El regreso a las aulas en la Universidad de Granada: No es un lunes cualquiera

UGR

Más de 600 estudiantes han solicitado seguir la docencia online

83 docentes darán clase telemáticamente

Sebastián y Clara, a las puertas de la ETSI de Caminos.
Sebastián y Clara, a las puertas de la ETSI de Caminos. / Diego Sevilla (Photographerssports)

Mochila al hombro, ropa deportiva y a paso ligero por Fuentenueva. Bárbara, estudiante de segundo de Psicología, y Marta, del doble grado de Derecho y Ciencias Políticas, son compañeras de piso. Bárbara, natural de la localidad cordobesa de Palenciana, y Marta, de Cáceres, comparten la expectativa de terminar el curso de forma semipresencial, tal y como se ha retomado en el día de hoy después de seis meses de docencia teórica virtual. “Es genial”, expresa la primera, que destaca que las clases presenciales “enriquecen mucho” y, en un aula, se atiene más que ante la pantalla del ordenador. Desde el mes de octubre, la cordobesa ha ido y venido de Granada a su domicilio familiar. Asegura que las circunstacnias “me han pasado factura”. En los mismos términos se expresa su compañera de piso. “Me gusta mucho la carrera”, afirma, para reconocer poco después que en este curso anómalo “había perdido la motivación. Hay una carga excesiva de trabajo” en el doble grado. Todo este tiempo Marta ha residido en Granada, desde donde ha seguido las clases online.

Como no puede ser de otra manera, nunca llueve a gusto de todos. Desde detrás de la barra de la cafetería de la ETSI de Edificación, Rubén Cantarero sirve cafés y tostadas. En estos meses “la cosa ha estado parada, parada, parada”. A media mañana de hoy había “más movimiento”, aunque reconoce que “nos tienen la cabeza loca” con los sucesivos cambios y normativa. En su caso, para atender a los estudiantes, profesores y trabajadores de la Escuela ha contratado a una persona más, pero apunta a que con la afluencia que espera en los meses que quedan hasta fin de curso “no se va a pagar ni el sueldo” de ese refuerzo.

En la residencia Fernando de los Ríos, su coordinador, Sergio Chica, destaca que el centro está al 95% de ocupación y que la situación es de “normalidad total”. Por su parte, el coordinador general de la Delegación General de Estudiantes (DGE), Javier Torres, señala las primeras horas de la vuelta se habían desarrollado con normalidad. Hasta el inicio de la jornada de hoy el Vicerrectorado de Estudiantes y Empleabilidad había recibido 660 peticiones de otros tantos estudiantes para seguir con la docencia virtual, dentro del marco establecido por la UGR para solicitar esta exención de la presencialidad. Otros 83 docentes impartirán clases online tras alegar ser grupo vulnerable o por riesgo para personas convivientes, informó la Oficina de Gestión de la Información de la UGR.

Alba Conde y Kaell Almeida, en Sociología y Ciencias Políticas.
Alba Conde y Kaell Almeida, en Sociología y Ciencias Políticas.

En la escalinata de la ETS de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, Clara Sierra, de tercer curso de Caminos, reconoce que la vuelta es “un poco follón”. En la misma jornada, debe compaginar clases online con clases presenciales, y para asistir a todas debe estar en su Escuela, donde, añade, no hay espacios para seguir la docencia virtual entre clase presencial y clase presencial. También razona que “estábamos acostumbrados a la docencia online” y este nuevo cambio en el escenario “nos ha sacado de la rutina” que se estableció el pasado 15 de octubre.

Colas en los comedores.
Colas en los comedores.

Clara asevera que “nos ha costado adaptarnos” al escenario de docencia teórica virtual y ésta “ha funcionado bien en la mayoría de los casos”. Sebastián, compañero de clase, afirma que “nos tenemos que adaptar a venir aquí a las ocho y media para clases online, a las diez y media, presencial hasta las doce y media. A las tres y media de nuevo otra clase presencial”. En esta intensa jornada, Sebastián apunta a fallos que complican el día a día. Así, en la Escuela no hay espacio para calentar la comida de la fiambrera. Este estudiante estima que, ya se que ha vuelto a la presencialidad, se tiene que hacer con la totalidad de los servicios en marcha. En su opinión, la decisión de volver “se ha tomado con poco tiempo de adaptación. Nos sentimos desconcertados”. Un tercer compañero del grado de Caminos, José Manuel, come en casa de su abuela. A partir de ahora, cada día vendrá desde Pinos Genil a la Escuela para la docencia presencial. Para la online también, ya que no le es posible ir a casa para la docencia virtual y regresar para la presencial. Con este panorama, asegura que “hubiese preferido seguir online”.

A las puertas de la ETSI de Edificación, Arturo, de primer curso, reconoce sobre la modalidad docente que “prefiero presencial”. En la entrada de Ciencias Políticas y Sociología, Alba Conde, estudiante de segundo de Sociología, se muestra escéptica de cara al futuro. “En tres semanas vamos a estar otra vez en casa”, razona la estudiante gaditana sobre el aumento de casos que registra Granada en las últimas jornadas –la capital tiene con una tasa de incidencia de 368,5 contagios por cada 100.000 habitantes– y cree que “ya se ha probado antes” la docencia semipresencial, y que “aunque está bien intentarlo” confiesa que “no tengo mucha esperanza” en que el curso pueda finalizar bajo este modelo. Esta estudiante ha mantenido su piso en Granada “porque mi familia se lo podía permitir”. Kaell Almeida, estudiante también de Sociología, señala que todos estos meses ha seguido en su piso en Granada, sin opción de regresar a su domicilio en Ibiza. Sobre la vuelta a la semipresencialidad, añade que le parece una medida adecuada. “Los profesores no están preparados para las clases online”, apostilla.

Julia García, José Ramón Carrique y Bruno Guerrero, en Derecho.
Julia García, José Ramón Carrique y Bruno Guerrero, en Derecho.

En la Facultad de Derecho eran numerosos los corrillos de estudiantes que aguardaban el inicio de las clases. Julia García, de primero, explica que la presencialidad no es obligatoria. “A los de fuera les han dado margen”, asegura. Sobre la Facultad añade que “hay espacio para estar seguro” y reconoce que la docencia telemática “no es lo mismo”. En un aula para 200 matriculados únicamente hay 40 puestos que pueden ser ocupados por estudiantes. José Ramón Carrique, también de primero, señala que no está preocupado por la vuelta a clase: “las aulas no son un foco de contagio”, sentencia para alabar el trabajo realizado por el centro. Bruno Guerrero, por su parte, añade que la UGR hubiera tenido que regresar antes al modelo mixto.

La rectora de la UGR, Pilar Aranda, en un mensaje de audio difundido a los medios, afirmó que “recuperamos la normalidad” que quedó truncada el 14 de octubre tras las medidas adoptadas por la Junta. Asimismo, Aranda indicó que con la vuelta a la semipresencialidad “nos equiparamos a todas las universidades españolas”, lo que calificó de una “alegría”. Por otro lado, defendió de nuevo que la formación sea presencial, además de destacar y agradecer el “esfuerzo” realizado por la comunidad universitaria.

La Junta comunicó la intención de suspender la docencia teórica presencial el pasado 13 de octubre. La medida se publicó el BOJA un día después y se hizo efectiva el 15 de ese mes. Desde entonces, sí se ha mantenido la presencialidad en las clases prácticas y de laboratorio, así como en el practicum, prácticas en centros sanitarios o tareas de investigación. La docencia online se retomará en el caso de que Granada entre de nuevo en el nivel 4 grado 2, el máximo, según determinó la Junta.

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