Se puede respirar tranquilo

Salud

El Hospital San Cecilio, ahora en el PTS, realiza desde 2012 una novedosa rehabilitación para pacientes con insuficiencia respiratoria a través del deporte

Se puede respirar tranquilo
Se puede respirar tranquilo
Alba Rodríguez

17 de junio 2018 - 02:40

Granada/Preguntaba el doctor House : "¿Ha oído alguna vez aquello de que no se puede vivir sin amor? Pues el oxígeno es más importante". Pues esta sentencia la conocen a la perfección en el Hospital PTS -antes San Cecilio-, donde desde 2012 todo un equipo se dedica a la rehabilitación de pacientes con problemas respiratorios.

Tal y como explica la doctora Paqui Quintana, la Unidad de Rehabilitación del Hospital Universitario San Cecilio ofrece un programa novedoso basado en el entrenamiento al esfuerzo, con lo que se consigue una importante mejora en la calidad de vida de los pacientes. "Se ha visto que el ejercicio es tan o más importante que la aplicación de la fisioterapia en solitario", señala la doctora. En el caso de estos usuarios no solo se le 'apaga' su capacidad pulmonar, sino que la musculatura también se atrofia y se acaba perdiendo. Esto, explica Quintana, parece que también está relacionado con la enfermedad en sí, con la falta de oxígeno en el músculo, por lo que si se hace un entrenamiento que potencie la musculatura periférica y pulmonar, mejora toda la capacidad.

Los problemas a nivel respiratorio son muy frecuentes entre la población y un alto número de personas sufren cada día las consecuencias de una enfermedad respiratoria crónica. Normalmente son el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) las causas más frecuentes de una problemática que afecta según la OMS a mas de 300 millones de personas en el mundo.

Sin embargo, hay otras muchas causas que incluso llegan a manifestarse desde los primeros días de vida como en la fibrosis quística, que pueden producir una insuficiencia respiratoria crónica.

Las sociedades internacionales definen la rehabilitación pulmonar como una intervención integral basada en una evaluación exhaustiva del paciente, seguida de terapias adaptadas de forma individual que incluyen, entre otras, el entrenamiento, el esfuerzo, la educación y el cambio de comportamiento. Su objetivo, apunta Lourdes Zúñiga, la responsable del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del hospital y médico especialista en rehabilitación, es "mejorar la condición física y psicológica de las personas con enfermedad respiratoria crónica y promover la adherencia a largo plazo a los comportamientos que mejoran la salud".

La profesional añade que se recomienda incluir a todos los pacientes con enfermedad pulmonar en el momento del diagnóstico y estimular su cumplimiento durante toda la vida. Por otra parte, es primordial adaptarse a las necesidades individuales, teniendo en cuenta otras posibles enfermedades que pueda tener el paciente (cardiaca, osteoporosis...).

Esta rehabilitación, continúa Quintana, no consigue mejorar el pulmón lesionado pero sí la calidad de vida del paciente así como su capacidad funcional, por ejemplo para desplazarse. La terapia está especialmente indicada para los pacientes con enfermedad avanzada y afectados funcionalmente, personas que no pueden salir de su casa, que tienen dificultades para realizar actividades cotidianas como ir a la compra o que necesitan el oxígeno para su vida diaria, relata la especialista del PTS.

"Se ha visto además que los programas que incluyen ejercicio y entrenamiento de extremidades superiores e inferiores son los más eficaces", añade Zúñiga quien recuerda que a nivel psicológico es también muy beneficiosos, ya que ayudan a que el paciente se vuelva más proactivo hacia su enfermedad, "adquiriendo conductas de vida saludable y, por consiguiente, reduciendo el riesgo de exacerbaciones (se produce una disminución de visitas a urgencias y de hospitalizaciones) y la mortalidad".

De no poder salir de casa con 16 años a vivir solo

Como en cada labor en la que las personas son protagonistas, surgen historias humanas. Este equipo puede contarlas a decenas después de tratar tantos pacientes, pero en concreto recuerdan una. La de un adolescente de 16 años que estaba esperando para su trasplante y antes de recibirlo tuvo que asistir a esta rehabilitación. El chaval entonces no podía ni salir de su casa por la enfermedad. Pero, según recuerdan, reaccionó tan bien, tanto al trasplante como a la terapia, que ahora vive una vida completamente autónoma. En grupos de 10 personas, durante dos meses (150 al año), este equipo programa tres sesiones semanales en las que durante una hora realizan varios ejercicios.

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