudades de la provincia a solo 25 minutos de distancia, de la que hay incluso estudios de viabilidad y un vídeo que ilustra el trazado a realizar, sigue sin llevarse a cabo. De esto han dado buena cuenta durante este verano tanto la Junta como la autoridad portuaria, quienes piden insistentemente que llegue esta línea, por el futuro de Motril.
Aún en el apartado de comunicación, no se puede olvidar el Aeropuerto Granada-Jaén Federico García Lorca, sobre el que no existen vuelos internacionales desde que sobreviniera la pandemia. A pesar de que a partir del próximo 3 de noviembre regresa la conexión internacional a Paris, siguen perdidos los vuelos a Milán, Nápoles, Nantes, Mánchester, Londres o Berlín, entre otros. hasta este momento, más allá de una reunión de la Mesa del Aeropuerto a finales de junio, en la que el diputado provincial del ramo, Enrique Medina, desveló que el Patronato de Turismo de la Diputación de Granada mantuvo reuniones con media docena de compañías aéreas para tratar de recuperar el volumen de conexiones nacionales e internacionales que tenía el Aeropuerto FGL antes de la pandemia, poco más se sabe y el Gobierno no se ha pronunciado al respecto.
En otro orden de cosas, aunque también relacionado con el transporte, el Ayuntamiento se puso las pilas para presentar en plazo el proyecto de más de 15 millones para implantar en Granada zonas de bajas emisiones y cumplir así con las exigencias de Europa y sus plazos. Piden con él que el Gobierno aporte, mediante la gestión de los fondos Next Generation, diez millones de euros para conseguir rebajar la polución en el centro de la ciudad. Este proyecto queda ahora a la espera de la respuesta de Madrid.
El uso de la bicicleta podría ayudar a cumplir con el plan anterior y El Consejo de Ministros aprobó a mediados de junio el plan de Estrategia Estatal por la Bicicleta, cuando Ábalos aún ostentaba esta cartera, con un presupuesto de cinco millones de euros para apostar por el uso del biciclo. Sin embargo, poco o nada se ha hablado de este plan que impulsó el ministro que, cual ‘padrino’, visitó a Francisco Cuenca el día de su investidura, ni de qué manera va a implantarse en la capital.
Otro plan que depende de la intervención del Gobierno de Pedro Sánchez es el Plan de Sostenibilidad Turística de la Secretaría de Estado de Turismo del Gobierno de España, para el que el Ayuntamiento de Granada pide 9,5 millones de euros.
Un asunto también peliagudo que trae de cabeza al Gobierno y a la ciudad son los cortes de luz en la zona Norte, debido a las plantaciones interiores de marihuana. Una de las demandas de los afectados es la de contar con más efectivos de los cuerpos de seguridad del Estado, con el objetivo de evitar los enganches que causan este problema que deja sin electricidad a tantos vecinos de Granada. Sí que el Ayuntamiento preparaba una denuncia a Endesa por estos cortes y que el Parlamento Europeo admitió la petición de amparo del Defensor sobre los cortes de luz, pero no hay ninguna noticia al respecto de más vigilancia en la zona.
Además de esto, no se pueden olvidar las ayudas que Pedro Sánchez comprometió para los sectores más golpeados durante la pandemia, como los negocios que tuvieron que cerrar a consecuencia del confinamiento. Andalucía se beneficia de más de 1.100 millones de euros, aunque las fuertes condiciones que el Gobierno exige para agarrarse a las mismas dejan fuera a muchas pymes y autónomos. Desde el grupo municipal del PP reclaman a Cuenca que apele a Sánchez para poner en marcha estas ayudas al comercio y la hostelería granadina.
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