Andalucía ya tiene su equipo de rastreadores del coronavirus: 50 personas para controlar los contagios

Estos profesionales son quienes tendrán que buscar nuevos infectados, estudiar sus contactos y aislarlos para no retroceder en la fase de control de la epidemia

Todavía ninguna institución ha presentado un plan de contratación extra para esta labor

Rastreadores, la nueva gran necesidad para contener el coronavirus en Granada
Rastreadores, la nueva gran necesidad para contener el coronavirus en Granada

La epidemia de coronavirus ha ido dejando tantas necesidades al descubierto como nuevos problemas creaba. Se trata de una enfermedad que ha generado un vuelco en todos los niveles sociales y económicos así como ha planteado una nueva realidad global que antes se enmarcaría en el género de las distopias: todo debe centrarse en la contención de un virus doblemente invisible que se propaga tanto acusando síntomas como en silencio. Ahora el tablero muta y con la aproximación a una vida normalizada tras caer en picado los contagios, nace el reto de no volver atrás.

La última necesidad creada por la fase de batalla contra el virus es la de los llamados rastreadores. Personal sanitario encargado de encontrar infectados, estudiar su entorno y aislarlos. Una tarea en la sombra la del rastreo que aunque menos llamativa por su timidez, es el camino más corto y menos doloroso (véase un nuevo confinamiento) en la tarea de erradicar hasta la mínima expresión este virus mientras llega una vacuna.

La Junta de Andalucía asegura en este sentido que ya venían trabajando con rastreadores desde antes de la llegada en sí del nuevo término. Explican a Granada Hoy que ya existía un equipo "de vigilancia Epidemiologica conformado por medio centenar de personas" y que son los actualmente conocidos como rastreadores, aseguran desde la Junta.

Estas cincuenta personas dedicadas al rastreo de contagios y sus contactos trabajarían en todo el territorio andaluz, aunque desde la administración no concretan cuántos existen en cada provincia. Según esta misma fuente serían el personal de la Dirección General de Vigilancia Epidemiológica y salud Laboral de la Consejería de Salud en coordinación con los jefes de servicio de salud publica de las delegaciones territoriales, más sus servicios de epidemiólogos que, a su vez, trabajan con los epidemiólogos de los distritos sanitarios quienes realizan las diferentes encuestas epidemiólgicas a las personas que se van cribando.

Medio centenar de rastreadores parece a priori un ejército mermado para la labor que deben desarrollar a continuación en el control de la pandemia en todo el territorio andaluz, una tarea que deberá alargar los brazos a toda la población con o sin síntomas.

"La contratación de personal de rastreo es absolutamente fundamental, no solo para el proceso de desescalada, sobre todo para frenar los próximos rebrotes que puedan producirse", señala Sergio Minué, Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y

Coordinador del centro colaborador de la OMS sobre Servicios Integrados de Salud basados en Atención Primaria.

Minué continúa señalando que ese trabajo de rastreo "tendría que estar haciéndose ahora y también poner sobre la mesa la estrategia de cómo va a hacerse esa contratación de personal suplementario para Atención Primaria", quienes serían los encargados de esta nueva tarea y un sector al que se le acumula el trabajo.

La Atención Primaria tiene por delante dos de las tareas más importantes en cuanto a contener la pandemia y continuar con una desescalada segura y efectiva: los profesionales de familia son, como informó la Junta, quienes realizan los test y el seguimiento de los participantes del estudio de inmunidad de la población y por otro lado, dentro de la fase de desescalada propuesto por el SAS, son quienes se encargarán del grueso asistencial de los pacientes con coronavirus que sean leves, así como del trabajo de rastreo de contactos.

Sobre las contrataciones necesarias de rastreadores, explica el médico que la administración podría reclutar a profesionales de primaria que estén en paro. Algo muy extraño, sostiene, ya que "hay pocas enfermeras y médicos de familia porque se han marchado fuera ante las condiciones tan precarias que se les ofrece". Otra alternativa sería contratar a los médicos residentes o estudiantes de último año aunque esta opción, dice, sería complicada porque habría que ajustar los planes de estudio y prorrogarlos.

Para Minué la clave está en la inversión pública y pone en este caso el ejemplo de Reino Unido donde "hay un plan para contratar a hasta 100.000 agentes comunitarios para que hagan esta labor de rastreo". Incide Minué en que todos los países se están planteando ya contratar más personal y en el caso de España el problema empeora ya que "este sector estaba ya muy sobrecargado".

La carga asistencial en la pandemia del Covid-19 ya venía siendo significativa, comenta el experto. "Antes del plan establecido por el Gobierno central los casos leves y asintomáticos ya se estaban gestionando desde la Primaria pero cuando se trata de invertir recursos solo se habla de que las UCIS tendrían que doblar su capacidad".

Sobre el papel que debe tener la Atención Primaria en esta nueva fase de la pandemia, Minué señala como punto de partida, "pese a todo lo que dicen políticos, expertos y sociedades científicas", que la Atención Primaria española "dista de estar en una buena situación". Afirma que la de este país "no es la mejor del mundo como afirman" basándose en dos cuestiones: "aproximadamente un 1% del Producto Interior Bruto se ha reducido en el presupuesto sanitario público en una década y la mayor de esa reducción de dinero, que es enorme, ha sido sobre todo en deterioro de la Atención Primaria", por otro lado, aduce que "el problema crónico de España ha sido que se ha planteado la asistencia de la Primaria sin ningún límite, es el único país del mundo en el que un sistema sanitario tiene tan poco tiempo por paciente y no tiene límite de consultas diarias".

Minué señala que durante la acción contra la pandemia, los focos tanto mediáticos como por parte de las instituciones se han centrado en la atención hospitalaria mientras que "la Atención Primaria estaba haciendo un trabajo poco vistoso pero absolutamente fundamental". Sobre la carga asistencial a la que se tendrán que enfrentar los profesionales, el médico asegura que "solo será viable con una inversión desproporcionada, como nunca antes había existido, harían falta en toda España entre 30.000 y 40.000 contrataciones, de otra forma sería imposible".

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