La reconstrucción del fiscal del crimen de Castillo Higueras: una vida arrebatada por 114 euros

Granada/Le pegó, le robó, le persiguió, le mató, y le volvió a robar. Por 114 euros. Con una sangre fría como lo era aquella mañana de domingo del 23 de enero de 2022. En las desangeladas y aún gélidas calles de la zona de San Antón, que son pleno centro pero viven a menos revoluciones, y cuando el sol aún ni asomaba por las azoteas. Ahí se perpetró el asesinato que el fiscal le atribuye a Yassine B., y que conmocionó a toda Granada: había matado al que fue concejal del Ayuntamiento de la capital José Miguel Castillo Higueras. El juicio se celebrará entre el lunes 27 y el miércoles 29 de este mes con jurado popular. El acusado se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable como autor de un delito de asesinato y otro de robo con violencia e intimidación.
El relato de los hechos que realiza el fiscal no deja lugar a dudas de la crudeza del suceso que conmocionó a la ciudad. Tanto por la figura de Castillo Higueras, uno de los concejales más queridos de la ciudad entre 1980 y 1992 al recuperar muchas festividades tradicionales, tanto por el impacto que supusieron las filtraciones del vídeo de la agresión que finalmente le costó la vida, grabadas por la cámara de seguridad de un hotel cercano en la calle Padre Alcover. En resumen, reconstruye todo el crimen, los movimientos que siguió en cada momento el acusado, cómo observó en la distancia cómo prestaban ayuda a su víctima tras la primera agresión y robo, cómo le acosó y se aprovechó de su aturdimiento para terminar "su trabajo" con el puñetazo que finalmente le costó la vida al que, tras su muerte, se le concedió el primer título de concejal honorario de la ciudad.
El fiscal comienza la narración de los hechos con el concejal Castillo Higueras saliendo de su casa sobre las 7:30 horas del 23 de enero de 2022. Era domingo, temprano, hacía frío y aún había poca gente por las calles de una ciudad que se desperezaba. José Miguel abandonó por última vez su casa abrigado, con un bolso "tipo bandolera con solapa de color negro" colgado, y con una "gorra de béisbol" sobre la cabeza. Con "paso lento pero continuado" caminó por la calle Verónica de la Virgen hasta llegar a San Antón, por donde siguió en sentido ascendente hacia Recogidas. No lo sabía, pero a la altura del número 42 de esa calle, se cruzaría por primera vez con el hombre que le quitó la vida.
Yassine B. "deambulaba" por la misma acera "pero en sentido contrario", reconstruye el fiscal gracias a las imágenes de las cámaras de seguridad de los comercios cercanos, una joyería y una perfumería. El acusado vestía "vaqueros azules, zapatillas deportivas blancas, gorro de lana negro y anorak de color rojo con capucha". También portaba una mascarilla quirúrgica. Una vez se cruzó con Castillo Higueras, "se giró y guiado por un más que evidente y palmaria propósito de enriquecerse económicamente y de forma injusta", el acusado "de manera sorpresiva le agredió de un golpe en la cara". El fiscal, asimismo, dice que el agresor se "aprovechó de la hora que era, de la ausencia de personas en la calle", y que, al ir por la espalda, el concejal no podía verle. A consecuencia del impacto, este cayó al suelo "donde quedó aturdido".
El procesado arrebató al concejal la bandolera y cruzó la estrecha calle y en el escalón de un comercio dejó el bolso robado, además de un abrigo de color negro. Los hechos estaban sucediendo un poco más arriba de la intersección con la calle Puente Castañeda, según se desprende del relato de la Fiscalía. Tres personas atendieron al poco tiempo a Castillo Higueras. Un "ciudadano anónimo", además de un agente de la Guardia Civil y su pareja sentimental, quienes pasaban por la calle en un coche tras ver la escena. Mientras tanto, en la acera de en frente, Yassine B. observaba "impasible" lo que ocurría al otro lado.
La frialdad del presunto asesino queda plasmada durante todo el recuento de los hechos. Ayudado por estas tres personas, Castillo Higueras logró ponerse en pie y prosiguió el camino que llevaba previo a la agresión, pero en "cierto estado de aturdimiento, presumiblemente fruto del golpe recibido". Lo hizo sin portar la bandolera ni la gorra con la que salió de casa, que se dejó "olvidada en el suelo". Tomó el primer pasadizo que conecta San Antón con Acera del Darro. El acusado ya le seguía los pasos, aunque el fiscal detalla que la "persecución" no se inició al momento, sino poco después puesto que Yassine B. había permanecido "un poco más" en el lugar de la agresión para recoger la bandolera y el abrigo negro. Y fue en ese pasadizo donde el acusado "en ejecución del plan previamente confeccionado, se colocó sobre la chaqueta roja con capucha que vestía, la chaqueta negra que hasta entonces había transportado colgada de su brazo izquierdo". Según el fiscal, lo hizo "con el claro interés de dificultar su identificación".
La víctima caminaba de forma "errática y titubeante", "previsiblemente por el estado físico de aturdimiento" que le provocó la agresión. Empezó a hacer cosas que no eran "habituales en su vida diaria". No se detuvo en el quiosco de prensa de Acera del Darro donde compraba la prensa diaria, ni saludó a su dueño, amigo suyo, "pasando de largo" del establecimiento. Ya ahí Castillo Higueras era "perseguido de cerca por el ahora acusado, quien iba pisándole los talones", y ya sin la chaqueta negra encima volviendo a ser visible la roja, apunta el fiscal. La ruta que siguieron ambos les llevó a pasar por la puerta del Hotel Victoria, bajaron un trozo de Recogidas y volvieron a la calle San Antón, esta vez pasándose a la acera que pega a la iglesia, para girar después a la calle Frailes. Todos estos movimientos fueron captados por las cámaras del establecimiento hotelero, además de otros comercios y de un parking. El fiscal usa las expresiones "presa", "acecho de manera insistente y persistente", o "seguimiento férreo" para describir la agónica situación.
En ese momento daban aproximadamente las ocho de la mañana y se acerca el desenlace fatídico. Yassine B. adelantó por primera vez a Castillo Higueras en la calle Frailes, a tenor de lo que se ve en las imágenes de las cámaras de seguridad del hotel situado en ese emplazamiento. En el cruce con la calle Padre Alcover, este "le hizo una indicación a don José Miguel para que se adentrase por dicha calle", a lo que este "obedeció". La calle estaba vacía y aún no daba el sol. "Aprovechándose de la ausencia de personas" y "de las horas intempestivas de la mañana, y de la más que presumible pérdida o cuando menos merma, de las capacidades psicofísicas de don José Miguel, el acusado, movido por el deseo de acabar con la vida de don José Miguel o cuando menos habiéndose imaginado que, con su conducta y comportamiento, era absolutamente probable que le provocase la muerte, dando rienda suelta a su plan, se paró frente a don José Miguel" y culminó la agresión final "de forma inopinada y sorpresiva".
El fiscal relata que Yassine B. "retrotrayó todo su antebrazo derecho", llegando a "tomar impulso hacia atrás", y le "asestó un fuerte golpe en el lado izquierdo del rostro" de Castillo Higueras. "No pudo hacer nada para impedirlo ni defenderse", estima el ministerio público. El concejal cayó al suelo de forma "fulminante" y se golpeó en la zona occipital de su cabeza. Se quedó inerte en el suelo y el agresor "no hizo nada para auxiliarle". No solo eso, sino que "guiado por el deseo de hacerse con bienes ajenas y así enriquecerse", el agresor procedió "de manera fría a registrar a su víctima", llevándose "todos los bienes que portaba": la bandolera, la gorra, el móvil y el abrigo. El perito tasa su valor en apenas 114 euros. Y allí le dejó. "Esta brutal agresión le provocó la muerte horas más tarde" por un "traumatismo craneoencefálico severo", concluye asimismo la Fiscalía tras adjuntar el análisis forense.
Desde entonces, Yassine B., que contaba la edad de 19 años recién cumplidos y estaba en situación irregular en España cuando cometió el asesinato del que le acusa el fiscal, fue objeto de una búsqueda por parte de la Policía Nacional que culminó con su detención justo dos meses después de los hechos, el 23 de marzo de 2022, en una casa del distrito Centro. Desde entonces permanece en prisión provisional comunicada y sin fianza. Aparte de la petición de prisión permanente revisable, se le pide la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la familia de la víctima, ni de comunicarse con ellos. Además, deberá indemizar con 540.000 euros a los seis hermanos de Castillo Higueras, 90.000 por cada uno de ellos.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Ertico